Capítulo VI

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El Diablo. La carta más peligrosa de toda la baraja, y en combinación con la muerte, es un peligro inminente. Los tres estaban pasmados, muy pocas veces se había visto aquella combinación, y aún faltaba otra carta. Pareciera que ninguno quería continuar viendo eso. El brujo tenía una cara de asombro que no podía esconder, y Luis estaba en shock.

Michael sabía que algo muy malo se había desatado a partir de que jugaron a la ouija. Por fin el brujo rompió el silencio.

- ¿Quieres ver la última carta?

- Sí, tengo que saber qué sucederá.

- Vale, parte.

Luis partió la baraja y sacó la carta. Solo con verla el ambiente se volvió pesado y nadie estaba cómodo ahí dentro.

- El colgado. Dijo el brujo

- ¿Qué significa eso?

- Habrá muerte. Hay algo muy malo en tu hogar y no se ira hasta conseguir lo que quiere.

El brujo vuelve a barajear la pila de cartas, y sacó más, se notaba agitado y nervioso. Sus dedos temblaban al momento de sacar cartas.

- La muerte, el diablo, la torre. Dijo el brujo agitado.

Luis y Michael estaban paralizados, la expresión del brujo lo decía todo, tan solo estaban observando las cartas que iba sacando el hombre.

- ¡Largo de aquí! Algo muy peligroso esta en tu casa, y no quiero ser parte de eso ¡LARGO!. Gritó el brujo mientras guardaba todo, estaba aterrado.

Ambos salieron corriendo de ahí, Luis tiene un semblante roto. Tan pronto llegan a su casa, Michael le dice

- No creas en esos charlatanes, eso es lo que son. Dijo tratando de calmar a Luis

- ¡Te odio! La maldita bruja de tus pesadillas ahora está en mi hogar, y me quiere a mí.

- Tan solo cálmate, no te puede hacer nada.

- ¿Eso como lo sabes? Siempre actúas como si fueras un genio, pero no eres más que un idiota egoísta.

Luis entro a su casa enojado, ignorando a Michael que intentaba hablar con él. Tan solo quería estar solo. Mike volvió a su casa enfadado y preocupado por Luis, pero sabía que en ese momento no iba a poder hablar con él. Aprovechando que aún era de día, recogió y fue a devolver los libros que tomo prestados a la librería cercana a su casa. Al llegar, Samantha lo saludó como siempre.

- ¡Qué tal Mike! ¿Vienes por más libros?

- ¡Hola! No, solo vengo a entregar ambos.

- ¿Encontraste lo que buscabas? Dijo mientras volvía a guardarlos en el almacén.

- Si, muchísimas gracias, si consigues algún otro libro de ese estilo, házmelo saber, por favor.

- Cuenta con ello Mike, ¿no tomarás ningún libro entonces?

- No Samantha, esta vez no, tengo que irme. Dijo Michael mientras se despedía.

- Vale, ¡con cuidado!

- Adiós.

Michael estaba mal, su confianza había caído tan bajo que ya no sabía si su hogar era un lugar seguro. Tan solo piensa en que le podría pasar a Luis después de la reunión que tuvieron hace un rato. Se sentía al límite, tan solo quiere llegar a su casa, y estar con sus padres. Era todo lo que necesitaba.

Lo inevitable llegó, la oscuridad de la noche empezó a invadir el cuarto de Michael. Los escalofríos iban y venían y su paranoia lo hacía escuchar gritos a lo lejos. Él sabía que no eran reales, pero su mente le jugaba una mala pasada y le hacía sentir un terror que le llegaba hasta los huesos.

Se mantuvo despierto todo lo que pudo, pero no venció al sueño. Abrió los ojos y ya no estaba sobre el pasto en la plaza. Esta adentro de la casa de Luis, sentado en la silla donde jugo a la ouija con ellos. Está muy oscuro, hace bastante frio y se escucha como el aire pasaba por las ventanas. El anciano está sentado del otro lado de la mesa. Justo enfrente de él.

- ¿Qué hacemos aquí? Dijo Michael

- Ayúdalos. Dijo el anciano mientras señalaba hacia las escaleras que guiaban a los cuartos de Luis y su madre

De pronto, se vio la misma silueta blanca, la misma mujer, solo que ahora Michael la tenía tan cerca, que le podía ver el rostro. Ella está parada en la base de las escaleras, volteando directamente hacia él. Tiene un rostro horrendo, los ojos totalmente negros con una sonrisa macabra, los dientes podridos muy grandes y sin piernas, su vestido está roto, y tiene muy poco cabello. Se escucha la misma risa demoniaca, y la bruja sube levitando hacia la parte alta de la casa. Michael no se puede mover, tan solo puede escuchar cómo se abre una puerta, y se escucha un grito desgarrador.

El anciano ya no está sentado en frente de él, ahora está parado, viéndolo, mientras sus ojos se vuelven negros y grita:

- ¡NOOOOOOOOOOOO!

Michael no soporta esto y abre los ojos, está sudando y la oscuridad de la noche aun traspasa su ventana. Prende la luz enseguida, e intenta marcar a la casa de Luis, sin encontrar respuesta.

Eran las 5:10 de la mañana, ya falta poco para el amanecer y lo primero que el hará es ir a casa de Luis. Se mantiene despierto pensando en que quizás solo fue una pesadilla más, o si lo que vio sucedió de verdad.

Estar en estado crítico te hace pensar en muchas cosas, pero no puedes concentrarte en ninguna de ellas, ya que pareciera que cada parte de tu cuerpo tiene una cosa por la cual preocuparse, y llegas a un estado de confusión que solo te deja en la nada. Eso vivía Michael.

Llegó la luz, y enseguida salió corriendo hacia casa de Luis. A una cuadra de su destino, vio algo que lo dejo helado - si es que se puede aún más-, vio una ambulancia y un cadáver en una bolsa, además de la policía y algunos vecinos. Llegó la muerte.



LA PARTE 2 ESTARÁ DISPONIBLE EL VIERNES A MEDIA NOCHE, NO SE LA PIERDAN.

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⏰ Última actualización: Jun 22, 2023 ⏰

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