7._ La odisea del leon rojo.

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Callanghad había salido sin pronunciar palabras, no esperaba que Keith tomase enserio aquellas palabras de Lance y se sintiera triste por la posibilidad. Y aun que en el fondo le agradaba que también pudiese pilotar al león rojo, sus expectativas ya se hallaban de bajo de ese deseo. Era lo contrario de estar feliz, si des de el inicio había una mentira rodando por mucho tiempo desde que conoció a Hunk y a Lance, aumentaría todavía más con los nuevos conocidos.

Ya en el espacio, Shiro trazo nuevamente el plan para infiltrarse en la nave de Zendak, Lance y Hunk actuarían como un señuelo frente a la nave Galra para hacerlos ganar tiempo, mientras Callanghad y Keith buscaban dentro, al león rojo. Pidge aprovechó la distracción para escabullir al león verde por debajo de los asteroides que orbitan en el espacio, para evitar ser vistos. Una vez con el león debajo de la nave, Zendak callo en la trampa.

Pidge usando su vallar para abrir un hueco en la nave, Shiro, Callanghad y Keith entraron de forma sigilosa entre los ductos, hasta descender en una sala con paredes de rayos violetas, con una vista fortificada e inestables.

«Muy peligroso». Se dijo Callanghad al ver la sala con rayos de energía consistente. Parecía algo muy obvio el que se encontraban en la sala que abastecía la nave, Lance logro comunicarse con Pidge y tal parecía que Zendak deseaba arrastrarlos con un rayo de atracción — Hay que movernos antes de que sepan que estamos aquí — sugirió Shiro asintió y todos se  movieron de la sala.

Corriendo sin direcciones llegaron a los pasillos de la nave. Keith era el único que parecía seguro de si en saber en donde estaba por lo que siguió moviéndose con rapidez entre los pasillo.

En un cruce Callanghad aflojo el paso tras notar que Pidge se hallaba encendido en la esquina, no parecía tener intenciones de seguir por el mismo camino que Keith. Aun así vigiló en cada cruce que ellos atravesaban. No había guardias vigilando por lo cual se veía demasiado extraño.

— ¿Cuanto mas faltara? — preguntó Keith caminando.

Mirando a ambas direcciones no tuvo una repuesta para el. Callanghad dio un respingón cuando escuchó la voz de Shiro a sus espaldas, ambos se detuvieron con preocupación, el paladín había tenido una visión pasada  — Eh, estado aquí antes — dijo con angustia en sus palabras — después de que nos capturaron nos trajeron aquí.

— Entonces puede hayan prisioneros aun puede que los demás tripulantes estén aquí — argumento Pidge aun que Shiro no parecía muy dacuerdo con sus palabras — creó que tenemos que rescatarlos.

Al instante supo a donde quería llegar Pidge — Pidge no tenemos tiempo de vemos seguir para encontrar al leon rojo y volver a Arus — fue la contestación de Shiro. Esa palabras des orbitaron dentro de Callanghad.

— ¡No podemos dejar prisioneros aquí! — fue su turno para refutar por sus palabras, que fueron tan poco humanas saliendo de el, Shiro le miro con tristeza.

— Escuchen nadie lo entiende mejor que yo pero como un líder, en la guerra hay que tomar decisiones difíciles... — le dijo — ¡Ahora en marcha! — en orden a ambos.

Pidge se negaba a creer que Shiro haría algo como eso. Así que Callanghad por fin hablo — ...No — fue una respuesta seca de su parte, directa y severa. aquella simple accion y que no siguiera las ordenes, obligó a que tanto Shiro como Keith se volvieran — no podemos dejarlos. No voy a dejarlos. Son personas inocentes.

— Callanghad, no es momento para algo como esto — le dijo Keith.

— Desde cuando se tiene que pensar cuando es momento para salvar a alguien, pueden haber inocentes. — refuto con molestia — el sargento Adams siempre me recordaba que nunca se abandona alguien. Sin importar los riesgos, eso es los que nos hace ser líderes.

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⏰ Última actualización: Feb 11, 2023 ⏰

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