prince | midoriya izuku

❝ 05; Pieza de baile ❞

— ¿B-bailar? —preguntó el príncipe mientras sentía sus mejillas arder ante lo dicho por la contraria, la cual nuevamente soltó una suave risa por los notables nervios del peliverde.

Izuku no se consideraba bueno bailando, y es que realmente no era lo suyo. Practicaba con su amiga Uraraka y lo único que conseguía era pisarle a cada momento y hasta estar tieso y tenso como Iida, o así le comentaba el rey Toshinori cuando lo veía practicar. Podía manejar la espada y cabalgar a la perfección, pero la danza definitivamente no sería su fuerte.

— ¿No te gusta? —cuestionó la castaña mientras aún le regalaba una sonrisa sincera al que estaba a su lado. Se sentía segura junto a él y aún no podía comprender el por qué, pero quería averiguarlo.

El más alto negó con la cabeza en silencio, sintiendo que hasta sus orejas podían estar rojas de la vergüenza y todo por al fin conversar normalmente con una chica y arruinarlo por no saber bailar.

— No, pero la verdad no sé moverme a la perfección y podría incomo- —iba a explicar rápidamente el de orbes verdes algo tartamudo, pero al sentir una calidez rodear su mano y luego de esta misma ser levemente jalado, dándose cuenta que la joven tomó su mano y comenzó a llevarlo al centro del salón.

— ¿Qué importa no ser bueno al bailar? Deja un momento el saber y solo disfruta —dijo ella girándose hacia este para nuevamente darle otra sonrisa, la cual para Midoriya fue como ver un hermoso atardecer que podría dibujar, apreciar, querer y jamás olvidar.

Aquellas palabras le hicieron reaccionar de alguna forma, viendo que todos a su alrededor intentaban bailar y hablar de todo lo que sabían, menos ella. Aquella muchacha que sostenía su mano con una delicadeza que parecía más como si la piel más suave y hermosa estuviera acariciando su tacto, solo quería pasarla bien. Podía sentir que ella tenía otro pensamiento sobre el estar alrededor de personas y no verlo como la obligación de verse elegante por ser parte de una fiesta organizada por un rey.

¿Por qué su corazón se sentía tan emocionado?

Amiko al llegar a una parte del gran salón donde muchas personas bailaban, se volteó hacia el chico que la miraba con cierto brillo en sus ojos que ella logró notar y que le parecían como las mismas galaxias, que de cierto modo no paraban de hacerla dibujar una curvatura en sus labios. Agarró su otra mano con cuidado y luego apretó estas con dulzura, lo cual hizo nuevamente reaccionar a Izuku el cual la vio algo confundido.

— Tú solo relajate, es solo moverse al ritmo de la música —mencionó ella, haciendo que el individuo sin notarlo suelte una bocanada de aire, como si los nervios hubieran escapado de él al sentir la confianza con la que hablaba aquella misteriosa persona. Saito dio un paso hacia el lado, haciéndolo luego hacia otro y así para que de a poco su pareja de baile pueda seguirle los movimientos, lo cual luego de un rato funcionó.

No parecía molestarles ser los únicos que estaban tomados de las manos mientras se miraban a los ojos con un ambiente especial, como si ambos sintieran que estaban solos en aquel gran lugar lleno de luz por las velas y antorchas con esa lenta y tranquila melodía de fondo que tocaba una famosa orquesta. Se sentían cómodos, definitivamente el sentimiento de que la fiesta se acabara pronto se había ido en ambos.

Ninguno de los dos sabían cómo explicar el cómo se sentían, ¿era la presencia del otro? ¿la sonrisa? ¿el simple hecho de haber compartido un poco de comida? ¿por qué se sentían tan intrigados?

Tan absorbidos estaban por intentar comprender a sus corazones mientras aún no despegaban sus miradas, que lentamente sus manos izquierdas se soltaron, donde la de la castaña se digirió hacia el fuerte hombro del masculino y la de él fue con algo de miedo y timidez al principio hacia la cintura de su compañera, pero luego dejó su mano allí con confianza, esta vez estando más ligeros para bailar y sin notar o pensar bien esto.