Capítulo 4

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John espera a Sherlock en un café.

Golpea los dedos contra la mesa de madera y siente que en cualquier momento se va a desmayar de los nervios. Hoy es el día, se dice a sí mismo. Ya ha pasado mucho tiempo y siente que está listo para confesar sus sentimientos. Es tan cliché todo, se enamoró de su mejor amigo.

La mesera le entrega su café, John sonríe en agradecimiento, le es difícil hablar. No sabe cómo demonios lo hará, pero cuando Sherlock entre por esa puerta y se siente frente a él tendrá que hablar. Bebe de la infusión y se quema un poco la lengua, ¿podría ir el día peor? Esta mañana decidió ir caminando a la cafetería, comenzó a llover y se empapó casi todo, ahora se quemó con el líquido. Y oh, no hay que olvidar que realmente no llamó a su amigo para confesarse, sino que olvidó su billetera y necesita pagar. Pero eh, algo bueno resultó. Se armó de valor y está dispuesto a decirle lo que siente al rizado.

Suena la campanilla de la puerta, levanta la cabeza y lo ve, es Sherlock, pero no viene solo.

El día sí que fue mucho peor.

Gay bar | Johnlock AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora