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Después de despedirme de Seungmin volví a casa intentando resguardarme lo máximo posible del frío con mi chaqueta.

Llegué a casa con las manos congeladas y hasta me costó un poco abrir la puerta porque me temblaban las manos por el frío. Fui a dejar las cosas en mi cuarto y luego llamé a la puerta del dormitorio de Akemi, que estaba recortando un folio.

― ¿Qué tal? ¿Cómo te ha ido en el trabajo? ― preguntó mientras terminaba de cortar y después dejó las tijeras sobre el escritorio para girarse y mirarme.

― ¡Bien, me han contratado! ― dije y se levantó de un salto de la silla para abrazarme -o sacarme los órganos-. ― Te he traído algo a modo de agredecimiento. ― me soltó y me miró, esperando a que le diera el regalo. Fui a buscarlo -o mejor dicho, a buscarla- y volví a su cuarto con una rosa amarilla que tomó con cuidado. ― ¿Te gusta? Las rosas amarillas representan la amistad. ― comenté mientras la seguía mirando.

― ¡Es preciosa! Voy a ponerla en agua para que no se marchite tan rápido. ― dijo emocionada y nos dirigimos a la cocina. ― ¿Cenamos? ― preguntó después de poner la rosa en un vaso con agua. Asentí y nos pusimos a hacer ramen.

― ¿Te han dicho algo en la uni por ir medio borracha? ― pregunté mientras ponía el agua en la tetera para calentarla.

― ¿Qué me van a decir? Si ni siquiera saben cómo me llamo. Pero Hyunjin me trajo un café por la mañana, ¿no te parece adorable? ― asentí y me puse a su lado mientras no paraba de sonreír.

Tras unos quince minutos de espera para que el agua hiciera su efecto en los fideos, nos sentamos en el salón y elegimos o mejor dicho, Akemi eligió la película de la noche. Casi siempre la dejaba a ella poner lo que quisiera porque sentía que así la podía conocer mejor.

***

Viernes, 03/10

HyeJin y yo nos sentamos en un banco del patio y mientras comíamos observábamos a los chicos jugando al baloncesto, me parecía increíble e incluso envidiaba un poco a Seungmin por ser tan bueno en esos deportes.

― ¿Qué tal vas con el chico ese que te gustaba? ― pregunté para romper el silencio y me miró por unos instantes antes de contestar.

― En pocas palabras, es un paleto. Tiene cero personalidad y besa como un boquete. ― dijo un poco indignada y bebió de su zumo. ― Pero creo que he encontrado a otro, aunque si me sigue yendo igual de mal con los chicos creo que pronto me pasaré a la otra acera. ―

― ¿Y quién es el chico? ― me lo señaló con la barbilla, se trataba de Kwon Hyuk-wo, un estudiante de la otra clase, del A, que estaba jugando en el equipo rival de Seungmin. Era bastante atractivo a decir verdad y se le veía simpático. Perdón, se me da muy mal describir a gente con la que no me hablo.

― ¿Qué te parece? Yo creo que terminaremos liándonos. ― me reí por lo descarada que podía ser a veces mi compañera y después de eso sonó la campana.

Fuimos de las primeras en llegar, me senté en mi sitio y me apoyé contra la pared, viendo cómo rápidamente llegaban mis compañeros y escuchando el jaleo diario por los pasillos.

Seungmin también se sentó en su sitio cuando fue de los últimos en entrar y se me quedó mirando, vi que estaba cansado por cómo respiraba y también vi cómo un par de gotitas de sudor caían por sus sienes. 

La hora de salir de ahí llegaría en unos treinta minutos, y cuando me giré para ver a mi compañero después de terminar los ejercicios de Geografía, lo vi a punto de dormirse sobre el cuaderno y clavarse el lápiz en el ojo. No le dije nada -porque la profesora tampoco nos estaba presentando mucha atención mientras se limaba las uñas-  y avancé con la asignatura estudiando lo que quedaba de clase.

smile. [ Bang Chan y Kim Seungmin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora