Prólogo.
— S-señor Oliva.
El constante repiqueteo que sonaba como eco en esa habitación hace más de una hora y media, se detuvo de golpe, deteniendo las súplicas de aquel criminal Ruso que estaba siendo torturado por el mismísimo jefe y dueño de aquel imperio importante, siendo uno de los dueños de la mafia mas importante en toda Latinoamérica.
Su mandíbula se tensó, dando una vista mas afilada de sus pómulos y dejando ver los músculos tensos en su cara, dejó de clavar la estaca de hierro en la pierna izquierda, atravesando todos sus músculos y perforando parte del hueso del hombre, sus ojos azules reflejando nada mas que frialdad, miraron a el debilucho hombros parado en la puerta.
— ¿Qué mierda querés Timoteo?—Preguntó en un tono neutro, con una sonrisa demasiado fría para ser verdadera, caminó hasta la mesa de metal donde se encontraban algunos elementos de tortura que aún no habían sido clavados en la piel de la bestia atada en esa silla.—¿No ves que estoy charlando con mi mejor ami...
— ¡POMOGITE, POMOGITE!—El hombre ruso atado en la silla gritó por ayuda, con la garganta desgarrada por los tantos minutos de haber estado gritando, con el dolor calando sus huesos y recorriendo cada parte de sus articulaciones.
La velocidad que tuvo para girarse el ojiazul fue tanta, que las dos personas en ese cuarto sintieron el corazón en la garganta, el ruso lloriqueo como una nena cuando la figura masculina de Valentín se inclinó hasta quedar cerca de su cara, pasó un dedo por la punta de la estaca sin hacer presión, jugando con la víctima, los tirantes negros que llevaba en sus firmes hombros se apretaron contra él cuando tenso sus músculos, remarcando su figura.
— ¡Pomogite, pomogite!—Repitió imitando la voz de el hombre, acompañando el tono de burla con una sonrisa torcida y sínica, pero de repente sus facciones se endurecieron.
Sus ojos azules pasaron a ser negros, entonces el dedo que tenía en la estaca, ejerció toda fuerza bruta para clavarse más, haciendo que un grito de mala muerte salga de la boca de el hombre atado en la silla.
— Pozovite snova na pomosch', a potom vy ne pochuvstvuete jazyk.—Amenazó hablando ruso, con una sonrisa ladina y fría, que hizo llorar a ese hombre torturado y lleno de clavos, y oh, cuanta verdad había en sus palabras, nadie dudaba de que él no era capaz de cortar su lengua si volvía a pedir ayuda.
Se enderezó acomodando su camisa blanca sin ninguna mancha de sangre y agarrando un trapo rojo limpió sus nudillos como si fuera solo un pasatiempo, miró a Timoteo, largando una carcajada que resonó en todo el lugar, estaba tan pálido como una hoja de papel sin rayas, a veces olvidaba que su fiel servidor Timoteo solo era un hombre debilucho y temeroso, un gatito en una jaula de leones y hienas. Le dio una última mirada a el ruso Nikolay.
Alzó una mano a la altura de su hombro y juntando su dedo índice y pulgar, los chasqueo, no pasó más de dos segundos cuando un chico mas o menos como de su edad, con una cicatriz desde su mejilla hasta su mandíbula, nariz recta y larga, apareció, mirando con sus ojos verdes mientras acomodaba su pelo ruloso rubio para atrás.
— Saca la basura, Pinocho.—Dijo golpeando el hombro del chico.
— Me encanta sacar la basura.
— ¡POZHALUJSTA, NE NADO!—Pidió en un grito, con las últimas fuerzas que le quedaban, llorando y temblando con el miedo atravesando su cuerpo y clavándose en la parte baja de su sudoroso cuello.
Valentín giró los ojos, se acomodó el pelo en un movimiento dejando que un mechón fino caiga en medio de su frente y acomodó sus tirantes negros, su pantalón de vestir ajustado perfectamente para él y la camisa blanca lisa, junto con el cinto envolviendo su cintura, le hacía dar un fuerte atractivo masculino.
Su mandíbula tensa podía hacer desmayar a cualquier mujer.
— Y cortale la lengua, le dije que no pida ayuda.
Con esas últimas palabras, se retiró de la habitación, escuchando los gritos y suplicas del ruso Nikolay, bueno, se lo había ganado, nadie en la vida podía andar violando a mujeres y nenas sin recibir castigo de Dios, oh bueno... de Lucifer más que nada.
— ¿Qué pasa Timo?—Preguntó el ojiazul, acomodó por última vez su pelo para dejarlo fijado atrás, miró la hora en su reloj y asintió con la cabeza cuando escuchó el saludo de alguno de sus hombres.—¿Cuantas veces te dije que no interrumpas cuando estoy ocupado?
Timoteo bajó la cabeza, arrepentido, jugó con los papeles que tenía en su mano y aclaró su garganta cuando empezó a temblar, el tono no-irritado que estaba usando el jefe hacía temblar cada hueso de su cuerpo.
— M-muchas veces señor.—Su voz salió bajita, temblorosa, siguiendo con pasos apurados el andar seguro de Valentín.—P-pero su papá quiere hablar con u-uste...
— ¡¿Mi papa?! ¡¿Qué hace mi papá acá?!—Gritó exaltado, apretando su mandíbula y ladeando su cabeza un poco amenazante para mirar a Timoteo.
— Señor... le j-juro que le informé que no podía pa-asar... pero vino c-con una señorita y d-dijo que era importante.—Su voz trastabillo intentando bajar la mirada para no ver los ojos azules de su jefe, oh, pero él sabía cuanto se enojaba el señor Valentín cuando no lo miraban a los ojos cuando hablaba.
— ¿Dónde mierda está?—Preguntó arremangando las mangas de su camisa para arriba, dejando ver los músculos de sus brazos, Timoteo tembló en su lugar, abrió la boca intentando hablar pero su voz no salió.—Última vez que te pregunto, inepto, ¿Dónde puta madre está?
Timoteo apuntó atrás de su cuerpo, dando a entender que estaba justo ahí, respirando casi cerca de su nuca, con un rápido movimiento giró para enfrentar a su papá, levantando el mentón y apretando sus puños cuando vio que a su lado había una chica con un bolso grande colgando de su hombro, el pelo corto hasta los hombros y el ceño fruncido mostrando una facción dura.
Si era lo que él estaba pensando entonces... iba a hacer explotar toda la puta dinastía.
— ¿Qué mierda...
— Valentín, ella es Adalia.—Su papá lo interrumpió con voz firme, haciendo una seña con su mano para que cierre la boca y no diga ni una sola palabra.
— ¿A mi qué carajo me importa quién es?—Preguntó con el ceño fruncido, todo su cuerpo tenso, marcando los músculos de su espalda, dándole una mirada despectiva a la chica que se encontraba parada en frente de él, con una mirada tan fría como el hielo.
— Te tiene que importar, a partir de ahora es la nueva dueña.
Y mierda, eso era mucho peor de lo que pensaba.
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QUE ONDA GENTEE una novela mafiosa con contenido violento si sos trolo entonces toca pa allátengo una duda 👉👈 les gustaría q ponga entre paréntesis cuando hablan en otro idioma? o también lo puedo poner al final d la novela
es q m enoja mucho traducir entre paréntesis en la misma novela je
bueno espero q les guste pq se viene bastante buena y tengo muchas ideas, mientras tanto disfruten a este Valentín maton y mafioso m tiembla la cuerpa cuando lo escribo así
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Imperio Salvaje ; Wos
Fanfiction❝Ni contratando a toda la mafia china vas a poder salvarte de mi.❞ · Queda totalmente prohibida la copia completa o parcial de esta novela, todos los derechos reservados.