AVISO: ESTE CAPÍTULO TENDRÁ ESCENAS SEXUALES, LEE BAJO TU RESPONSABILIDAD.
——«Esta historia apenas comienza, si pensaste que le habían puesto un punto. Oh cariño... Yo le puse un punto y coma, un punto y aparte.» -Paimon y Asmodeo.
Cierro la libreta con una sonrisa de felicidad y satisfacción máxima en mi cara, y la escondo debajo del colchón junto el lápiz.
Finalmente he terminado de escribir todos mis asesinatos cometidos, y ¡uf, los que me faltan! Suelto una carcajada.
Me levanto y me acerco a la ventana con barrotes gruesos. Hoy la noche es lluviosa. Intento atravesar los barrotes con mi mano, y cuando lo hago, siento cómo las frías gotas tocan mi palma, vuelvo a reír, pero esta vez más alto.
Mientras continúo riendo, escucho como la puerta de mi habitación se abre, y pasos apresurados se aproximan a mi.
Hasta que siento cómo unos brazos se aferran a mi espalda, y me tumban al suelo. De nuevo rio.
-¿Cuántas veces te tengo que decir que no puedes hacer eso? ¡Lunático de mierda! -Me reclama el guardia de seguridad, Jonnie.
-Tranquilo Jon Jon, me puedes soltar. -Le doy una sonrisa.
-¿Dónde está tu camisa de fuerza? -Me mira frunciendo el ceño.
-Oh... Está ahí... Creo que se rompió accidentalmente. -Ladeo mi cabeza sonriendo y señalo la camiseta en una esquina, tirada en el suelo.
-Pero... ¿¡Cómo mierdas haz hecho eso?! Le diré al doctor Hillings que te cambie de habitación, y... -No continúa ya que entra a la habitación la enfermera Hawkings.
-¿Qué está pasando aquí? Señor Jonnie, ¿Me puede decir a qué viene todo este escándalo? -Dice la enfermera con los brazos cruzados y fulminando con la mirada al guardia.
-Si, si, enfermera... Lo que pasa es, que este loco, estaba atravesando su mano por los barrotes, ¡Vaya a saber quien para qué! ¡Ay enfermera! ¡Y lo peor es, que se ha quitado la puta camisa de fuerza! ¡Hay que hacer algo, este chico es cada vez más un peligro para nosotros! -Escucho cómo se sigue quejando de mí mientras alza sus brazos por los aires, moviéndolos como si de un pulpo se tratase. Miro de reojo que la enfermera lo observa con suma atención y asintiendo su cabeza. Aprovecho el descuido de ambos, y con mi pie izquierdo arrastro la camisa de fuerza, me agacho y la recojo rápidamente, para colocármela, fingo que tengo todos los broches cerrados. Y me coloco los brazos cruzados hacia atrás.
-Señor Jonnie, entiendo su punto de vista, pero esa no es la forma correcta en la que se debe de hablar a un paciente o a alguna otra persona. -La enfermera me mira y me da una sonrisa de lado, se la devuelvo.
-¡Pero es que enfermera! ¡Mire con sus propios ojos la barbaridad de este enfermo! ¡Observe cómo no lleva puesta la camisa! -La enfermera pone toda su atención sobre mi, y me recorre el cuerpo con su mirada. Pongo una cara de pena y tristeza fingida. La enfermera me sonríe.
-Señor Jonnie, en mi opinión, pienso que yo soy la que debe de hablar con el doctor Hillings, estoy viendo con mis propios ojos, y se puede observar fácilmente como el paciente tiene la camiseta de fuerza adherida a su cuerpo.
-Sí, enfermera... Yo sinceramente no entiendo por qué el increíble de Jon Jon me tiene tanto odio, desde que llegué aquí me ha tratado tan fatal, y yo sólo he intentado ser su amigo, ¿sabe? Me siento muy solitario en estas cuatro paredes y no me vendría mal la compañía de alguien... -Fingo la tristeza y hago que mi voz suene apagada.
-Por lo que puedo ver en esta situación, usted tiene razón. Jonnie, lo veré luego en la oficina.
-¡No! ¡No es posible que le crean a este lunático de mierda! ¡Él está encerrado! ¡Yo soy el que está libre! ¡No soy el que está en un psiquiátrico! ¡Deben de creerme a mí, no a este enfermo de mierda!
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Relatos de un Asesino [#1 Relatos de Sangre]✅
Terror-PRIMER LIBRO DE LA DÚOLOGIA RELATOS DE SANGRE- Empecé a escribir y a describir todo lo que había hecho, y es que ya no me quedaba de otra, todas las noches eran lo mismo, no paraba de pensar, recordar e imaginar. Así que, ¿Por qué no expresar y ens...