花樣年華: THE NOTES 1 [ESPAÑOL]

4.1. NamJoon [17/12, 21]

— N/A: abran los comentarios en las palabras/frases que tengan superíndice para encontrar explicaciones y/o referencias. también están al final pero, ya que esta nota es larga y para que les quede más cómodo, las pueden encontrar en cualquiera de los dos lados 🥰 —

NamJoon
17 de Diciembre, año 21.

     Corría, pero lentamente fui aminorando mi marcha hasta finalmente detenerme. Estaba amaneciendo en un pequeño pueblo rural donde ni siquiera los autobuses pasaban con frecuencia, y todo el lugar se encontraba cubierto por un manto de nieve resplandeciente. Había nevado toda la noche, tanto que los árboles se habían encorvado hasta parecer enormes bestias blancas que perdían nieve como si fuera cabello cada vez que soplaba el viento. Supe entonces, sin tener que mirar atrás, que yo era el único en el pueblo dejando huellas a lo largo de aquel manto de nieve. Mis pies llevaban empapados demasiado tiempo, mojándose a través de las suelas desgastadas y rotas de mis zapatillas. Una vez había escuchado un dicho que decía que Dios nos hacía sentir solitarios para guiarnos hacia Él³, pero yo no me sentía solo, ni estaba siguiendo el camino que me llevaría a mí mismo. En realidad era una retirada, una interminable carrera hacia atrás: yo estaba huyendo de mí mismo.

     Mi familia había llegado al pueblo el último otoño. La cantidad de cosas que traíamos con nosotros continuaba disminuyendo cada vez que nos mudábamos de un pueblo a otro, y ahora solo necesitábamos una pequeña camioneta de repartos para llevar todo. No estábamos en posición de ser muy quisquillosos sobre dónde viviríamos, pero si habían dos condiciones: una era que hubiera un hospital cercano para Papá, y la otra era encontrar un jefe que estuviera dispuesto a contratar a alguien que ni siquiera tenía su diploma de la secundaria.

     Este pueblo tenía ambas. Había un autobús que pasaba dos veces al día y se detenía frente al hospital público, y una línea de restaurantes pequeños que rodeaba el arroyo detrás del pueblo. Vendían estofado y frituras hechas con los peces pequeños que pescaban del arroyo, era temporada alta durante los meses de verano. Multitudes que buscaban excursiones cerca del agua venían desde ciudades cercanas y, como el área de descanso se encontraban en la cordillera, había una gran demanda de entregas para quienes vivían en el pueblo. Durante el invierno, sin embargo, los restaurantes utilizaban peces conservados que habían sido pescados en el verano, ya que el arroyo se congelaba hasta volverse hielo firme y sólido. No había tantos turistas como en el verano pero, aún así, los pedidos y las entregas se mantenían constantes. Yo era uno de los repartidores del pueblo.

     Aquí también había competencia, por supuesto. La mayoría de los hogares vivían a base de la agricultura pero, como era de esperarse, tampoco eran muy adinerados. El servicio de entregas era el único trabajo de medio tiempo disponible para los chicos del pueblo, y los dueños de los restaurantes nos hacían competir los unos contra los otros.

“¿Acaso no es lógico que contrate a quien me impresione más?” dirían.

A ellos no les importaba que fuéramos menores de edad, o que no tuviéramos licencia de conducir. Los que ya habían sido contratados actuaban de forma bastante territorial y, si bien no eran muchos, me amenazaban con crueles novatadas⁴.