Capítulo VI -Festival de mayo

791 77 12
                                    

Disclaimer:

Los personajes no me pertenecen Candy Candy es propiedad de Kyoko Misuky y la mangaka Yumiko Igarashi; sin embargo la historia que les comparto si es de mi completa autoría y no tiene fines de lucro.

.

.

.

Llegó el día tan esperado: nuestro primer Festival de Mayo.

.

Mis ojos brillan al entrar al salón. Hay luces, velas y moños por todos lados. Las sillas y mesas están revestidas con manteles en color marfil con diseños en dorado y flores que adornan como centro de mesa, entre copas y botellas de bebidas finas y bien elaboradas.

Todo se ve tan luminoso y perfecto que me pareciera que estoy en un cuento de princesas. Y a decir verdad, si que lo estoy, pues tengo a mi lado al chico mas buenmozo de todo el colegio. Verlo en ese traje de Romeo, en color oscuro y ese antifaz, aunado a su porte elegante le da un toque varonil y misterioso haciéndome suspirar.

.

Entramos de la mano y no me puedo sentir más afortunado. ¡Ella está a mi lado!, la chica más hermosa del colegio está conmigo. Me deleito al observarla, con su vestido rojo ceñido un poco más arriba de su cintura, tiene el cabello recogido y sobre este, una peluca en color rojizo en forma de trenza larga que le sobrepasa la cintura, y sus ojos, sus ojos brillan detrás de ese antifaz, rivalizando con el brillo de las elegantes piedras que lo adornan.

Ni mi padre, ni el de Candy, han podido asistir al festival; por lo que somos libres de disfrutar totalmente y sin limitaciones. Reímos y bailamos, aprovechando la ventaja que nos regalan nuestros disfraces al no poder ser reconocidos.

Ver a Candy, divertirse como niña pequeña, no tiene precio. Me encanta su curiosidad insaciable y su alegría contagiosa; me ha enseñado, que no importa que vida te haya tocado, lo que importa, es lo que tú decidas hacer con ella.

Sin duda, se convertirá en una gran señorita, y hoy pienso dar el primer paso, para ser yo, quien este a su lado en ese momento, y para siempre.

Ella no lo sabe, pero tengo una sorpresa preparada en nuestro lugar especial, y estoy totalmente nervioso y emocionado a la vez.

—Candy, ¿te apetece que vayamos a tomar un poco de aire?

—Me encantaría, Terry, estoy un poco cansada de tanto bailar, aunque lo he pasado maravilloso, no puedo creer que el colegio permita este tipo de eventos. Al parecer no todo es tan asfixiante, —menciono con una sonrisa en mis labios que seguro se refleja en mis ojos. Estoy feliz.

—Eso es, porque estás conmigo pecosa y por supuesto, ¿Cómo no lo pasarías bien a mi lado? ¿Alguna vez te he decepcionado? —afirmo mientras le muestro mi mejor sonrisa de lado.

—No me digas, deja de ser tan arrogante, Terry, —contesto mientras le saco la lengua, a lo que él solo sonríe. Es tan fácil ser yo misma a su lado.

Me toma de la mano y entrelaza sus dedos con los míos, levanto mis ojos y le observo, esta noche hay un brillo especial en esos hermosos ojos azules; de los cuales vivo hipnotizada desde hace un tiempo.

—¿Te parece si vamos, un momento a nuestra colina? —pregunto embelesado por esa mirada, que me pone aun más nervioso.

—Me parece genial. —Respondo apenas, siento que hay muchas emociones fluyendo en mi interior.

Caminamos tranquilos y en silencio hasta llegar a la colina. Al llegar ahí, veo que hay una manta roja colocada sobre el pasto, y encima de está, varios entremeses para degustar; volteo a ver a Terry, quien me mira y me sonríe feliz; puedo ver en sus ojos esa mirada de niño travieso, lleno de alegría, felicidad e ilusión, que me conmueve totalmente. Después de conocer como ha sido su vida, me siento feliz, de verlo tan libre de esas creencias, que habían hecho mella en su autoestima.

A mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora