9. Nota

155 23 0
                                    

- ¡ Venga dormilón! ¡ Arriba de una vez! - lo sacude Leon tratando que el nombrado despierte. - Eso te pasa por irte por la noche hasta altas horas de la madrugada, anda y vamos arriba.

- Ya voy carajo, ya voy - bosteza Sandy gruñendo.

Leon sale de la habitación y Sandy escucha los pasos pausados de Leon bajar la escalera.

Bosteza y se pone los zapatos y el chaleco para luego bajar junto a Leon quién está haciendo el desayuno.

Sandy pone los cubiertos y el plato ademas de servilletas y vasos.

El aire se nota tenso mientras ambos amigos desayunan, Sandy supone que es debido a la pequeña confusión de la noche.

Mira el reloj, tiene tiempo suficiente para llegar tranquilamente, mira de reojo a Leon, termina de comer rápido y se levanta, ganándose una mirada de extrañeza por parte de su amigo.

Sandy agarra el estropajo y lava su plato y vaso con rapidez, los deja a secar y cruza la planta baja hasta las escaleras.

- Ey, ¿ a donde vas con tanta prisa? - pregunta Leon mirándolo, no es propio de él estar así - ¿ estás enfermo?

Sandy, que ya estaba arriba, sale de la habitación - ¡ Voy al trabajo! - le grita desde el segundo piso.

- ¿! Y desde cuándo tienes tu prisa para ir al trabajo!? - pregunta Leon poniéndose en pie.

Sin embargo Sandy ya se ha ido, pues la puerta de la trampilla se ha cerrado con estrépito dando un golpe seco.

- ¿ Que le pasa a este chico? - murmura Leon confundido.

Sandy sale de la trampilla a toda prisa y la cierra de un golpe para luego echar a correr con una sonrisa en la cara.

Un cálido sentimiento le llena el pecho, este no parece pertenecer a la frescura matutina antes de que el sol salga.

El pelimorado se impulsa con las tejas y coge carrerillas para saltar cada vez con más distancia.

En unos minutos llega hasta el patio trasero del bar, se sacude un poco el polvo de la chaqueta y de los zapatos, para luego peinarse un poco el pelo con las manos.

Sandy inspira y espira para llamar a la puerta con dos débiles toques haciendo que resuenen con un ruido metálico.

Se escuchan pasos, no muy pesados de dentro y varios cerrojos correrse a demás de la llave.

La puerta se abre de un rápido movimiento y un relámpago blanco atraviesa la noche.

El moreno esquiva el objeto que se clava en la pared de enfrente mientras siente un fuerte picor en la mejilla.

Fija la vista en el arma blanca clavada en la pared:

Una cuchilla.

- Ah, eres tú - resuena una voz tras él.

Sandy se gira sin poder disimular el susto reflejado en la cara, para encontrarse a Crow soltando un suspiro.

- Perdona amigo, no pensé que fueras tú - se disculpa el cuervo pasando enfrente de él sin mirarle.

Recoge su arma y se la guarda debajo de la manga, Sandy puede ver que se oculta otras dos.

- ¿ A-A quién esperabas? - dice el chico recuperando la compostura.

Al fin Crow lo mira y se encoge de hombros, lleva su mano al bolsillo y saca un pequeño papel, se lo tiende.

Sandy agarra el papel y ve algo escrito " tenéis algo que queremos"

Sandy levanta la vista y Crow se le queda simplemente observando.

- Pensaba que eras uno de los que nos habían enviado la nota y venías a negociar - se encoje de hombros.

- ¿ Esa cosa que llevaba? - pregunta Sandy, cada vez picaba más la herida.

- Ay perdona, no había visto que te había rozado - se disculpa este, mete otra mano en el interior de la chaqueta y saca un frasquito. - échatelo un poco por la herida y mañana estarás como nuevo.

Sandy asiente y se la echa con cuidado, aunque esto sólo hace que escueza más, le devuelve el bote a Crow.

- Gracias

- No es nada, ¿ vienes para estar con Bibi, verdad? - cuestiona este.

- Si claro, ya me viste el otro día, ¿ no?

- Si, sólo quería confírmalo. He visto que tienes buenos reflejos, creo que lo que quieren es a ella - Sandy observa como la mirada de este se vuelve un poco fría y escudriña el callejón, como si temiera que las paredes puedan escucharle - así que no dudes en defenderla.

- Eso no hace falta que me lo digas - dice Sandy con una voz tan firme que se sorprende de si mismo.

- Me alegro - dice Crow y se hace a un lado para dejarlo pasar.

Sandy entra con paso firme y sube las escaleras haciendo el menor ruido posible sin dejar de pensar en ese papel.

¿ Quién lo habrá enviado y qué es lo que querrá?

Abre la puerta en silencio y asoma la cabeza, Bibi está tumbada con un pijama color morado, el cual deja su vientre al aire y es bastante ajustado.

Sandy cierra la puerta con cuidado, se quita el chaleco y las zapatillas, para luego tumbarse al lado de Bibi y abrazarla de la cintura.

Sin previo aviso, Bibi se gira devolviendo el abrazo al chico y apoyando su cabeza en el pecho de este.

Al pelimorado se le acelera el pulso y se sonroja en la oscuridad, haciendo que Bibi sonría.

- Has vuelto a venir temprano - susurra la chica

- S-Si

- Vamos a dormir un poco más, sigo algo cansada

Sandy asiente y vuelve a abrazarla quedándose dormido al instante mientras que Bibi lo imita.

Pasan unos minutos y la puerta se abre haciendo que una franja de luz aparezca en la habitación.

Crow asoma la cabeza y sonríe de lado para luego volver a cerrar la puerta con el menor ruido posible.

Baja las escaleras hasta el piso de abajo donde Bull lo espera con los brazos cruzados.

- Ambos duermen, Sandy en el suelo y Bibi en la cama

Bull simplemente asiente con el ceño fruncido y se dirige a la cocina, Crow lo sigue.

- Es un buen chico Bull, estoy seguro de que no tiene un malas intenciones - replica Crow mientras coge unos manteles color púrpura.

- No quiero que Bibi salga dañada - gruñe el toro.

Crow simplemente se encoje de hombros y sigue con su trabajo.

Un Amor Diferente [ Bibi X Sandy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora