Cap. 03 Una Mala Idea

231 29 5
                                    

-Decidió cambiar de tema, dando entender que no quería hablar más sobre ello, así que hablamos un cierto periodo de tiempo; hasta colgar. Me senté en el borde de mi cama y comencé analizar la situación, le había llamado pensando en que aceptaría con facilidad; era una excelente idea para mi, pero conforme pasaba el tiempo, ya no sonaba de esa manera en mi cabeza, comenzando a retumbar nuevamente varías preguntas en mi cabeza que hacían inquietarme aún más.-

Te das leves golpecitos en tu frente—Bien, dijo que lo pensaría, así que no voy a ilusionarme, cómo todos los años.

Mdline: –lama a la puerta de tu habitación– Señorita, la cena está servida.

—Gracias, ahora voy Madeline.

-Bajé al comedor, y mi madre yacía esperándome ahí. No era de extrañar su típica y sofisticada vestimenta negra, junto con enormes y relucientes joyas, su característico cabello color jengibre caer en forma de ondas de agua.

Tragué saliva y tome asiento al otro extremo, entrelaze mis con la cabeza agachada.-

N: ¿Terminaste tu tarea?

—Si, fue bastante pero pude terminarla.

N: Bien.

—¿Quieres saber lo que sucedió en el colegio?, supongo que te hará reir... –hablaste tratando de conversar con ella–

N: No es necesario.

Guardas silencio.

N: No necesito saber cada detalle de lo que te sucede en el colegio, lo único que necesito saber es sobre de tu rendimiento académico. –respondió con su gélida voz–

—¿Podemos intentar conversar? –preguntasté sumisa–

N: ¿Y sobre qué quieres hablar?

—Bueno, sé que no es de tu agrado, pero lo sucedió hoy fue muy interesante. El profesor Freeman, nos habló sobre la anatomía animal, y no sabes lo interesante que fue para mi. –comentaste esbozando sonrisa débi–

N: Al parecer toda tu atención y entusiasmo se enfoca en ello y en esa ciencia. Pensé que te enfocarías en tus lecciones.

—Y lo hago.

N: ¿Ah, sí?, pues no veo resultados.

—Mamá... aún me cuesta una lección. N. Paganini Caprice número cinco... –confesaste– de verdad que he tratado de lograrla.

N: ¿Qué? –te lanza una amenazante mirada–

—Es bastante complicada, tú has visto que practico todo los días, pero no lograr todas las notas.

N: Llevas más de cinco meses practicando, ¿y aún no puedes hacerlo bien?

—No puedo hacerlo sí practico tres horas al día, tengo tareas, y exámenes por hacer.

N: Ese tu problema, debes de tener ya esa sonata, no voy a tolerar esto, ni mucho menos sabiendo que en un meses tendrás una presentación. –exclamó incoforme–

—No puedo, lo he intentado pero no puedo. -respondiste entre dientes-

N: Si puedes, debes de hacerlo, es tu responsabilidad, en presentación tocarás esa sonata, y pobre de ti sí no puedes tenerla lista –advirtió– ¿¡qué es lo que dirán todos sí te equivocas en una sola nota?!, vaya vergüenza que me harías pasar.

-Y ella era Natasha Pembroke, mi madre, la que todos señalaban como una buena mujer, simpática, amigable, maternal. Ella la persona más déspota y gélida que había conocido, mis intentos de tener una buena relación eran inútiles... era alguien renuente, rigurosa.-

Nerverland Por Siempre (Michael Jackson Y tú) [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora