En la parte superior de aquel anillo dorado había tres diamantes celestes, uno destacaba sobre lo demás por ser el más grande.
Dos ojos de distintos colores y que pertenecía a una misma persona se centraban en la preciosa joya como si fuera el tesoro más grande del universo. Estaba segura de que, después de largo rato descartando más de una sortija, incluso siendo más deslumbrantes, había encontrado la correcta.
El anillo perfecto para la novia perfecta que era Adora. Tal vez era demasiado perfecta para lo que era ella...
¿En qué estás pensando?
¿En serio iba a dudar justo ahora cuando estaba a un paso de pedirle matrimonio?... no tenía remedio.
Seis años pasaron desde la pelea con hordiano primero, trayendo consigo los tiempos de paz. Adora y Catra habían aprendido juntas a vivir como una pareja estable, disculpándose por todos sus errores. El mal humor de la segunda revivía algunas veces, sobre todo cuando Bow le hacía bromas como que era demasiado tierna, pero nada parecido a los arranques que tuvo en el pasado.
Después de todo lo vivido, de haber deshecho todo el mal y devolver la magia al Universo, era hora de dar el siguiente paso.
Catra se repetía eso mismo una y otra vez en la joyería mientras seguía mirando la sortija que la tenía hipnotizada. La misma estaba protegida por un cristal de un mueble, donde tenían varias joyas para mostrar. Si no apoyó su cabeza y sus manos contra el vidrio era porque no estaba permitido.
-Estoy segura de que Adora le cantará- Scorpia decidió decir, casi pegando su cuerpo al de Catra y dándole un buen susto.
Cuando su amiga le dijo que necesitaba ayuda para decidir que sortija comprarle Adora, no lo dudo un minuto. Aunque Scorpia sabía que la opinión que ella tuviera sobre un anillo u otro, a Catra no le importaría porque al final decidiría el que le pareciera mejor para ella. Su presencia era más para hacerle de apoyo moral, ya que sabía lo nerviosa que estaba.
A decir verdad, no comprendía de donde venía el miedo. Ella estuvo ultra feliz cuando le propuso matrimonio a Perfuma.
-Scorpia, ya lo hablamos.
-Oooh si, espacio personal- dijo volviendo hacia atrás, pero manteniendo su sonrisa amistosa.
-No, no es eso- Catra, que todo este tiempo estaba inclinada hacia delante, puso recta su espalda y miró algún punto perdido del suelo, alzando sus manos como si tuviera un cubo entre ellas-. La sortija no tiene solo que gustarle, tiene que representar lo que es Adora. Quien vea la sortija en su mano tiene que saber que ella es amable, dulce y de un corazón puro.
Scorpia intentó decir que todos en Etheria lo sabían después de casi perder la vida para salvarlos, pero decidió mejor quedarse callada. No todos los días tenía la oportunidad de ver a Catra de esa manera.
Catra había cambiado para mejor, incluso en su forma de vestir. La ropa que usaba ahora era justamente la que Adora había visto en su visión del futuro, con la diferencia de que usaba una chaqueta negra y que su cabello seguía corto. Descubrió que era más fácil de manejar que llevándolo largo y además Glimmer no intentaría cepillárselo.
Scorpia por su lado, usaba una camisa blanca y unos pantalones parecidos a los de Catra.
-Definitivamente este es el indicado para ella- Catra confirmó al fin.
-Ooh sí... ya lo creo- Scorpia asintió con la cabeza, usando un tono un poco irónico, pero Catra estaba demasiado ocupada para notarlo.
Catra pronto le pidió a uno de los empleados que le diera la sortija y después prosiguió a pagarla. Durante el camino de regreso al castillo miró la sortija reposando en la pequeña caja. Pronto se formó un leve color rojo en el rostro que Scorpia no pudo ignorar.

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La Reina de las sombras
FanfictionHan pasado 6 años desde que derrotaron a Hordiano Primero y un nuevo enemigo amenaza en conquistar a Etheria. Adora y Catra llevaban una buena relación hasta que la reina de las sombras aparece en sus vidas. Adora caerá bajo el control de esta nueva...