|Capítulo 1: Sin fuerzas.

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#1. Sin fuerzas.

Lizzie's POV:

—¡Vuelvan acá, malditas mocosas! —exclamó Harold.

Mi hermana y yo corríamos lo más rápido que pudimos, yo me sentía débil, mis piernas estaban débiles y sabía que en algún momento iba a caer. Las lágrimas mojaban mi ropa ya rota, sus palabras me dolían, pero sé que si me rendía me iba a pasar lo peor.

Sus gritos dejaron de escucharse y me dejé caer en la grama, respiraba el aire de la naturaleza, nunca pude hacerlo, no siendo libre. Mis manos temblaban, las piernas me dolían como nunca, mi respiración estaba entrecortada y mis ojos se nublaban, estaba completamente destruida por dentro y por fuera, podría morir en cualquier segundo. Una lágrima se escapó de mi ojo izquierdo mientras respiraba con dificultad. Me sentía mareada. Totalmente mareada. Ya no lo soportaba más, quería morirme de una vez por todas, quería matarme, pero no tenía el valor como para hacerlo. Yo tenía muchos más moretones que mi hermana, estaba totalmente destruida.

La imágen de mi tío Harold desapareció completamente de mis ojos, sabía que lo habíamos perdido por completo, pero también sabíamos que todos sus recuerdos estarían atrapados en mi mente, odiábamos estar con él, éste hacía que mi vida se convirtiera en una completa mierda, al igual que el resto de la sociedad. Mi hermana nunca tuvo problema en cuanto a socializar, no sé como, pero nunca lo tuvo.

Me senté en la grama y revisé todos mis moretones, todos hechos por Harold. Estaba sangrando, pero tenía que dejarlo así. Para ser honesta, agradezco que toda esta mierda comenzó. Nunca he podido ser libre, siempre estaba con Harold, quien me violaba, me insultaba y me maltrataba demasiado, física y psícológicamente. Estaba exhausta, cansada, débil, no podía hacer nada. Mi vida era una completa pesadilla, y ojalá no lo sea más. 

«Flashback»

25 de Diciembre, 201O. 

—¡Eso es! ¡eres una buena chica, Lucy! —dije mientras acariciaba a mi poodle de peluche junto a mi hermana Mika, nuestro tío Harold nos lo había regalado cuando yo teníamos 6 años y ella 3, fué la única vez en la que nos había regalado algo en la vida. Es el único juguete que hemos tenido, así que lo hemos conservado, ya que es muy especial para nosotras y es nuestro único amigo.

La voz de Harold resonó por toda la casa, éste gritaba mi nombre lo cuál hacía que me estremeciera, mi corazón se aceleró y quería esconderme debajo de mi cama pero sería peor porque sé que me encontraría y me golpearía lo más fuerte que pueda. No quería que mi hermana Mika presenciara la escena que estaba a punto de ocurrir, así que sin pensarlo le dije que se escondiera debajo de la cama. Sabía que algo malo iba a pasar, es mejor prevenir que lamentar..

Abrió la puerta de golpe y yo abrí mis ojos como platos, sosteniéndome fuertemente de la cama con una mano y abrazando a mi Poodle Lucy con la otra, mis ojos se llenaron de lágrimas hasta ponerse totalmente rojos, él sólo sonrió con una sonrisa maligna, esa sonrisa siempre la ponía cada vez que quería hacerme algo indebido, la odiaba completamente, la maldecía, la aborrecía.

Se acercó a mí con dicha sonrisa y comenzó a acariciar mis piernas, yo temblaba y temblaba y cerraba fuertemente mis ojos para evitar seguir llorando, odiaba que me hiciera esto, era terrible, por más que me odien, no se lo deseo a nadie.

—Retira tu blusa, hermosa. —dijo él con esa maldita sonrisa pícara. Obedecí ante su orden, ya que sabía que si no lo hacía me iba a golpear.
—Hmm, estás muy sexy, ¿ya te lo había dicho? —volvió a decir con voz “seductora”.
—No lo hagas, por favor.. no me lastimes.. —rogué.

||You're mine, Angel.|| »Carl Grimes« ||c.rDonde viven las historias. Descúbrelo ahora