Capítulo 1

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Su cuerpo se siente pesado, por poco y podría jurar que no es suyo, sus ojos no responden creando la duda de que realmente lo que percibe sea real, hace un esfuerzo inhumano por mover aunque sea un musculo de su cuerpo por más pequeño que sea, sin lograr resultado alguno.

El desespero que lo invade es abrumador, jamás había sentido tal sensación en su vida o al menos eso cree pues al intentar surcar a través del mar de los recuerdos no puede encontrar momentos, solo una oscuridad total.

No sabe dónde se encuentra, pero de algo está seguro el lugar es frío, lo confirma aquel dolor punzante y fastidioso que emana desde sus palmas, siente que dicho frío busca desesperadamente carcomer su vida, reclamándolo como trofeo en la batalla que impera sobre su cuerpo.

Después del transcurso de unos minutos que pasaron como si fueran horas por fin uno de sus sentidos es expuesto a estímulos externos que le sugieren que la situación es real.

Su mente trabaja a mil por hora intentando aferrarse a lo único certero que ha tenido. Luego de centrar todos sus esfuerzos su sentido auditivo logra agudizarse lo suficiente para reconocer los sonidos que llegan.

Reconoce los pasos de alguien, por el sonido parece ser una persona corpulenta, se pasea a su alrededor hasta que finalmente se detiene en algún punto, busca hallar nuevamente el sonido de la persona pero es imposible hasta que retorna el sonido de los pasos, pero esta vez hay algo diferente, no son los mismos pasos, claramente el taconeo confirma que es una mujer y sin necesidad de observarla se nota lo refinado de su paso pues la cadencia en que lo hace desborda clase.

Al verse acompañado busca por todos los medios gritar para que sepan que él está presente pues no está seguro de que sepan de su existencia, lo intenta una y otra vez, pero su cuerpo sigue siendo ajeno a sus decisiones, finalmente al aceptar que no hay manera de hacer algo se da por vencido con la esperanza de que no lo dejen solo.

No sabe cuánto tiempo ha pasado pero los pasos de un lado a otro se siguen haciendo presentes, en un principio creyó que el no estar solo sería la solución a la desesperación que lo invade, pero ya no está seguro de que sea así, pues esa presencia ahora empieza a jugar en su contra, está creando una fisura en su ser que no quiere experimentar más allá de lo que ya ha emergido.

Nuevamente algo se añade a los estímulos, son murmullos que vienen de las personas que se encuentran a su alrededor, maldice a la vida por no permitirle entender lo que dicen, por más atento que este de los murmullos no logran convertirse en palabras legibles, siguen siendo murmullos que crecen y crecen. Finalmente cesa los murmullos y los pasos de ambas personas empiezan a alejarse hasta hacerse casi inaudibles para terminar la experiencia de sonidos con un leve sonar de un pomo confirmándole la existencia de una puerta.

-Que dices, se salvara?

Pregunta la dueña del taconeo, ya fuera de la habitación, sin saber realmente que respuesta quiere escuchar, pues aún no está segura cuál de las dos le conviene, pero de algo está segura que aceptara la decisión que el destino tome y la enfrentara. Los métodos para enfrentar lo que pase aún son un misterio que resolverá en el camino pues así es ella, metódica y sagaz para desenvolverse en cada obstáculo que se cruza en su camino.

-No te negare que ha sido delicado lo que paso, pero parece ser que el chico es fuerte.

Y ahí está la respuesta tan esperada para la chica, sigue sin saber si es lo que quería escuchar, sin dar muchas largas al asunto se dice para ella misma que la suerte ya está echada y todo dependerá del chico, solo actuara cuando lo crea conveniente, por ahora solo observara.

-No me dices mucho, creo que mi familia debe cambiar de médico.

Analiza al hombre que se encuentra en frente suyo, lo detalla lentamente observando cómo ha cambiado a través de los años, todavía puede recordar la primera vez que lo vio, debe ser por su enemistad con las agujas y el hecho de que lo primero que hizo para ella como médico fue inyectarla. Los años le han pasado al hombre sin duda, pero, aunque haya adquirido algunas pequeñas marcas en su rostro aún conserva su encanto.

Carmuel: Perfectamente imperfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora