-¿PERO COMO QUE ERES SU MANEGER? ¿Pero está aquí? ¿Contigo? ¿Y Martina y Hugo? ¿No los habrá visto no? Anaju porfavor dime que no los ha visto.-Flavio tranquilízate, sí, si que los ha visto, pero tranquilo, le he dicho que eran los hijos de un amigo. Están ahora con ella porque no podía cogerte la llamada delante de sus narices.
-¿Están con ella, los dos?
-Flavio están bien, no les va a hacer nada, tío que sigue siendo Samantha.
-Pues ese es el problema, ¿no te parece?Flavio no podía dar crédito a lo que estaba escuchando, no podía creer como había permitido que esto pasase.
-Mira Flavio, voy a trabajar con Samantha, te guste o no. -Anaju tenía claro que no iba a dejar que los sentimientos de su hermano interfirieran, esta vez no. Ella misma tampoco se terminaba de creer toda esta situación, y por muy enfadado que Flavio pudiese estar, iba a tener que aguantarse y adaptarse, como iba a hacer ella.
Flavio resopló, un mar los separaba ahora, pero en menos de 24 horas él también estaría compartiendo ciudad con ella. Su ella que ahora era de todo menos suyo, que tanto había sido y que tanto había acabado doliendo el final.
La herida no estaba cerrada, y Flavio ya había asumido que tendría que aprender a vivir con ella toda la vida. Lo que no se esperaba es que volviera a aparecer tan pronto, sabia que volver a España significaba eso, pero joder, no ahora.-Anaju, eh... ¿como esta? -Necesitaba saberlo.
-¿Como esta quien, Flavio? -Anaju sabía perfectamente a quien se estaba refiriendo.
-Ella.Anaju no sabía cómo responder a la pregunta de su hermano. Samantha lucia espectacular a juzgar por su aspecto. No había cambiado mucho en opinión de la morena, pero la encontraba más atractiva de lo que la recordaba. Pero dejando de lado el físico, Anaju no tenía nidea de como era la vida de la valenciana ahora mismo. Estos últimos años la había estado siguiendo, era imposible no hacerlo, salían noticias relacionadas con ella todo el tiempo, pero no sabía como estaba ella de verdad. A juzgar por la apariencia parecía feliz y tan risueña como siempre, pero no podía estar segura solo con las apariencias.
-No lo se Flavio, he hablado con ella dos minutos, esta como siempre supongo. -Sabia que su hermano no iba a aceptar esa respuesta, así que necesitaba cambiar de tema lo antes posible - Oye, ¿y al final cuando llegas? Hugo y Martina están deseando que llegues, dos semanas sin su papi es mucho.
Una sonrisa sincera se formó en los labios del mencionado. Él también los echaba mucho de menos, era la primera vez que se separaban tanto tiempo, y no veía el momento de volver a tenerlos a su lado. Para Flavio, aquellas dos personas minúsculas lo eran todo, aunque no hubiesen llegado al mundo de la mejor manera, el amor que sentía hacia ellos era lo más real e inmenso que había sentido nunca, y no se arrepentía de nada. A veces se cuestionaba si lo estaba haciendo bien, y las dudas le asaltaban constantemente, pero una sonrisa de alguno de sus dos pequeños conseguía borrar todas estas preocupaciones. Él les intentaba dar todo el amor que dos niños pueden necesitar, y pese a los momentos difíciles, sentía que lo estaba haciendo bien.
-Creo que llegaré mañana por la tarde, aún no se la hora exactamente.
Hugo y Martina se habían ido dos semanas antes con Anaju para que empezaran a integrarse y a adaptarse a su nueva vida, y así Flavio podía acabar de organizar todos los últimos detalles más tranquilo.
-Oye Anaju, lo siento por haberte gritando antes, tu no tienes la culpa de nada y no he sido justo, además de todo lo que has hecho por mi y por ellos durante todo estos años.
Anaju sonrió, aunque no le hubiese sentando bien el comportamiento de su hermano, entendía porque había reaccionado de esta manera, y no lo podía culpar ya que si ella estuviese en su misma situación, estaba segura que hubiese reaccionado de la misma forma.
-Sabes que quiero a Hugo y a Martina como si fueran mis hijos, y a ti también, tonto. -Flavio dejó escapar una risa des de el otro lado del teléfono. -Ya me avisas para saber cuando te tenemos que venir a buscar, después te llamo para que hables con los peques, ¿vale? Ya veras que contentos se van a poner cuando les diga que llegas mañana.
-Hasta mañana hermanita.
Flavio se quedó un poco más tranquilo después de compartir aquellas últimas palabras con su hermana mayor. Anaju había estado con él en todos y cada uno de los momentos de su vida, y estaría eternamente agradecido con ella. Era la única que siempre había estado, y la única que había confiado ciegamente en cada una de las decisiones que había tomado, incluso cuando él no confiaba con sigo mismo.
La morena le había acompañado ahora hará 10 años atrás, abandonando toda su vida por él. Sabía lo mal que Anaju lo había pasado en sus primeros meses en tierras estadounidenses, y muchas veces se sentía culpable, aunque su hermana siempre le decía que si había decidido mudarse había sido porque había querido, él sabía que no había sido del todo así.Dejó de darle vueltas al tema y acabó de guardar las últimas cosas que le quedaban por guardar en las cajas.
Mañana seria un dia muy largo.