Capítulo 5: El azar

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Caminó en círculos todo el mediodía, tratando de pensar qué haría. Se había cansado de patear la puerta de su departamento esperando que mágicamente esta se abriera, decidió entonces llamar a alguien que le solucione el problema, pero sin su iphone no había a quién acudir. Con el dinero que halló en sus bolsillos se dispuso a tomar un taxi al único lugar en el que creía la encontraría, y con algo de suerte logró dar con ella. Xuan Lu lo vio llegar muy agitado esa mañana, la vergonzosa platica que tuvieron en ese instante fue de las peores que Yibo había tenido que enfrentar, desde pedirle prestado algo de dinero para terminar de pagar su viaje hasta disculparse por su actuación la pasada noche, pero la chica lejos de enfadarse, y sin ninguna molestia, lo invitó a almorzar. Bien era sabido que a veces no existían los fines de semanas, los descansos y días libres, los artistas en muchas ocasiones tenían que estar atendiendo a sus respectivos trabajos a toda hora, y para Xuan Lu no era la excepción. Aún continuaba desde temprano en el set del nuevo dorama que estaba filmando, muy responsable se había levantado esa mañana con ansias de recorrer el set y reencontrarse con algunos de sus compañeros con los que había quedado ese Domingo, al menos hasta medio día, fue entonces cuando Wang Yibo se hizo presente y la rutina se le vio atravesada por el azar.

Ambos se encontraban almorzando, la mujer escuchaba atentamente como el joven le relataba todo lo que había pasado esa noche, el pleito con Xiao Zhan y lo que había desencadenado que él se fuera repentinamente de la reunión. En verdad se sentía arrepentido, no quería pensar en cómo había desecho todo esa noche, se sentía idiota. Xuan Lu intervino en alguna parte del discurso, sintió como con sus palabras el chico demostraba lo furioso que estaba con su ex compañero de rodaje, pero dentro de esa furia inexplicable que estaba teniendo logró rescatar que más que furioso se sentía dolido por la reacción del otro, de ser así y con todo el alboroto que había armado ¿Por qué no le permitía a Xiao Zhan explicarse? ¿Es que acaso no era lo que buscaba desde el principio? Claramente era un poco tarde para esto, pero mejor sería olvidarse de aquello y no seguir acumulando ese enojo excesivo que continuaba surgiendo, después de todo si lo que quería era hacer a un lado a Xiao Zhan lo primero que debía hacer era quitárselo de la espalda. La verdad era que ella no podía entender cómo o por qué Zhan se había comportado de ese modo con él, el hombre siempre había sido muy amable y encantador con todos, y por sobre todos con él, no podía entrar en su cabeza una razón por la que, justamente, estuviera rechazándolo de aquel modo, porque si de algo estaba segura, esa razón era lo suficientemente fuerte para no encarar siquiera la situación, y todo esto teniendo en cuenta que así como todos, ella también estaba enterada de los rumores y los límites que el lío de la prensa y el gobierno les estaban poniendo a ambos. De cualquier forma toda esa conversación solo logró hacer que Yibo se relajara y pensara que realmente prefería escuchar sus motivos a dejar de hablarle así como si nada, después de todo debía recuperar la llave de su departamento, y tal como se había dicho en algún momento, ya no era un niño que corría de aquello que no quería enfrentar.

Del lado contrario, antes del mediodía el famoso Xiao Zhan había estado a la expectativa de otro tipo de problema. Hacía una semana que había quedado con su madre para cenar juntos ese sábado. Posponiendo y posponiendo terminó por reorganizar el encuentro para el domingo, a pesar que al otro día debía trabajar y que la noche anterior había tenido que salir. Al fin y al cabo su madre era una mujer que no podía esperar, bastante recta y detallista, bastante tediosa si le preguntaban a él, pero estaría dispuesto a impresionarla, después de todo era su madre, y luego de tantas discusiones y numerosos enfrentamientos que habían tenido en el pasado esperaba que por una buena vez todo en su vida le diera otro tono a su relación.

Para Xiao Zhan aquel domingo se presentó pesado, no había podido dormir bien, tenía que planificar la velada con su madre, y todo ese asunto del cachorro furioso lo tenía desconcentrado. Había tomado una ligera ducha, corrido al súper por víveres que le estaban faltando y que, si no fuera por su madre, no hubiera sido necesario comprar con tanta exigencia, y así también se propuso ordenar y asear su casa de punta a punta. Reiteradas veces había suspirado con fastidio mientras encendía la aspirado, mientras caminaba de aquí hacia allá, mientras le pasaba un plumero frondoso a las pequeñas vitrinas decorativas que tenía, él sabía muy bien que todo en su departamento estaba en perfecto orden, en perfecto esplendor, incluso olía a rosas y todo, pero para evitar un mal trago prefería hacer esa repasada. Exhausto, terminó por volver a la ducha y quedar desecho sobre su cama, había comido un bocadillo rápido antes de continuar con su trabajo, así que no había parado en todo el día, se había animado a contestar sus mails y mensajes con una sola mano mientras con la otra limpiaba los azulejos de la cocina, así que cuando tocó la cama no pudo evitar entrar en un sueño profundo, y en ese sueño profundo una carita familiar, que había desaparecido de sus pensamientos al menos en esas horas, había vuelto.

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⏰ Última actualización: Jul 13, 2020 ⏰

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