No era raro que no prestara atención en las clases, pero lo que si era raro, o mejor dicho nuevo, era que no dejara de estar alerta por si el chico de cabellera verde hacía algún movimiento que le indicara que iba a acercarse a él, cuando se le cayó un lápiz casi le da un infarto a Katsuki.
Y así pasó el día, pendiente de un chico que "conocía", ¿después de más de 6 años podía considerar que le conocía?
—Ya os podéis ir a casa, la clase a terminado. —Ni siquiera logró captar eso, se quedó muy concentrado mirando de reojo como el pecoso recogía sus cosas, según pasaban los segundos se iba poniendo más nervioso.
Izuku se levantó, se fijó en que Katsuki seguía sentando y con una mirada perdida, así que, con un poco de timidez, decidió preguntar.
—¿No te vas a ir a casa? —Bakugo pegó un brinco en la silla, miró a Izuku con los ojos bien abiertos, ¿qué le había preguntado? No lo llegó a escuchar. A lo mejor se notó por su cara, pero el peliverde repitió. —¿Es que te vas a quedar en clase? —La cara del peliverde era la mejor forma de definir lo que significaba confusión. En cuanto a Katsuki, cuando estuvo dispuesto a responder, alguien se le adelantó.
—Oye tú, quirkless. —Dijo el dedos largos a Izuku, quien solo se quedó allí quieto mirando al que le llamó, el rubio no podía estar más enfadado después de escuchar esa voz, comenzó a recoger sus cosas para irse. —No creo que quieras una paliza, así que lárgate. —Katsuki se quedó congelado, miró a Izuku un poco desconcertado, ¿qué se suponía que debía hacer ahora? ¿Debía defender a Izuku, quedarse callado, apoyar al dedos largos? Otra vez el mareo, otra vez las náuseas.
Midoriya miró ambos chicos, y sonriendoles a los dos, se fué, como si nunca hubiera hablado con ellos, como si nunca le hubieran hecho pasar un infierno, no le iba a amargar el día un comentario como ese, se fue muy contento al parecer, cosa que dejó a Bakugo con la boca ligeramente abierta, los recuerdos que le vinieron de repente le decían que ese no era Deku, que el Deku que conocía se hubiera puesto a temblar, y dedicandoles una mirada asustada a la par que se tapaba con una libreta, saldría corriendo, pero no, les sonrió tan tranquilo y se fue, ese no era Deku, era imposible que fuera Deku.
—Ja, ya volvemos a tener al saco de boxeo, ¿le quitamos la sonrisa, Bakugo? —Katsuki estaba cansado de aquel chico de dedos largos.
—Ya no te soporto más. —Dijo agarrando al chico del cuello de la camisa, levantando su otra mano, enseñando su Palma dejar salir humo, la peligrosa sensación de la anticipación a una gran explosión era simplemente agobiante, y el que estaba siendo amenazado estaba muy asustado. —Escúchame, imbécil, porque solo lo voy a decir una puta vez, odio repetirme, si buscas protección empieza a defenderte solo y deja de seguirme como un puto patito, ¿entiendes? —Las pocas personas que quedaban en clase miraban la escena como esperando a que pegara la explosión y poder irse, al final, Bakugo optó por no buscarse muchos problemas, y después de que el dedos largos asistiera de forma veloz y nerviosa, lo soltó y se fue, pero no se fue como el pecoso, se fue mucho más cabreado de lo normal.
Caminaba con las manos en los bolsillos y con cara de pocos amigos, tenía la intención de llegar a su casa y calmar la voz que le gritaba que quería saber donde estaba ese pecoso.
Pero lo que Katsuki no sabía era que el destino y esa voz de su cabeza eran amigas, así que, para nadie sería extraño que Izuku estuviera esperando en la entrada de la escuela, Katsuki abandonó momentáneamente su expresión cabreada por una de pura confusión. El pecoso, al toparse con la mirada del de ojos rojos sonrió, ¿le esperaba a él? Bakugo miró hacia los lados, esperando que la respuesta a esa pregunta fuera un rotundo "no", pero al devolverle la mirada Izuku se puso a reír ligeramente, como si la reacción del rubio fuera lo más tierno que ha visto nunca.
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¿Y ahora qué? (Hiatus)
FanfictionIzuku desapareció cuando cumplió los seis años, y nadie sabía que le pasó los años siguientes. A los catorce años, Katsuki volvió a encontrarse con el inocente niño de pecas, algo cambiado, del niño apagado y que se dejaba golpear, a un niño que no...