El sonido de su teléfono móvil cortó la conversación que Gustabo, Horacio y Jack estaban teniendo en su despacho. El mensaje de un número desconocido hizo que Conway frunciera el ceño, llamando la atención de los dos subinspectores que tenía delante.
El mensaje era corto, claro y misterioso: "Ven a esta dirección. No vengas solo. Tenemos información sobre El Sistema". Jack se alteró al leer la última palabra del mensaje. Sabía de qué trataba aquel nombre. Lo poco que sabían de esa mafia era gracias al hombre que se encontró herido en el terrado cerca del Hospital hace semanas. Fue interrogado por él mismo en la habitación del hospital una vez se hubo levantado. Pero solo le dijo el nombre y el objetivo general de la mafia cuando su corazón dejó de latir de repente, dejando una incertidumbre en Conway.
- Necesito que dejéis de hacer el capullo por hoy. Debéis acompañarme a un sitio, no iremos solos. No sé a quién nos vamos a encontrar, pero siempre debéis ir alerta. – Horacio y Gustabo lo miraban serios y confusos. – Me han enviado un mensaje. Dicen saber sobre la mafia que nos persigue. Pediremos a Volkov y a Greco que nos acompañen para hacer perímetro. – Mientras iba explicando, caminaba hacia la salida, bajando las escaleras a trote ligero. Solicitó a sus dos comisarios explicándoles el asunto. Minutos después, los cinco ponían rumbo a la dirección acordada, pasando por una tienda de ropa lejana de comisaría y cogiendo dos vehículos que el Superintendente tenía en un garaje cerca de donde se encontraban. Tenían que evitar que los siguieran y notaran que eran ellos.
Paul y Nick daban vueltas sobre sí mismos nerviosos. Iban a traicionar a su jefe, a sabiendas de las consecuencias que eso les traería si lograran enterarse. Querían llegar a un acuerdo con el Superintendente para ponerse a salvo y, a su vez, evitar una catástrofe con el plan que El Sistema tenía sobre el CNP. Sintieron un coche estacionar fuera y salieron, encontrándose justamente a quién esperaban. Sus nervios aumentaron al ver que los apuntaban.
- ¿Podéis bajar las armas, por favor? – Nick fue el primero en hablar. Tanto él como su compañero habían levantando los brazos en señal de paz. – No venimos a haceros daño. O a tenderos una trampa. Por favor. – el nerviosismo se le notaba a lenguas. Sin embargo, Jack ordenó a sus agentes que los cachearan.
- Limpios. No llevan nada encima. Solos estos teléfonos. – Jack los agarró y tiró al suelo para luego aplastarlos. No podía fiarse de ellos. No sabía si tenían un localizador, si los habían seguido o si había alguien esperándolos para matarlos. Tenía su cuerpo en total tensión, en total alerta vigilando todo a su alrededor, pero sin dejar de prestar atención a los dos chicos jóvenes que tenía delante.
La radio de los tres sonó. Los comisarios indicaban que no habían localizado nada extraño por los alrededores. Pedían permiso para ir hacia donde se encontraba su superior, este accediendo mientras entraban a un cobertizo hecho ruinas que tenían un poco más lejos del punto de encuentro. Les ordenó vigilancia por fuera y precaución. Estaba preocupado. Estaba dando confianza en dos chicos que no conocía de nada, pero su desesperación por acabar con aquella mafia lo tenía hecho un lío.
- Esposadlos. – hizo un movimiento con su pistola apuntando a los jóvenes asustados. Estos sin rechistar se dejaron. Sabían de sobras que no tenían que hacer el tonto con alguien como el Superintendente. – Vais a hablar y contadme lo que sabéis. Si es algo irrelevante, acabaréis con una bala en la cabeza, ¿qué os parece, nenas?
- Mi nombre es Paul. Y este de aquí – miró a su compañero – es Nick. Venimos de la mafia El Sistema. Tenemos los dos 21 años. Hemos contactado contigo para contarte todo lo que trama Roy. – Horacio interrumpió la charla.
- ¿Quién cojones es Roy? – Los tres estaban igual de confusos, aunque se hicieron una idea al haber escuchado el nombre de la mafia tan temida.
- Es el jefe. Bueno, nuestro jefe. Aunque ya no sabemos si considerarlo así. – Nick habló esta vez nervioso. – Van a por ti, Conway. Te quieren ver muerto, pero primero quieren verte sufrir matando a tus agentes.
- No me estas contando nada nuevo, capullo. Empieza a hablar o ya sabes lo que te espera. – Jack estaba furioso. Y no por haberse llevado la noticia de su futura muerte, sino por la de sus agentes. Desde la muerte de su familia, había deseado con fuerzas el acabar con su vida. Pero no lo había hecho con tal de buscar respuestas y cobrar venganza ante la atrocidad que sufrió su familia.
- Estamos cansados de recibir sus órdenes, cada vez ingresa más gente novata al cuerpo. Acaban muertos. No sabemos cómo. Y él está enfurecido. Encima de habernos quitado todo, nos amenaza y desprecia de muerte. Queremos que acabe muerto, Jack. Y queremos estar de tu lado para acabar con él. Queremos que acabe todo. – Paul escupía con asco sus palabras, relatando sin pararse a coger aire. Los tres agentes se miraron en el momento que nombraron la muerte de los de la mafia. Sabían de qué asesinatos se trataba y eso les intrigaba de sobremanera.
- ¿No sabéis absolutamente nada del causante de la muerte de esos mafiosos? – Gustabo habló por primera vez en boca de los agentes restantes.
- No. No hemos podido averiguar quién era. Siempre huye. Desaparece. No deja rastro. – Paul volvió a responder, recibiendo un asentimiento de parte de su compañero. Eso descolocó a los policías. ¿Cómo es posible que ni ellos supieran de la existencia de quién estaba salvándoles el culo?
Andra obversaba de lejos nerviosa. No podía acercarse y temía que algo les pasara a sus protegidos. En cierta parte le calmaba porque en caso de que sucediera cualquier cosa, eran dos contra cinco. Ella misma se había asegurado de que no hubiera nadie más escondido por los alrededores que los comisarios no hubieran podido localizar. Sabía quiénes había ahí dentro. Eran los chicos que escuchó la última vez que se acercó donde la mafia se reunía. Andra suspiraba con decepción. Estaba segura de que Roy se daría cuenta de que serían unos topos y morirían de la peor forma. Ellos eran un inconveniente para ella. Si la mafia lograba saber de su paradero, estaba jodida.
- Roy dice que debe hacerte pagar por algo que hiciste hace años. Nadie sabe qué hiciste para que ahora quiera matarte, pero es lo que repite cada vez que se hace una reunión con él. Nuestro punto de encuentro está lejos, cerca del norte. Se puede llegar en coche o en lancha. Nosotros solemos ir en coche, pero muchos de ellos se transportan por el agua. Llevan cargamento de droga encima, armas y dinero negro. Suelen partir de una playa escondida. – Conway asintió a lo que decían esos dos muchachos, anotando todo mentalmente.
- Bien nenas. No me fío absolutamente nada de vosotros dos, pero seréis mis ojos y oídos en esa mafia. No dudaré en mataros si veo algo que no me gusta. Llevaréis radio y localizador. Nos veremos una vez por semana, y el sitio lo decidiré yo. Ahora, largaos. – rápidamente aquellos dos jóvenes salieron por la parte trasera y se fueron. Grego y Volkov los apuntaron hasta que desaparecieron de su vista.
Andra vio cómo los cinco agentes subían a los vehículos respectivos y se largaban de ahí rápidamente. Negó con la cabeza para sí misma, antes de subir a su moto y seguir de lejos que llegaran bien a comisaria. Intuía el acuerdo que habían llegado con Conway y eso la enfadaba.
Mientras, antes de llegar al punto de cambio de coche, Jack habló con Gustabo y Horacio.
- Tenéis que infiltraros con ellos. Hablad con Pablito, sabéis que está metido en esa mierda. Ganaros su confianza. Ved si podéis llegar hasta la mafia. Necesito que los vigiléis de cerca. – lo que Conway les estaba pidiendo sonaba tentador, pero era arriesgado. Acabaron accediendo. La vida de su jefe les importaba de sobremanera y harían todo lo que estuviera en sus manos con tal de poder salvarlo. Y hacían todo aquello por el simple hecho de que lo veían como a un padre que aquellos dos hombres nunca habían tenido.
________________________________________________________________________________¡Nuevo capítulo! Si alguien en este punto se encuentra confundid@ con los dos nuevos personajes solo decir que no sigo el rol original. Algunas partes sí estarán presentes, pero el resto será todo imaginación. Gracias por leer y comprender. Besos.
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I K I G A I - Jack Conway
FanfictionIKIGAI. Razón para vivir. La única y exclusiva razón de Andra es vivir para proteger lo último que le queda, el Superintendente Jack Conway, jefe de polícia de Los Santos, Estados Unidos de América.