Prólogo.

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Hace, al menos, diez años.

- Hermanita, ¿ donde están papá y mamá?

Estábamos frente a la chimenea, las calientes y doradas llamas hacían sombra contra su rostro, surcado de lágrimas y con un nuevo corte justo atravesando el ojo, por suerte este se haya intacto. Genio, nuestro mayordomo, quién es como un hermano mayor para mí, está consolándola a su lado.

Pero no entendía nada.

- Sandy.... No creo...que volvamos a ver a papá y mamá. - empieza a decir despacio mi hermana.

Nada, sigo sin entenderlo, decido estar callado y sólo se oye el chisporroteo del fuego y el susurro de las vendas, las cuales se enrollan como serpientes en la cabeza de mi hermana tapándola casi por completo.

- Pero, ¿ por que no?

- Mira, papá y mamá están muertos Sandy, no volverán.

Las palabras me atraviesan como cuchillos. Papá y mamá muertos. Eso no puede ser verdad, sólo un mal sueño.

Pero... ¿ esos tipos que me persiguieron?

Jugaba con Leon en la calle y de repente vinieron esos dos ladrones ¿ iban a por Leon? ¿ O iban por mi?

Me acuerdo que salí corriendo y mi mejor y único amigo les tiraba una piedra y también desaparecía.

Me di un golpe contra una ventana y..... Negro, sólo oscuridad y gritos.

- Sandy, ¿ que hacías en la calle? - pregunta Genio.

- Sólo jugar con Leon.

Jugar en la calle siempre se me había permitido aunque debiera volver a unas horas determinadas, pero a pesar de que a ellos no les gustaba, quería estar con Leon. Pues él se supone que es una mala influencia para mí.

- Todo es tu culpa.

Me giro algo asustado, ese tono de voz cargado de odio lo ha heredado de mamá.

- Es tu culpa que mamá y papá estén muertos.

Esos ojos acosadores, prefería que me gritara antes de que suene como si yo fuera una decepción.

Pero eso soy, la decepción en persona, y mis padres se encargaron de hacérmelo saber, pero que mi hermana opinará lo mismo.... No podía, era demasiado.

Tara suspira y al final se deja caer de nuevo en la butaca en la que permanecía sentada, mientras se frota un poco la cara con las manos.

- Creo que, a partir de ahora tendremos o que ir al orfanato o intentar vivir en la calle como el resto de chicos, sobretodo tú. Yo puedo conseguir trabajo.

¿ Qué significaba eso? ¿ Por qué no me dejaba quedarme con ella?

Tara empieza a meditar en voz alta, pero aunque yo no quiera admitirlo tiene razón. Soy el causante de todo y no puedo dejar que mi hermana también sufra por mi culpa, sólo por mi estúpida culpa.

Genio y Tara continúan meditando mientras el fuego sigue chisporroteando y se empieza a consumir, así que aprovecho y decido salir de ahí.

Voy por el oscuro pasillo, no me molesto en encender la luz. Entro en mi habitación, cierro con cuidado la puerta y miro alrededor.

Todavía está desordenada y la cama sin hacer. Busco en el armario, debe de haber alguna mochila.

En efecto, mis dedos tocan la áspera y dura tela de esta. Tiro y la saco, me meto un par de mantas, miro toda la habitación, debería llevarme algo más....

Inconscientemente miro la estrella de un sólo ojo y el párpado caído, es para casos de emergencia, si la suelto provocará una tormenta de arena que cegará a mis enemigos durante un periodo de tiempo.

Junto a esta yace un saco con arena mágica q se recarga a cada rato para el mismo objetivo, pero en menor campo de rango y sólo les hará daño.

Cojo la estrella y la sostengo entre los dedos, está cálida.

Me la guardo en el bolsillo de mi pantalón y tomo el saco de arena para atarmelo en el cinturón. Salgo hacia la cocina, cojo con rapidez un par de barras de pan y me dirijo a la entrada.

Antes de llegar, echo un último vistazo a la sala donde todavía están Genio y Tara.

Las brasas se han consumido.

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Hola, esta es mi primera historia de Sandy x Bibi, espero que les guste.

Un Amor Diferente [ Bibi X Sandy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora