Third Day

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- ¿A dónde vas?
- He quedado con Kid - dije poniéndomela la chaqueta.
- ¿Por qué con él?
- Creo que lo que quieres preguntar es: "¿por qué no conmigo?"
Ace miró hacia otro lado.
- No me gusta.
- No te gusta ningún chico que se intente acercar a mí.
- Soy tu mejor opción.
- Eres mi mejor amigo.
- No es suficiente, quiero ser algo más para ti.
- Ace, querido, estás siendo muy celoso - dije cogiendo su cara para que me mirase -. Y ya sabes qué pienso de los celos.
- Lo sé... pero no puedo evitarlo - respondió bajando la mirada.
- Mira, tú eres mucho más que un buen amigo para mí. No por nada te dejo vivir en el mismo apartamento que yo. Pero por esa misma razón, deberías actuar como mejor amigo, apoyándome en mis decisiones.
- Sólo soy tu mejor amigo porque crecimos juntos.
- Mentira. No eres el único amigo de la infancia que tengo. Recuerda que también tienes dos hermanos con los que crecí: Luffy y Sabo. Eso sí, eres con el que mejor me llevo de los tres.
- Pero ahora dirás que con lo bien que nos llevamos, más que mejores amigos, somos ya casi como hermanos, y por esa razón te niegas a salir conmigo.
- Oye, yo te di la oportunidad, tú te negaste.
- ¡Pero en ese momento no tenía claro mis sentimientos! ¡Por favor, (t/n)...! - cogió mi mano y la besó -. Dame... dame otra oportunidad.
Justo después de decir eso, se tiró encima de mí y me besó. No sabía qué hacer. Una parte de mí quería empujarlo, pero otra pequeña parte quería que ese momento durase para siempre. En realidad, mis sentimientos por Ace seguían vivos, solo que los intenté encerrar en lo más profundo de mi corazón. Al final, esa pequeña parte que quería tener a Ace entre mis brazos ganó y correspondí el beso.
- ¿Entonces eso es un sí? - preguntó tras separarse.
Tardé en contestar ya que estaba confundida por lo que acababa de suceder, pero cuando volví en mis sentidos, no pude evitar ponerme roja.
- No.
- ¿Por qué no?
- Me voy. No quiero llegar tarde - dije saliendo lo más rápido posible del lugar con la cara más roja que un tomate.
- Maldita sea... no funcionó. Entonces no me queda opción que realizar el plan B - dijo Ace tras mi marcha.

* * *

- Lo siento, llego tarde - me disculpé con Kid al llegar.
- Tranquila, yo también acabo de llegar. ¿Entramos? - me contestó indiferente, como casi siempre.
- ¡Claro! - sonreí.
Kid entró primero al bar al que habíamos quedado ir y mantuvo la puerta abierta para mí.
- Gracias - le dije con una dulce voz.
Nos sentamos en la mesa que habíamos reservado de antemano y ordenamos unas bebidas.
Mantuvimos una conversación entretenida hasta que alguien entró en el local y sonó la distintiva campanilla en la puerta de entrada. Al principio no le di importancia, pero esa persona se sentó a mi lado como si nada. Me giré molesta para decirle unas palabras, pero me encontré con Ace.
- ¿Portgas D. Ace? - preguntó Kid frío.
- Ese es mi nombre.
- ¿Qué haces aquí? Esta no es tu cita.
- Solo pasaba por aquí y os vi, así que vine a saludar.
- Entonces, ahora que ya has saludado, te puedes ir.
- Pero... me ha entrado hambre, así que pediré algo de comer. Vosotros seguid a lo vuestro, no molestaré.
Después de que le trajeran su plato de comida, Ace empezó a comer, pero a mitad de un bocado se quedó dormido. Era normal viniendo de él, pero esa vez estaba fingiendo, aunque yo no lo sabía.
Como Kid y yo pensamos que Ace se había quedado dormido de verdad, seguimos con nuestra plática.
- Oye... (t/n)... Tengo una propuesta.
- Dime.
- Yo, Eustass Kid, quiero proponerte ser mi novia.
- ¡Me niego! - gritó Ace de repente, asustándonos y llamando la atención de todo el bar.
- No te lo he preguntado a ti, idiota.
- Me da igual, no lo aceptaré. No pienso que (t/n) salga con un hombre tan bruto y cruel como tú.
- ¡¿Qué has dicho?! - gritó Kid y en un ataque de furia quiso pegarle un puñetazo a Ace, pero este último lo consiguió parar, enfureciendo más al pelirrojo.
- ¿Ves? Eres un bestia.
Me levanté de golpe llamando la atención de ambos hombres y me fui indignada del local.
Más tarde, cuando Ace regresó al apartamento, intentó abrir la puerta, pero no lo consiguió ya que tenía la llave puesta desde dentro.
- ¡(t/n), abre la puerta!
- ¡Reflexiona primero sobre lo que has hecho!
Después de eso, dejó de llamar a la puerta o insistir en que le abriese. Iba a volver a mi habitación, pero sentí un mareo que me hizo tambalearme.
- Ugh... - dijo con la mano en la cabeza.
Me había empezado a doler de nuevo. Fui como pude hasta mi habitación y me dejé caer en la cama. Al día siguiente me desperté porque alguien estaba hablando demasiado alto en la calle, justo delante del edificio.
- ¡Idiota! ¡Por tu culpa ayer ni siquiera me dejó entrar!
- ¿Y por qué me echas la culpa a mí? Si no hubieses interrumpido nuestra cita ayer, eso no habría pasado.
- Si tú no hubieses sido un bestia, ella no se habría enfadado.
- ¡¿Qué?!
Bajé en seguida para parar a esos dos. Nunca llegué a entender por qué ahora se tenían que llevar de ese modo. En un pasado, habían sido buenos amigos, habían tenido una buena relación. Y me gustaría que se siguiesen llevando igual de bien.
Una vez abajo, intenté detenerlos de empezar una pelea, pero no fue fácil.
- ¡No te metas, (t/n)! - había exclamado Kid.
- Sí, no te metas o acabarás herida - le dio la razón Ace.
Por más que les dijese que parasen, por más que les gritase y les intentase parar, no lo conseguía. Fue entonces que llegó un repentino dolor de cabeza sumado a un mareo que nubló mi vista y me hizo perder el equilibrio.
- Basta... - fue lo último que dije antes de caer al suelo.
- ¡(t/n)! - me llamaron los dos, pero yo ya había perdido la consciencia.

One Piece Week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora