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Domingo, 22/09

Anoche cuando volvimos después de que Jeongin acompañara a Chenle hasta su casa, nuestros tíos ya estaban dormidos, así que nosotros los imitamos y también nos fuimos a dormir.

Esta mañana me desperté con algo que me pesaba sobre el brazo que tenía entumecido, mi hermano se había colado en mi cama y me usó a modo de almohada. Me removí incómodo porque estar tanto rato en la misma posición empezaba a dolerme y al moverme, sin querer hice que Jeongin se girara dándome la espalda mientras abrazaba las sábanas.

Me levanté y fui hasta el espejo del armario, la herida que tenía en el pómulo había formado una costra y me dolía un poco la parte del abdomen por la golpiza de anoche. Fui hasta el baño sin hacer mucho ruido, me quité el pijama y dejé la ropa sobre el inodoro, cuando me giré para ver mi reflejo una última vez antes de meterme en la ducha, vi que tenía bastantes moratones por el cuerpo y uno bastante notorio justo donde tenía la herida, ingenuo de mí pensar que no se me formaría una marca en la cara. Me metí a la ducha con cuidado de no resbalarme y me eché champú en la cabeza, empezando a masajearla. Me tomé esa ducha como un momento de desconexión, de absolutamente todo. Estaba tan adolorido y cansado físicamente que sentía que podía dormirme ahí mismo, pero no podía porque cuando ya me estaba enjabonando el cuerpo, alguien gritó al otro lado de la puerta.

― ¡Hyung, sal ya que me meo encima! ― cerré el grifo cuando Jeongin no paraba de aporrear la puerta y salí del baño con una toalla atada en la cintura, el menor me hizo a un lado y se encerró dentro nada más me vio abriendo la puerta. Fui hasta mi cuarto y me puse un chándal cualquiera junto con una camisa básica de manga larga. Cogí la toalla que estaba antes atada en mi cintura y me dirigí de nuevo al baño para poder dejarla ahí.

― ¿Has meado a gusto? ― pregunté cuando me dejó pasar para colgar la toalla detrás de la puerta.

― La verdad es que sí. ― me reí un poco por su sincera respuesta y fuimos hasta la cocina para arrasar con la nevera, o por lo menos yo.

― Buenos días chicos. ― nuestra tía se giró después de haber puesto unas tostadas en el plato y se me quedó mirando igual que anoche -bueno, exagero, esta vez me miraba un poco preocupada-, sentí que me inspeccionaba de arriba a abajo y eso hizo que me sintiera pequeño ante su mirada porque sabía que me iba a preguntar por la herida y el moratón. Se acercó un poco a mí y me tomó por la barbilla. ― Cielo, ¿estás bien?, ¿quién te ha hecho esto? ― preguntó mientras no paraba de girar mi cabeza en todas las direcciones para asegurarse de que no tuviera más heridas.

― Estoy bien, es solo que ayer estábamos pasando por una calle poco iluminada, me tropecé y lo más probable es que me rasguñara con algún cristal roto. ― he ahí mi gran excusa que había pensado en todo el camino de vuelta desde que Jeongin preguntó qué les diría para que no sospecharan.

― Madre mía, sé más cuidadoso, ¿sí? No vaya a ser que te rompas algo por lo patoso que eres. ― asentí sin más y saqué dos tazas de uno de los armarios, poniendo leche en ambas. ― ¿Te la has limpiado al llegar a casa? ―

― ¿Con el jabón de la ducha no basta para limpiarla? ― negó y salió de la cocina, volviendo a los pocos minutos con el botiquín de primeros auxilios entre sus manos. No de nuevo, por favor. No quería volver a sentir ese escozor por culpa del alcohol en mi vida. ― ¿Hace falta desinfectarla? ― hizo que me sentara en una de las sillas del comedor, sacó la botella del alcohol medicinal y un algodón, se inclinó un poco y volvió a tomarme por la barbilla. Vi a Jeongin al lado del microondas, sacando una de las tazas para empezar a echarle a una de ellas unas cuantas cucharadas de café.

― Es un corte un poco profundo. ¿En serio te has caído y no me estás mintiendo? ― negué y ella resopló cansada, procediendo a ponerme una tirita con dibujitos impresos.  ― ¿Hay algo más que tenga que curar? ¿Algún otro rasguño, alguna herida...? ― volví a negar y salió de la cocina rendida para dejar el botiquín en el baño.

smile. [ Bang Chan y Kim Seungmin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora