prince | midoriya izuku

❝ 04; Detrás de la máscara ❞

— Buenas noches —saludaban los guardias que vigilaban la entrada al castillo a todas las personas que llegaban a la gran fiesta del rey Makoto, las cuales les hacían reverencias como presentación y entraban. A diferencia de otras celebraciones, no pedirían nombres al ser un evento para todo publico y no solamente personas de la nobleza. Se veían bastante respetuosos ante todos los invitados.

Muchos al ver la llegada del rey Toshinori lo saludaron felices y hasta les hacían reverencias y cumplidos a cada momento. Él estaba agradecido, pero realmente se sentía algo agobiado de que lo reconozcan de inmediato y que además estuviera rodeado de tanta gente.

Al fin llegó el hombre que me volverá poderoso...

— ¡Toshinori Yagi! —exclamó Saito para luego soltar unas fuertes risas llenas de alegría mientras bajaba unas escaleras que llevaban hacia el segundo piso, donde estaba su trono y contratos importantes. Llamó la atención del rubio, quien sonrió amablemente hacia el contrario, haciendo ambos reverencia a la vez para saludarse.

— Un gusto, señor Saito —fueron las palabras que hicieron sentir lleno de gloria y buena suerte al que poseía una gran barba castaña, sabiendo que perfectamente podían ganar confianza y hasta se harían muy amigos.

Mientras esto sucedía, una chica suspiró pesado al sentir un pequeño empujón en su espalda, lo cual la hizo voltear con el ceño fruncido, dispuesta a regañar a quién le empujó de manera algo brusca e irrespetuosa, según ella, ya que en realidad apenas la tocó.

— ¡Hey! ¡Ten más cuidado! —habló una joven que poseía cabellos azules y cortos y ojos rojos como si fueran sangre, por lo que el chico que llevaba una máscara plateada se giró y le hizo una reverencia avergonzado.

— L-lo siento, intentaré no chocar más —prometió con su voz baja y bastante nerviosa, pero agradecía que ella lo haya escuchado y asintiera como si lo aceptara. Se le estaba haciendo difícil estar en aquella fiesta.

Había entrado junto a su amigo Todoroki, pero este al ser reconocido por su cabello mitad albino y mitad rojo, las chicas corrieron felices y emocionadas hacia este y Midoriya logró escapar antes de que también le comenzaran a preguntar quién era él y por qué estaba junto al hermoso príncipe. Soltó una bocada de aire como si esta hubiera salido desde su corazón, el cual se encontraba bastante agitado por estar tan nervioso de encontrar a muchas mujeres a la vez.

Tuvo la suerte de fijarse que había una mesa larga al lado suyo lleno de comida. No tenía mucha hambre, pero tal vez llenar su estómago lo haría sentir menos nervioso.

O tal vez lo haría vomitar, no lo sabía bien.

Aún así se fijó que habían trozos de queso y deliciosos panecillos con azúcar sobre esta, por lo que no evitó tomar dos trozos del alimento amarillo y llevarlos a su boca lleno de alegría al saber que en esos momentos estaría tranquilo. De seguro así podría dar un respiro y esperar a que haya un momento donde All Might le avise que se deban retirar.

Pasaron varios minutos donde se quedó allí, estático mientras veía a muchas personas bailar, beber y reír, lo cual daba a entender obviamente que todos la estaban pasando bien con la buena música, comida y compañía. Aún no podía creer que había un plato lleno de trozos de queso y que él se los estaba comiendo todos. Al notar que quedaba uno, abrió sus ojos más de lo normal pues ni siquiera sentía que tenía el estómago lleno, suponiendo que los nervios lo dejaban muy mal.

Suspiró pesadamente y tomó el último cuadrado pequeño, viendo este como si fuera el fin de su manera de no ser obligado a salir a bailar o charlar. Le daba pena el simple hecho de haber aceptado la invitación por respeto a Toshinori y no por gusto propio, y que además se le notara con solo ver su rostro que este ambiente no era lo suyo. Vaya que pensaba tantas cosas a la vez mientras veía ese pequeño alimento que sostenía con dos dedos como si estuviera en otro mundo.