-"¿Es normal sentirme en otro planeta cuando estoy con ella, John B?"
"Yo tengo una pregunta mejor JJ, ¿Por qué no vas y lo averiguas de una vez?"-
-"Nunca creí que alguien pudiera hacerme sentir así de libre como lo hace él"-
-"Yo no creo que estés...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Luego de la intensa fiesta, todos volvimos a dejar a John B al Chateau. Eran como las 3 de la mañana y con JJ estábamos caminando de regreso a casa, él me cargaba en su espalda y me sacaba charla para que no me duerma. Además de que yo tenía la llave de casa.
—vaya fiesta— dijo riendo.
—ni me lo digas, no quiero pisar una fiesta en mucho tiempo— reí.
Llegamos a mi casa y JJ me bajó para que pudiera abrir la puerta. Entramos sin hacer un solo ruido, lo que menos quería era que mis padres nos escucharan y lo vieran con todo el rostro golpeado. Al recordar la escena de la playa con ese kook y la pelea de JJ, se me erizó la piel.
Atravesamos el oscuro pasillo que llega a mi habitación y a las tanteadas intenté dar con la puerta. La abrí, empujé a JJ dentro antes de que alguno de mis hermanos nos viera y me encaminé al baño de mi habitación en busca de un botiquín de primeros auxilios, JJ necesitaba curar esas heridas y por más que se niegue 20 veces, lo voy a hacer. Volví a mi pieza y me encontré al rubio parado en frente de mi ventanal, tenía la mirada perdida a lo que sea que estuviese viendo afuera y además, parecía muy triste. Verlo así me partía el corazón, sin duda hoy no fue un buen día para ninguno de los dos.
—JJ— lo llamé.
Volteó a verme y esbozó una pequeña sonrisa, que al instante se borró al ver el botiquín. Me senté en la cama y saqué un par de algodones, también agua oxigenada y una bandita.
JJ suspiró e imitó mi acción sentándose al lado mío. Mis ojos vagaron por su rostro y analizaban cada corte y moretón que se asomaba. No podía creer que se haya peleado con alguien así y por mi culpa, estaba muy agradecida por defenderme y cuidarme siempre que puede pero odio la idea de que solucione todo a golpes y termine así. Salí de mi trance al sentir sus ojos en mí, ese azul intenso que me encantaba y a veces me ponían muy nerviosa sin saber muy bien por qué.
—en serio lamento que hayas tenido que hacer eso— susurré, mis ojos empezaron a humedecerse y algunas lágrimas amenazaban con salir.
—no tienes que lamentar nada Liv— sus ojos viajaban por todo mi rostro e intentó sonreír a pesar de los cortes en su labio.
Al ver eso, agarré un algodón y lo mojé con el agua oxigenada, con mi mano libre tomé su rostro y con la otra apoyé el algodón sobre sus labios. Todo su cuerpo se tensó y se escuchó un gemido de dolor por parte de él. Acaricié su mejilla y seguí limpiando la herida, la cuál dejó de sangrar.
—sabes que te defenderé todas las veces que sea necesario— continuó sin apartar sus ojos de los míos —nadie merece ser tratado de esa forma, sobre todo tú—
Aunque tenía razón en lo que decía, no podía evitar pensar en lo que hubiese pasado si él no aparecía, la impotencia que recorrió mi cuerpo mientras era manoseada por ese idiota no se comparaba con nada. Que se aprovechen de vos de esa forma y no puedas hacer nada para evitarlo, o que, lo que alcanzas a hacer no sea suficiente, es una de las cosas más horribles e inhumanas que existen. Quería gritar, llorar y desahogarme, todo lo que no pude hacer en la playa porque no quería preocupar a mis amigos, pero sin embargo, tener a JJ sentado al lado mío, transmitiéndome toda su confianza y apoyo, hacía que esos sentimientos se fuesen de mi cabeza. Pestañeé un par de veces y seguí con las heridas de JJ. Estaba segura de que el rubio había notado que estaba distraída, pero aún así solo me miraba, y hasta sentí como agarró mi mano para acariciarla. Cuando terminé, guardé las cosas en el botiquín y me dispuse a caminar hacia el baño, pero el rubio no me lo permitió, ya que jaló suavemente de mi brazo y me estrechó en sus brazos en un cálido abrazo. Se lo correspondí sin dudarlo y rodee su cuello. Una inmensa paz me invadió entera al estar así con JJ, no quería soltarlo nunca, él es mi cable a tierra por decirlo de alguna manera y es la única persona a la que le confiaría hasta mis más oscuros secretos, si los tuviera.
—gracias— susurré en su cuello —gracias por todo lo que haces por mí, y en serio lamento que tengas que cargar conmigo y mis problemas, sobre todo cuando sé por lo que estás pasando y no se compara en nada con esto—
Sentí sus manos acariciar mi espalda repetidas veces. Si había alguien que sabía transmitirte toda la paz del mundo con solo un abrazo, ese sin duda era JJ.
—Liv, cállate— se separó lentamente —que yo también tenga problemas, no hace a los tuyos menos importantes, jamás pienses eso— me sonrió y yo asentí.
Después de toda esa situación, ambos nos acostamos abrazados en la cama, no nos cambiamos de ropa ni nada, sólo queríamos relajarnos un poco, porque la verdad, lo merecíamos. Mi cabeza reposaba en el pecho de JJ y este jugaba con mi cabello, mientras que en mi mente se proyectaban miles de recuerdos con JJ de pequeños, sin duda con ese rubio habíamos pasado por muchas cosas juntos. Como cuando aprendimos a andar en skate en el patio de mi casa, o cuando se le cayó un diente comiendo una manzana. Reí ante ese último recuerdo.
—oye— susurró.
Levanté mi cabeza para que sepa que lo estoy escuchando.
—tengo una idea— continuó, yo alcé las cejas ante su comentario, aunque ya me imaginaba lo que iba a decir —sé que es tarde pero, podríamos ir a surfear— finalizó.
Me incorporé y lo miré con cara de ¿en serio?, él solo reía ante mi reacción, pero en ningún momento dijo que era una broma.
—JJ, ¿tenés sentido de la hora?— pregunté riendo —son las 4:30 de la mañana—
Haciendo caso omiso a mi comentario, se levantó de la cama y agarró la maya que tenía puesta la noche que subió por mi balcón. Se dirigió al baño y se cambió, a los 5 minutos salió.
—lo digo en serio, Liv, vamos a la playa— me miró y me sonrió, hablaba en serio.
Rodeé los ojos y agarré una maya enteriza color amarillo crema, entré al baño y me cambié.
