Capítulo 1: La chica misteriosa

836 45 7
                                    

12:33. Llevaba ya tres horas y media frente al ordenador cuando decidir mandar a tomar por culo el trabajo de fin de curso, bueno no hice precisamente eso si no que preferí dejarlo aparcado un poquito y descarsar la vista.

Mara estaba en su trabajo, Alan estaba aún durmiendo (luego los vago somos los andaluces) y Nat, bueno Nat no sabía donde cojones estaba pero en casa tened por seguro que no estaba.

Linda, una cachorrita con 9 meses de bodeguero cruzado que adoptamos hace poco estaba sentada en el suelo mirándome fijamente, con las orejas levantadas.

- ¿Qué pasa? - Baje mi mano y acaricié su cabeza. -¿Quieres salir a la calle?

Como si hubiese dicho la palabra mágica Linda comenzó a saltar y a agitar con energía su cola. - Vale, vale. He captado el mensaje. Déjame vestirme ¿Vale? - Me puse unos shorts y mi camiseta favoríta y me peiné con una cola de caballo. Cuando salí de mi habitación Linda ya estaba en la entrada, le puse el arnés y le até con la correa.

Estuvimos andando durante un buen rato hasta que llegamos a un gran zona de hierba verde junto a un río. Con la calor que hacía no vendría mal sentarme en la hierba a descansar y dejar que la loca corra de un lado a otro y se relacione con otros perros

Le quité la correa y en un instante se puso a correr como alma que lleva el diablo de un lado a otro mientras yo la vigilaba desde la zona más retirada del agua, tumbada en el césped aprovechando el sol de medio día y tomaba un poco el sol. Estuve así unos... ¿diez minutos?Ni idea, la cosa es qué cuando me quise dar cuenta Linda se estaba peleando con otro perro negro parecido a un Doberman que sujetaba una chica y a su vez intentaba separar a los dos animales.

Reaccioné y corrí hasta el lugar donde estaba ocurriendo la pelea. Agarré a Linda, la até de nuevo y ya conseguimos separarlas. Afortunadamente ninguno de los dos perros sufrió daños.

- Lo siento mucho de verdad, lo siento. - Me disculpé a la chica y al final pude fijarme en ella. Pelo castaño casi negro, ojos castaños cubiertos por unas gafas de pasta rollo hispter, con el labio inferior un poco seco, vestía una camiseta sin mangas negras y unos pantalones largos rotos.

-Podrías controlar a tu perra, ¿sabes? O al menos ponle un bozal - me espetó con la voz entrecortada

-¿PERDONA? Mi perra es muy pacífica.- ¿Me acababa de decir que mi perra es agresiva? ¿Quien coño se cree esta tía para venir a decirme lo que tengo que hacer con mi mascota?

-Pues aquí no lo ha desmostrado

-Mira chica, yo no sé quien coño eres pero mi mascota es muy tranquila a no ser que la alteren, a si que si alguien ha tenido la culpa de que comenzase la pelea ha sido TÚ perro.

-Perdona guapita de cara, pero tu chucho ha sido quien ha venido corriendo a jugar con Eme a si que ella sólita se lo ha buscado.

Nuestras voces comenzaron a elevarse del tono común, normal, esta tía me estaba tocando los ovarios bastante, había conseguido enfadarme de verdad.

-Disculpen señoritas, pero me veo obligado a arrestarlas por escándalo publico si no moderan su tono de voz. - Un agente se había acercado a nosotras y me dí cuenta de que todo el mundo nos estaba mirando

-Tranquilo agente, yo me voy ya. - La chica misteriosa susurró algo que me resultó incomprensible y se marchó. Dejándome allí con una cara de gilipollas monumental y un mosqueo del quince.

Caminando por BarcelonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora