Lleva todo el desayuno intentando contactar con Bruno, nada, lo que le extraña es que da llamada pero nadie contesta al otro lado.
Desesperada, se levanta de la mesa de la cafetería con tan mala suerte que no se da cuenta de que no se ha acabado el café y los restos terminan en su bata blanca.
—Mierda, mejor no haberme levantado de la cama esta mañana.— Suspira y recoge el vaso que ha caído en el suelo.
— Chica, que aires me traes y no son ni las 10.— Marta se ríe acercándose a su amiga.— Tengo una bata de sobra en mi consulta, ahora te la llevo.— Deja una caricia en la cara de la catalana pequeña.
— No te preocupes Martu, yo también tengo, solo que hoy no es mi día.— suspira y se vuelve a dejar caer en la silla, total aún le quedan 20 minutos de margen hasta la próxima consulta.
— ¿Problemas?.— Le agarra la mano para que sepa que está con ella, que le puede contar lo que le está rondando por esa cabecita.
— Es que no lo sé Marta, llevamos hablando todas las noches súper bien y me dijo que por la mañana me llamaría nada más despertarse y aún no lo ha hecho.— Lo dice todo de carrerilla sin ni siquiera respirar, cuando acaba levanta la cabeza y mira a su amiga.— Estoy entre preocupada y mosqueada.
— Estará haciendo algo Aiti, o quizás aún esté sobado.— Se encoge de hombros sin saber muy bien que decirle, nunca le gusto ese chico para su amiga.
La mañana pasa tranquila entre consulta y consulta, se alegra de no haber tenido urgencias y que todo haya ido sobre ruedas porque le espera una tarde complicada, tiene que hacer la tarta de Ana con Miriam y los chicos sin que Ana se entere y ese es un gran problema no saben qué hacer para que Ana no llegue antes de las 6 a casa.
*****
Está haciendo su plato estrella para la noche, tortilla de patatas sin cebolla.— Mierda, mierda, mierda....— mete el dedo bajo el grifo pero no consigue parar la sangre, coge lo primero que ve y hace presión para ver si así hay suerte.
Cuando ve que lleva minutos con el dedo liado en un trapo de cocina y que el trapo parece teñido con tinto se da cuenta que quizás lo que creía que era un cortecito necesité ser visto por un profesional.
Se monta en el coche y conduce como puede hasta la puerta del hospital.
Es Marta la que está en urgencias, desearía que hubiese sido otra persona así quizás no hubiese montado el numerito al ver pasar el hilo por su dedo.
— Voy a ver si puedo encontrar a Aitana, quizás todavía no se haya ido.— Le dice al gallego al verlo blanco y con muy mala cara.
—No hace falta, puedo irme solo.
— Luis casi te desmayas, me has pedido que te pusiera anestesia, chico ¿tú te estás viendo? No puedes coger el coche así.
*****
Perfecto, Aitana recibe un mensaje de Miriam en el que le dice que Ana ha dicho que llegará tarde a casa que quiere ir a mirarse algo de ropa para salir de fiesta esa noche.
Pobre ilusa piensa Aitana, ni se imagina la fiesta que le están preparando, Ana siempre ha sido muy atenta con todos y que menos que prepararle una sorpresa entre ellos, ya que Miguel Ángel está de viaje y no va a poder celebrarlo con él.
Lo que no sabe Aitana es que Ana no va a comprarse nada para esa noche, va a recoger a Bruno al aeropuerto.
El chico ha decidido darle una sorpresa a su novia y es que anoche al colgar la videollamada le dieron tantas ganas de abrazarse a ella y poder dormir juntos que nada más levantarse a pillado el primer vuelvo con rumbo a Madrid.
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Inesperada casualidad
RomanceAitana y Luis se encuentran por casualidad, poco a poco la cosa irá a más, pero algo lo cambiará todo.