❝ III ❞

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Autora POV.

El viento golpeaba fuertemente contra la cara del menor, meciendo su capa larga en el aire bajo la luz de la luna y SuiBian galopaba lo mas rápido que podía dirigiéndose hacia el interior del bosque JinZhi mientras que el cazador agarraba con fuerza el huevo de dragón. 

Una vez había salido del callejón pudo montarse en su caballo que lo esperaba justo en la entrada del reino, había logrado escapar de los soldados y al salir por las grandes puertas los dos guardias que vigilaban la entrada todavía no habían sido informados de lo sucedido, cosa que facilitó la salida al menor.

Habían estado un par de horas corriendo sin parar pero por fin lograron divisar los grandes arboles del bosque, por lo que Wei WuXian redujo la velocidad de su caballo y bajó de él para que este no tuviera que seguir cargando con su peso y pudiera descansar un poco.

Una vez aseguró el huevo en un brazo, el cazador cogió las riendas de SuiBian y juntos caminaron hacia el interior del bosque.

El sonido de las aves nocturnas era lo único que se podía escuchar, además de los pequeños riachuelos y el aire meciendo las hojas de los árboles.

Wei WuXian nunca había pisado el bosque de noche y la sensación de que todos los animales le observaran provocó un pequeño escalofrío en su cuerpo, apretando un poco más fuerte las riendas del caballo.

Por otro lado, SuiBian también estaba un poco asustado pero no por la oscura noche, si no porque podía sentir los ojos de cierta criatura observándolos desde la distancia.

Caminaron esquivando algunas ramas grandes que habían caído por el suelo y cruzaron por algún que otro río, sin darse cuenta de que estaban a punto de llegar a los límites del bosque JinZhi.

El ambiente cálido y vivo del bosque comenzó a desaparecer a medida que daban un paso, pues las ramas de los árboles comenzaron a ser secas y oscuras; los animales no parecían querer adentrarse más, pues poco a poco estos comenzaron a dejar de escucharse y la hierba se había convertido en un barro seco y duro, parecido a la piedra.

—Bien... Aquí será suficiente. —dijo el menor observando su alrededor.

Soltó las riendas de SuiBian y buscó un lugar donde colocar el huevo.

Caminó con cuidado sobre el barro, pues a pesar de que la luna iluminaba lo suficiente el suelo estaba un poco desnivelado y lo último que el humano quería era caerse. Se adentró un poco más encontrando dos grandes rocas que apuntaban la una con la otra, dejando un pequeño hueco en el medio.

—¡Ahí! —sonrió.

Subió con cuidado a pequeña cuesta, pero el sonido de SuiBian golpeando el suelo con una pata junto con un relinche suave y con cierta preocupación hizo que el menor se girara hacia él.

—No pasa nada, SuiBian. —dijo colocando el huevo en el centro de las piedras.

Una vez se aseguró de que este no pudiera tambalearse se dirigió hacia el caballo y acarició su cabeza.

—Busco algunas hierbas para ocultarlo y nos vamos. —le dio un pequeño beso antes de indagar por la zona.

Cogió un par de hojas secas y un montón de ramas finas del suelo y volvió a dirigirse hacia el huevo de dragón, se sentó sobre sus piernas y comenzó a taparlo con lo que había recogido pero antes de ocultarlo del todo buscó algo dentro de un bolsillo de su capa.

Unos arbustos a un par de metros se movieron, provocando que SuiBian se girara hacia esa dirección encontrándose con un par de ojos dorados. Su cabeza se levantó y caminó hacia estos con cierto temor pero un susurro que solo él pudo escuchar provocó que su cuerpo se relajara y diera pequeños saltos dirigiéndose de nuevo hacia su amo, quien parecía no haberse enterado de nada.

Dragon's Blood.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora