capitulo 2

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Las labores en el restaurante quedaron suspendidas por una semana en lo que me recuperaba. La incisión había sanado  por completo, mi madre estaba completamente pendiente de mi, Charlie me vino a visitar cuando pasó a buscar a mi madre el viernes para su cita. Ella la quería suspender para cuidarme pero me negué rotundamente, me había quedado en el sillón  junto a la chimenea mirando toda la tarde películas. Cuando volvió me contó todo, y chilló emocionada.



Hoy, después de una larga semana volvía a las labores,estaba completamente curada. Charlie se ofreció para darnos una mano hoy, ya que era su día libre, mi madre estaba más que encantada con todo y gustosa acepto.

Mi teléfono vibró, cuando lo levanté vi que era del jefe Swan.

-Tn- hablo.

-¿Si señor?.

- ¿Que te llevo?- me pregunto.

- uno doble si no es mucha molestia- dije 

- Para nada enseguida estoy allá, prepárate que tu madre nos espera en el restaurante.
- si señor, como ordene señor - salude como militar.

-muy bien cadete descanse- me siguió el juego para después cortar.

Mi risa retumbó por el comedor mientras seguía acomodando. Ayer habían llegado las cosas de la mudanza y me puse a acomodar todo. 

Me detuve viendo un cuadro que creí perdido, mis ojos escocían del ardor de próximas lágrimas.Lo lleve a mi pecho y abrace con fuerza el cuadro mientras trataba de tranquilizarme.

-otro año más hermano, otro año lejos de ti- susurré volviendo a contemplarlo con una sonrisa nostálgica. En la la foto estábamos  mi hermano y yo festejando mi séptimo cumpleaños,  el último que pasamos juntos. Lo extrañaba demasiado, delante de mi madre fingía estar bien pero la realidad es que jamás lo supere, todavía me echaba la culpa de eso, si hubiera sido más valiente quizás lo hubiera salvado.

El claxon del auto de Charlie me sacó de mis pensamientos, rápido me limpie las lagrimas, agarre mi mochila y salí cerrando con llave.

-Hola- me dijo nuevamente.

-¿Que tal?- pegunte sonriéndole.

- Bien- dijo un poco distraído, algo le había pasado, por teléfono no sonaba tan desanimado.

- Charlie, ¿Qué te sucede?¿Seguro que estás bien?- mi voz reflejaba mi preocupación sacando una mirada de asombro del hombre.

-No te preocupes ya lo solucionaré- me dedico una sonrisa aunque falsa no lo hacía con mala intención.

-Cambiando de tema- dije radicalmente para no hacerle sentir mal- ¿Como va todo con mi madre?¿Ya la conquistaste Romeo?- bromee sacando una sonora carcajada de sus labio.

-¿No se supone que aquí es donde me amenazas?- dijo burlón.

-No me gusta la palabra "amenazar" este término es muy agresivo, yo prefiero llamarlo "sugerencia obligatoria"- bromee- En realidad no, pareces un buen hombre Charlie, solo te pido que si las cosas van bien no la lastimes ella pasó por demasiado, y realmente no lo merece- girè mi cabeza recordando por todo lo que tuvo que pasar.

-Tranquila que lo menos que quiero es hacerle daño- apoyó una mano sobre mi hombro- además suenas como si te fueras a ir en cualquier momento.

- Es que con mi condición en un descuido podría no volver- note una mueca de desagrado en él quien no había despegado su vista del camino- No me gustaría dejar a mi madre solo tomo precauciones.

Sonrisas Que EnamoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora