013

52 9 0
                                    

Domingo, 29/09

Justo cuando ya me estaba durmiendo a las siete de la mañana, escuché los pasos de alguien por el pasillo, era Jeongin, que venía descalzo y bostezando.

― ¿Qué hacéis aquí? Me habéis dejado durmiendo solo, traidores. ― cómo se notaba que no era de las personas más simpáticas al despertarse.

― Anoche no podía dormirme y Seungmin me acompañó hasta que se durmió. ― apunté a su hermano mayor que estaba medio roncando sobre mi hombro. ― Si quieres puedes venir a dormir aquí. ―

― ¡Sí! ¡sí! ¡sí! ― me alegré al ver la ilusión plasmada en sus ojitos y se fue, para volver un minuto después con las mantas con las que nos arropé hace siete horas atrás.

Jeongin intentó imitar la postura de Seungmin, pero dijo que como tuviera que dormir así le iba a dar una tortícolis, así que terminó por dormirse sobre mi regazo. Eché mi cabeza hacia el respaldo del sofá y me quedé viendo al techo como un atontado, tenía claro que de nuevo no podría conciliar el sueño.

De vez en cuando miraba el reloj que colgaba de la pared, indicando que eran las 07:54 a.m, las 08:25 a.m, las 09:00 a.m y así estuve hasta que se despertaron mis padres.

La casa empezó a inundarse de bostezos, saludos de buenos días, tiradas de cadenas del inodoro y el microondas sonando por tercera vez por los cafés de mi madre.

Los menores terminaron por levantarse cuando mi padre les dio con el periódico en la cabeza y ambos se fueron refunfuñando al baño. Me senté en mi sitio de siempre tras asearme yo también y mi madre me sirvió una taza humeante de café, aunque con los cinco minutos que había dormido sin duda iba a necesitar más de una.

― ¿Tenéis algún plan para hoy? ― fue mamá quien empezó la conversación.

― Yo después de que se vaya Chan iré a cenar con un compañero del trabajo. ― los mayores primero lo miraron, luego se miraron entre ellos y al final volvieron a mirar a Seungmin.

― ¡Mi niño está haciendo amigos de su edad! ¡Qué orgullosa estoy! ― exclamó nuestra madre con una sonrisa y Seungmin bajó su mirada al plato, puede que algo avergonzado.

― Te dejamos que vayas con tu amigo, pero yo iré a recogeros a las nueve. ― dijo mi padre, el menor asintió convencido y les agradeció a ambos.

Cuando terminamos de desayunar, Jeongin se fue a su cuarto y Seungmin y yo nos pusimos a estudiar en su cuarto. Mientras él estaba en su escritorio escribiendo en su cuaderno, yo estaba sobre su cama releyendo una y otra vez el mismo párrafo que no se me quedaba grabado en el cerebro, aburrido.

Tenía que pensar alguna manera para decirles a mis padres que quería dejar la carrera, o directamente podría no decirles nada. No no, no podría hacerles eso y que ellos siguieran pagando la universidad mientras yo los estoy mintiendo, sería muy impropio de mí y los decepcionaría como hijo.

Comprobé la hora en mi teléfono y ya eran las 12:16 p.m, miré la espalda de Seungmin, y como si me hubiera leído la mente, también se giró.

― ¿Te le vas a declarar? ― solté la pregunta cuando le vi con la cara pálida, mirándome como si hubiera visto un fantasma y cogí mi portátil. Negó y tragó saliva.

― Me he... me he dejado el cuaderno de Matemáticas en clase. ― madre mía.

― ¿Y no puedes hacerlo en una hoja a parte y mañana lo copias en clase? ― volvió a negar.

― JinYoung me había pasado todas las respuestas el viernes y me las apunté ahí. ― dijo y miró rápidamente su carpeta. Suspiró aliviado y sonrió como si no hubiera pasado nada. ― Falsa alarma, mañana no tengo Matemáticas. ― cerró todos sus libros y cuadernos y se sentó a mi lado en la cama. ― ¿Qué haces? ― preguntó señalando la pantalla de mi portátil.

smile. [ Bang Chan y Kim Seungmin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora