Capítulo 5

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Después de ese momento de reconciliación con su hija, Naruto sentía una parte de su alma aliviada. Como si ya no cargara con un gran peso en su espalda.

Tomaron algunas pertenencias de su hija, para luego Naruto agradecerle a su suegro y a su cuñada por cuidar de Himawari. La niña se despidió de su abuelo y tía, esta última no pudo evitar llorar un poco por la despedida.

Salieron de la mansión Hyuga y Himawari había dejado de llorar, estaba sonriendo de nuevo mientras su padre la llevaba de la mano hacia su casa.

Naruto también sonreía. Su hija le estaba devolviendo las ganas por vivir.

Estuvieron caminando unos minutos  mientras Hima le contaba a su padre que su tía entrenaba con ella casi todos los dias para mejorar su control del byakugan.

Conversaban de muchas cosas pues habían pasado mucho tiempo alejados.

Cuando llegaron a la entrada de su casa Naruto volvió a sentir ese vacío en su estómago. Apretó más fuerte la mano de su hija y detuvo sus pasos.

-Papá, yo voy a estar contigo. Hima cuidará de papá.

Naruto se quedó sin palabras y sólo pudo agacharse hasta la altura de su hija y acariciarle la cabeza con ternura.

-Gracias Hima, papá cuenta contigo.

Era sorprendente que a pesar de ser una niña pequeña siempre podía entenderlo y demostraba una gran madurez y empatía. Hinata siempre le decía que padre e hija se parecían mucho. Pero para él, Himawari era muy parecida a su madre por su gran calidez humana.

Entraron a la casa y Hima corrió hacia adentro.

Aunque había intentado limpiar la casa, aún faltaba mucho por hacer.

-Extrañaba mucho mi casa. Pero se ve muy diferente.

- Necesitamos limpiarla un poco. ¿Ayudarás a papá?

-Si. Mañana tendremos mucho trabajo aquí papá.

-Si, pero ya es tarde. Es hora de dormir.

Llevó a su hija a su habitación y la arropó para luego darle un beso en la frente y espero que se quedara dormida. Luego se fue a su habitación.

Caminó hacia ahí y lanzó un largo suspiro cuando estuvo en la entrada.
Arrastró los pies hasta la cama y se dejó caer en la cama. Esa vez se durmió más fácil.
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"No llores"

Escuchaba una voz muy lejana. Sentía que conocía esa voz.

"Naruto kun, no llores. Estoy aquí"

Era la dulce voz de su esposa. Tenía que ser un sueño.

-Hinata...

El rubio abrió los ojos y se dio cuenta de que estaba llorando de nuevo.

-¿Hinata, eres tú?

Su vista era borrosa a causa de las lágrimas. Se limpió la cara con la sábana y cuando abrió los ojos de nuevo casi se cae al piso.

Era Hinata, su esposa estaba a su lado en la cama.

-Naruto kun...

Hinata le sonrió y cuando acercó una mano para tocarlo, Naruto fue más rápido y la abrazó con fuerza.

-Te he extrañado tanto.

- Yo a ti también.

-Estás aquí de nuevo.

-Si, aquí estoy. Siempre estaré contigo mi amor.

-¿Te quedarás?

Pero Hinata no le contestó y sólo le acariciaba el cabello rubio.

Una vida sin  tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora