Eran ya las nueve de la noche. Sandy y Bibi habían pasado toda la tarde charlando, el dormilón no podía dejar de mirarla. Le trasmitía algo que no llegaba a comprender, un calor que lo rodeaba cada vez que la miraba, cada vez que ella reía... Era extraño, pero también era bueno.
- Madre mía, si que es tarde. - dice Bibi mirando el reloj de la pared. - sabes Sandy, nunca me lo había pasado tan bien con un.... Bueno canguro.
Sandy se notaba más cansado que de costumbre, pero al estar con ella trata de mantenerse sereno.
- Bueno, creo que lo mejor sería ser amigos ¿ no? No me gustaría que estemos incómodos. - repone Sandy extendiendo la mano.
Bibi ensancha su sonrisa, mostrando todos los dientes. Se acerca más Sandy y le estrecha la mano.
- Creo que deberías irte. Mañana te espero. - dice Bibi, reteniendo un bostezo con la mano, se le veía cansada.
Sandy asiente y mira los platos vacíos que están enfrente suya, siente en peso de la cabeza de Bibi en el hombro y su aliento pausado en el cuello.
Sandy se estremece al contacto y mira un poco. Bibi está completamente dormida en el hombro del chico haciendo que este se sonroje.
Gira un poco el cuello, por suerte el piso esa pequeño y no tardará en llegar a la cama.
Pero ¿ que debería hacer? Sandy vuelve a mirarla, Bibi se veía relajada y hasta tranquila. De no ser por que casi le da con un bate de metal en la cabeza diría que es alguien tranquila y linda.
Sandy se sonroja de golpe y le entran ganas de darse contra la pared ¿ por que tiene que pensar que Bibi es linda? En verdad lo era, pero el cosquilleo en el pecho era algo q nunca había sentido.
- Creo que lo mejor va a ser que la lleve a la cama. - murmura Sandy.
Con cuidado carga a Bibi, era impresionante lo poco que pesaba y eso hacía que se pudiera mover mejor.
Llega a la habitación, la deja en la cama y la arropa con las sábanas, para luego quedarse contemplándola.
La tez pálida de la chica contrastaba contra el pelo negro corto haciéndola parecer alguien peligroso, que sin duda era.
Sandy empieza a acariciar el pelo a la asiática, como hacia su madre para que estuviera tranquilo.
Sonríe, la mayoría de las personas que se hacen pasar por alguien fuerte significa que han sufrido por culpa de alguien y quieren aparentar ser más de lo que en realidad son.
El ruido de la puerta al abrirse sobresalta al pelimorado, poniéndose en pie de un salto.
Bull aparece en la puerta, primero mira a Bibi y luego a Sandy.
- Al parecer no has tenido problemas. - comenta el hombreton apoyándose en el marco de la puerta.
- No, la verdad es que no. - responde Sandy sereno.
- Bien, en verdad me alegro, ahora, ni se te ocurra pasarte de listo. - amenaza Bull con el dedo índice.
- No señor.
- Perfecto, ahora ten el dinero y vete a casa, en la cocina hay un pedazo de tarta, puedes comertelo por el camino. - le dice Bull sacando de su billetera el dinero para luego dárselo.
Sandy coge el dinero y baja las escaleras directo a la cocina, al entrar en esta, se encuentra a un hombrecillo de barba blanca y tercera edad.
El anciano lo mira de pies a cabeza y luego sonríe.
- Así que tú eres el nuevo, ¿ has venido a pedir dimisión?
- Eh, no. Vengo por un trozo de pastel. - dice este confundido, ¿ a qué se refería el viejo?
- Pues es algo raro, felicidades chico, eres capaz de tratarla con una dama. - repone el viejo.
- No sé a que te refieres. - repone Sandy apoyándose en la pared, algo cansado.
- No eres el primero al que han llamado para canguro chico, los que iban antes que tú apenas duraban unos minutos, decían que no la soportaban. - replica el chef mientras cortaba un trozo de pastel y se lo tendía a Sandy.
- No sé por qué será... - repone Sandy con sarcasmo, aunque al recordar la imagen de Bibi dormida sobre su hombro hace que el sentimiento del pecho se haga más fuerte.
- Bueno, en el fondo es una buena mujer, pero odia a los hombres. - dice el viejo poniéndole el trozo en las manos. - encantado de conocerte chico, espero verte más por aquí.
- Lo mismo digo señor.
- Puedes llamarme Dinamike.
- Vale.
Sandy sale por la puerta trasera y sube a un tejado para comerse el pastel tranquilamente mientras mira la luna que asomaba entre las oscuras nubes como una linterna en las tinieblas.
¿ Cómo es que Bibi odiaba a los hombres y a él se le había mostrado amable? ¿ Que era lo que ella escondía?
Intenta dar un bocado más, pero al darse cuenta de que se ha acabado el pastel se pone en pie y decide irse a casa.
Por el camino apenas escucha el sonido de sus pies golpear el tejado y abajo el ruido tenue de los coches.
Se percata de la presencia de una sombra a su derecha, corriendo por los tejados a la par de él.
La sombra se acerca hacia Sandy con paso veloz, y el dormilón distingue la forma de su mejor amigo.
- Buenas noches Sandy. - saluda Leon.
- Buenas noches, ¿ que tal con tú novia?
- Ja, ja. Muy gracioso. En verdad muy bien, es linda y amable. ¿ Y tú con Bibi?
- Bueno, casi me da con el bate al pasar a la habitación, pero por el resto lo hemos pasado muy bien.
- Y después me dices que yo tengo novia.
- ¡ A mí no me gusta Bibi! - se queja el pelimorado y las mejillas empiezan a calentarle el rostro.
- Oh venga, si se te nota hasta enfrente de la luna, no enserio, estás rojo.
- Es por el calor.
- Y una mierda, estamos en otoño imbécil.
- Ñe.
Sin parar el ritmo de la carrera continúan hablando sobre sus respectivos trabajos hasta llegar a la casa.
Ahí deciden entrar y darse un baño antes de dormir.
Sin embargo, el sentimiento en le pecho no remitía.
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Un Amor Diferente [ Bibi X Sandy]
RandomUna ciudad. Una infancia. Oscuridad. Tiempos difíciles. ¿ En verdad se puede amor?