Wolves of Eternia

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Eternia es un lugar mágico lleno de hermosos paisajes y criaturas fascinantes. Una tierra dividida entre reinos con diferentes territorios pero entre tanta luz siempre existe la oscuridad y el miedo de los Eterianos es "la horda". Es un grupo de invasores que llegaron a Eternia hace unos 18 años con el objetivo de gobernar todo el mundo a base de miedo y poder, ganando una gran fuerza con el paso del tiempo, pero los reinos dieron la cara a tal amenaza uniéndose cada reino para formar lo que se conoce como "la rebelión" Desatando una guerra entre ambos bandos.

Una mujer caminaba desesperada por el bosque, el manto estelar se posaba en lo más alto junto la el hermosa luz plata que la luna portaba, la mujer quitaba las hojas de su camino debido al espeso follaje, el tronar de una rama al romperse hizo que la mujer volteara atenta mirando un punto del bosque.

-¿Melog, eres tú?- pregunto la mujer insegura- No estoy para juegos, debemos volver a casa antes de que la patrulla de la horda o la rebelión nos vea- aclaro la mujer mientras una figura felina salía de un arbusto-

La mujer miro feliz a su amigo mágico y acaricio el suave pelaje purpura que este portaba mientras que su amigo felino soltaba suaves ronroneos. Un fuerte aullido hizo que ambos dieran un salto del susto y corrieran en dirección opuesta a donde se había escuchado el aullido, la mujer se montó en el lomo de Melog quien corría a gran velocidad ellos podían oír como los perseguían y no estaban tan lejos de ellos, ambos vieron una ladera con filosas y frías piedras pero en su desesperación por escapar el felino salto a la ladera usando sus enormes garras para mantenerse estable en las lisas rocas, la mujer de cabello castaño volteo atrás y mirando a dos licántropos de color plata que los miraban de lejos con una mirada que no demostraba ninguna expresión.

-Melog vamos a casa antes de que nos capturen a los dos -ordeno muy seria y su compañero asintió-

El felino enredo su cola en la cintura de su acompañante y desapareció de la vista de los licántropos usando una de sus habilidades que se trataba del camuflaje. Ambos siguieron su camino por unos minutos hasta llegar a una cascada oculta entre espesos y grandes árboles, la mujer pasó dentro de cascada mojando su alborotado cabello castaño mientras miraba como su amigo Melog dudaba en entrar a esta.

-Catra no quiero entrar, esa agua está demasiado fría -maulló el felino mirando con disgusto el agua que caía de la cascada-

-Melog tú fuiste el que escapo de casa no tenemos tiempo antes de que esos licántropos nos encuentren sabes muy bien que no soy como una eteriana normal y si nos ven quien sabe no que nos aran- le recordó la mujer con un tono triste que trato de ocultar con enojo-

-Catra eres una vampiresa no eres tan diferentes a ellos a simple vista y vamos, no te emociona saber que hay más allá de los bosques susurrantes- insistió el felino entrando a la cascada cual tenía una cueva en su interior-

El hogar de Catra y Melog era una cueva bastante cómoda y escondida, tenía cojines, camas, cocinas, todo lo que necesitaba, para entrar tenías que pasar el espeso y confuso bosque para luego entrar dentro de la cascada pero solo el hecho de pasar el bosque había sido difícil para algunos, muy pocos sabían de la existencia de la joven vampiresa Catra, la joven portaba una cabellera castaña, unos raros pero hermosos ojos con heterocromia teniendo uno de color ámbar y otro azul y su piel morena era lo que identificaba a Catra.

-Están por aquí juro que lo escuche -se escuchó una voz femenina proveniente del bosque no muy lejos de la cascada-

Melog rápidamente se colocó en frente de la vampiresa y enredo su cola en la cintura de esta camuflándose, sabían que para encontrar la cascada ya no les tomaría mucho tiempo estaban demasiado cerca de ella en estos momentos.

-Glimmer estamos muy lejos de Luna Brillante, además nunca había visto esta paste del bosque- la voz provenía más cerca que la primera, esta voz era más grabe y masculina-

-Debemos atrapar al intruso hordiano que vieron la patrulla del castillo- aclaro una tercera voz más suave-

Melog y Catra solo se limitaban a ver esperando que no encontraran la cascada pero para su mala suerte un grupo de tres personas aparecieron en frente de la cascada dejando estela de brillos a su alrededor, Catra miro fascinada a la rubia del grupo que portaba una ojos azules, y una camisa a cuadros de color rojizo, tenía un brazalete dorado con una gema azulada incrustada en esta. A su lado estaba una joven de cabello rosado y morado, con ojos del mismo color, ella era más baja que la rubia y portaba una camisa a cuadros de un color morado más oscuro. Al lado de la chica más baja estaba un joven de buena musculatura, de piel oscura y este portaba un arco dorado en su mano con una flecha ya puesta en esta preparada para ser lanzada.

-Qué lugar tan hermoso, ¿Por qué no me lo mostraron antes chicos? -pregunto la rubia bastante entretenida mirando el agua cristalina caer de entre las rocas-

-Por qué no sabíamos que esta cascada existía además tienes una en tu cuarto Adora -respondió la joven de cabello rosado sin mucho interés mientras buscaban rastros de la "intrusa"-

-Y todavía no se para que es -murmuro para sí misma-

-Debemos enfocarnos en la misión de saber quién era la intrusa -Aclaro Glimmer mientras estaba apoyada en un árbol-

La morena ya estaba cansada de escuchar a el grupo de la rebelión y pero cuando estaba por retroceder para huir de ellos solo un paso hizo que el arquero disparara una flecha que desplegó una red que Catra logro esquivar pero su felino amigo quedara atrapado el camuflaje desapareció y el grupo de la rebelión al ver movimiento dentro de la cascada entraron sin pensar mirando a la joven vampiresa tratando de romper las sogas. La vampiresa al notar la compañía se puso en posición de combate mientras sus ojos brillaban de la furia. Melog mordió con fuerza las sogas y destrozándolas para ver a la rebelión escarpando su cuerpo cambiando a una forma más hostil. La rubia miraba a la vampiresa con fascinación y sorpresa.