capitulo 3: parte 2*

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contenido para adulto--------------------------------*

Cruzando la habitación con grandes zancadas, abrió las puertas que conducían a una sala de clausura. Era un cuarto. A la luz de las velas, una cama se destacaba vívidamente.

"Ee ..."

Mientras estaba abrumado por la sorpresa, Sekka fue tirado en la cama. Más rápido de lo que su cuerpo fue capaz de reaccionar, sus movimientos fueron bloqueados por Kishoh inclinándose sobre él. El humo que salía de un quemador de incienso cerca de la almohada se balanceaba en el aire, llevando el espeso aroma de sándalo.

"Que eres...?"

Incluso sobre la ropa podía sentir el físico fuerte del hombre. Ridiculándose sobre el tembloroso Sekka, Kishoh levantó la esquina de su boca.

"Te dejaremos aliviar nuestro aburrimiento".

"..."

El hombre que hasta ahora no había sentido ni una pizca de deseo, de qué demonios estaba hablando ahora. Mientras Sekka desconfiaba de sus oídos, Kishoh se corrigió con la sonrisa de un malhechor.

"Lo que queremos decir es que queremos que nos atienda".

"¡No murmures tonterías! Qu ... quién lo haría con alguien como tú ...

Justo cuando escuchó las palabras 'asistir', las mejillas de Sekka se pusieron tan cálidas como si estuvieran ardiendo.

Debido a que en Ka, entre los altos funcionarios, había quienes mantenían amantes masculinos, y había sacerdotes del Palacio de la Luna que habían favorecido las páginas, Sekka sabía que existían personas con ese tipo de interés.

Sin embargo, había pensado que era un mundo no relacionado con él. Era algo fuera de los límites de su imaginación. O bien, ¿Kishoh realmente sabía el secreto de este cuerpo?

"En efecto. No me interesan los hombres, pero ...

Mientras decía que no estaba interesado en los hombres, Kishoh inmovilizó a Sekka que se retorcía para escapar. Su cuerpo entrenado estaba lleno de músculos pesados ​​y duros, por lo que Sekka se volvió incapaz de moverse.

"Tenemos curiosidad, ¿por qué despiertas tanto interés en nosotros?"

"St ... detente"

La mano de Kishoh se deslizó bajo la faja que sostenía la túnica de Sekka. Este hombre, Sekka no creía que Kishoh pudiera sentir deseo por él. No podía haber ningún error, esto era Kishoh burlándose de él o una retribución por su plan engañoso de que pretendiera ser la princesa.

Mientras Sekka seguía confundido, Kishoh desabrochó con calma la faja y abrió el cuello de la bata. "Eso estuvo bien pensado", murmuró Kishoh con admiración al ver la ropa interior engañosa.

Ahora que se sabía que él no era una mujer, incluso si se veía su pecho plano, no importaba. Sin embargo, tocarlo era un asunto diferente.

Agrupando las resistentes manos de Sekka en una de las suyas y sujetándolas sobre su cabeza, Kishoh tanteó su pecho. Las manos que podían manejar no solo un pincel de escritura sino también una armadura eran ásperas y voluminosas. Cuando esas manos quedaron atrapadas en su piel, su espalda se agitó.

...Injusto.

El Sekka que había decidido convertirse en el Emperador de la Luna nunca había tenido relaciones sexuales con otra persona. Desde el momento en que tuvo su primera eyaculación, rara vez había experimentado la masturbación también. La raíz de su evitación de todo lo relacionado con el sexo era el asco que sentía hacia su propio cuerpo.

Noches secretas en el palacio interiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora