La soledad es algo que todos hemos sentido en algún momento de nuestras vidas, a pesar de estar rodeados de gente, llega esa sentimiento de vacío y la necesidad de que alguien lo llene, y claramente no será cualquiera quien lo haga, habrá que pasar...
—Gracias, Liam, las fotos están increíbles y más los outfits.—Le agradecí sonríente dándole un abrazo.
—De nada, ______.—Besó mi mejilla.—Para lo que sea aquí estoy.—Me separé de él y sonreí.
—Bueno, agradezco el tiempo, yo ya debo irme, mañana hay universidad.
—Vamos, te voy a dejar.
—Gracias.—Tomé mi bolso y lo seguí a su auto.
Subimos al auto y al encender comenzó a sonar "Midnight Memories" de One Direction en la radio.
—¿Estás acostumbrado?—Reí levemente, moviendo mi pie al ritmo de la canción.
—¿Te refieres a nuestras canciones en la radio?—Me miró de reojo y río levemente. Partió en dirección a mi casa.—La verdad es que no, al entrar a la banda nunca creí que tendríamos tal impacto.—Lo escuchaba atenta y sonreía.
—Aún recuerdo que de un día a otro ya no volví a salir con Harry.—Dije algo apenada.—Pero estoy muy feliz por él, fue emocionante y lo sigue siendo, como crece él y como persona. Siempre ha sido el mismo.—Esbocé una gran sonrisa y miré por la ventana.
El trayecto fue corto, ya me encontraba en casa una vez más. Ví la hora y eran las 20:30 PM.
(...)
Apagué la alarma maldiciendo, los malditos lunes mis clases comienzan a las 8:15 AM. Ya eran las 6:30.
—A veces me pregunto si realmente quiero ese título.—Dije para mi misma en voz alta.
Bufé y me fui a la ducha. Fue corta, duró unos 15 min. Me vestí con un jeans y polera, algo ancho y me puse mis nike af1.
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Me dirigí al baño nuevamente, para secar mi cabello y peinarlo. Luego me hice un delineado en el ojo, no algo tan llamativo, encrespé mis pestañas y me eché un poco de brillo labial luego de lavarme los dientes.
Ya estaba lista, así que me dirigí a mi clóset y saqué la mochila. Bajé las escaleras y fui a la cocina por una banana, ya que no había comido nada. En eso siento el timbre. Me pareció raro. Ví la hora y ya eran las 7:45 am. Fui a abrir la puerta y para mi sorpresa era James.
—¡Amigo!—Exclamé y lo abracé, cerrando la puerta tras de mi.
—Maldita, te olvidas de los pobres.—Soltó una carcajada y besó mi mejilla. Le dí un mordisco a mi banana.
—¿Quieres?
—No, gracias.
Un auto se paró frente a mi casa, conocía perfectamente ese carro lujoso. Era Zayn. James me miró sorprendido y a la vez impactado el auto.
