Preludio al verano de 2004

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11/07/2004

🐇TK_KUN🐇Que estés despierta a esta hora solo puede significar una cosa. 00:01 a.m.

Hikari: ¿Qué? 00:01 a.m.

🐇TK_KUN🐇: Que estás buscando las respuestas a la clase de ayer. ¡Ya sabía que no podía dejarte sola con las matemáticas! 00:01 a.m.

Hikari: No es cierto. Estoy hablando con mi amiga Nat. 00:05 a.m.

🐇TK_KUN🐇: Nat ni siquiera es un nombre. ¿Cómo sabes que no es un pervertido que solo quiere sonsacarte información? 00:06 a.m.

Hikari: Ya no veremos películas policiales juntos... 00:11 a.m.

🐇TK_KUN🐇: ¿Aun no regresa Taichi? 00:20 a.m.

Hikari: No, sigue con Sora... Es la tercera vez en la semana que salen. 00:20 a.m.

Hikari: ¿Cómo lo lleva Yamato? 00:20 a.m.

🐇TK_KUN🐇: Mejor de lo que pensaba, pero aun no quiere salir con nadie. 00:20 a.m.

Hikari: Bueno, es que él sí tiene sentimientos, no como otros. 00:21 a.m.

🐇TK_KUN🐇: ¿Qué quieres decir? 00:21 a.m.

Hikari se ha desconectado

• • •

Generalmente se siente con renovadas energías después de salir de la ducha, sobre todo cuando toma un baño bien caliente a primera hora de la mañana, cuando acaba de despertarse. Sin embargo, ese día algo no está bien. Se siente incómodo y no puede ocultarlo.

—¿Por qué la cara larga?

Takeru no esperaba encontrar a su madre en la cocina cuando saliera vestido solamente con un pantalón hasta las rodillas, el cabello húmero y el teléfono celular en la mano derecha, así que se para con un respingo cuando la mujer le habla.

—Ah, mamá. No sabía que estuvieras aquí.

Se acerca a la mesa ignorando la pregunta de la rubia. Deja el móvil encima y va hasta la nevera a buscar un poco del té matcha de la jarra y pan para tostar. Cuando vuelve junto a Natsuko, esta deja la taza de humeante café sobre la mesa y lo mira con expresión casi severa.

—Aun no me respondes —. Mira de reojo la hora en su reloj de pulsera, como si quisiera comprobar que aun tiene mucho tiempo por delante para dedicarle a su hijo, cuando sabe perfectamente que es todo lo contrario.

—No es nada.

Natsuko se pone de pie con la taza en la mano izquierda y bebe un poco más.

—No te veía tan preocupado desde que Daisuke se le declaró a Hikari.

T-K la mira desde la silla con el rostro de piedra, rogando porque la sangre no se agolpe en él.

»Lo suponía. Se trata de esa chica.

—¿De... «esa chica»?

—Hikari Yagami. Si te gusta, ¿por qué no se lo dices? Eres igual a tu padre.

—N-no entiendo de qué hablas —. Nervioso por el rumbo que ha tomado la conversación, Takeru se apresura a llenarse la boca con té helado.

—Bueno, solo puedo decirte que ella no va a esperarte toda la vida. Si no eres el que toma la iniciativa... —chasquea los dedos desde el otro extremo de la cocina, cerca del recibidor —no llores cuando ya no esté, ¿entiendes?

Takeru, con medio pan metido en la boca para evitar tener que responderle a su madre, asiente con la cabeza cuando siente la mirada clavada sobre sí.

»Me alegra. Nos vemos esta noche. Yo preparo la cena.

Una vez Natsuko Takaishi se hubo retirado del departamento, T-K comienza a toser a causa de las migas del pan tostado que ayuda a pasar con un poco de la infusión. Luego deja escapar un largo suspiro, mira la hora en la pantalla cerrada del teléfono y por último lo abre para rebuscar en los contactos.

Uno. Dos. Tres tonos. Cuando está a punto de colgar, la esperada voz responde en la otra línea.

—¿Sí?

—¿Hikari?

—Sí...

—Soy T-K...

—Lo sé, puedo ver tu nombre en la pantalla.

—Claro, lo siento. Yo... eh... —duda unos instantes, pensando cuál es el verdadero motivo por el que la llamó —quería saber si seguías enojada por lo de anoche.

Una nueva duda. Esta vez, proveniente del otro lado. Se produce un sonido como si Hikari se removiera sobre el teléfono, y el rubio puede visualizarla recostada en la cama, dando vueltas incómodamente mientras busca, al igual que él, las palabras para formularlas de manera coherente.

—No estoy enojada.

Siente cómo el corazón se le detiene un instante para, a continuación, comenzar a latir con mayor velocidad.

—¡Ah! Qué bien. Entonces, ¿quieres...? —se detiene, traga saliva y reformula —: ¿Podemos ir a caminar?

Cinco segundos pasan antes de que la voz de Hikari vuelva a sonar a través del pequeño parlante.

—N-no lo sé, yo... Estoy un poco cansada.

—Claro. Entiendo. Entonces, no hay problema. Ya nos veremos mañana en clases.

Tres segundos de silencio.

—Sí.

Diez segundos de silencio.

—Hikari...

—¿Sí?

—Te quiero. Lo sabes, ¿no?

—Claro. Yo también te quiero.

—No. De verdad te quiero.

—Creo que estas no son cosas que deberíamos hablar por teléfono.

—Lo sé, pero como no puedes... solo quería asegurarme de que lo supieras.

Ambos enmudecen por tanto tiempo que T-K es incapaz de calcularlo.

—Hasta mañana, T-K.


╰☆╮

Yyy con este capítulo comenzamos el final de la bilogía.

¿Qué creen que pase en El reino de las flores? 🤭 ¿Habrá beso o no habrá beso?

• La imagen es del deviantart de Akeemi-chan

La eterna lucha entre la luz y la oscuridad: ExtrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora