Una vida sin ti

Capítulo 2

Shikamaru se presentó en la oficina de Naruto y al verlo tan mal tuvo que regañarlo.

-Ya basta Naruto. Vete a tu casa. Tienes que descansar y enfrentar tu realidad.

Shikamaru sabía que si no le hablaba tan directamente Naruto no iba a reaccionar.

-Ya basta Naruto. Tienes que aceptar que Hinata murió y la vida sigue. No puedes seguir encerrado aquí tratando de ignorar tu realidad. Es duro pero debes afrontarlo. Tienes dos hijos que te necesitan.

Naruto no le contestó, seguía apretando los puños sobre la mesa sin alzar la vista.

Aunque había sido drástico, Shikamaru no se arrepentía. Había sido la única forma que encontró de hacerlo reaccionar. Salió de la oficina esperando que Naruto continuara al fin.
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Abrió la puerta de la casa escuchando un chirrido insoportable. Una puerta que no había sido abierta hacia mucho tiempo. El lugar lucía oscuro, sucio y sin vida.

Que diferente había sido hace unos meses atrás. Recordaba que había estado tomando más horas de descanso y llegaba un poco más temprano a casa.

Abría la puerta y escuchaba algunas risas y él olor de la cena en la mesa. Las lágrimas empezaron a bañar su rostro sin poder controlarse.

Lloró y gritó como no lo había echo desde hacia mucho tiempo, desde que ella murió. Se había enfrascado en la oficina sin pisar su hogar para evitar recordar su vida pasada. Para evitar recordar la alegría de ver a a sus hijos y a su esposa al llegar a casa.

Su familia estaba rota. Y sabía que era casi imposible que volviera a unirse. Tenía aún demasiado rencor adentro.

Caminó hasta la habitación principal. La que compartía con su esposa. La puerta estaba abierta.

Arrastró los pies hasta la cama y se dejó caer pesadamente. Se dio la vuelta como si aún ella estuviera ahí para mirarla y tocarla. Pero Hinata ya no estaba y nunca volvería a estarlo.

Abrazó la almohada buscando el aroma de Hinata. Buscando ese dulce aroma que desprendía su cabello recién lavado. Un aroma que ya no estaba y que ahora sólo podía imaginar.

Cuanta falta le hacía. Cuanto la extrañaba.

Quiso por un momento imaginar que ella estaba a su lado. Cerró los ojos e imagino a Hinata al lado. Que ella lo abrazaba, casi podía sentirla. Escuchar los latidos de su corazón que aún se aceleraba porque seguía tan enamorada de él.

Deseaba tanto despertar y que todo fuera un sueño. Que Hinata estaría ahí durmiendo a su lado. Sonriendole y dándole un beso de buenos días.

Se durmió llorando deseando que ese sueño se hiciera realidad.