Capítulo 2

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El sol se asomaba por las hermosas montañas de Tokio, anunciando un nueva día...
Desde hace una hora el hermoso ojidorado había puesto fin a su descanso nocturno. Y se encontraba en su Gym personal. Cuando se mudó a Japón, después de haber vivido casi todo su vida en Roma, adoptó hábitos como: El levantarse más temprano para hacer ejecicio y tomarse un breve descanso para meditar. En Roma también hacía ejercicio, pero lo hacía antes de dormir. Sin embargo la meditación era algo nuevo en la lista.
Después de haber terminado su rutina diaria. Tomo una ducha con agua tibia, para poder relajar sus músculos tensos. Luego fue hacia su armario y saco un traje de marca Dormeuil, color gris, acompañado de una camisa blanca de la misma marca. Tomo unos zapatos John Lobb en color negro. Y no podía olvidar su reloj Rolex Daytona ‘Albino", el cual fue un regalo  de su madre. Por último amarró su largo y hermoso cabello plateado.

Decidió bajar a desayunar, a esa hora Kaede ya debería estar haciendo el desayuno.

-Buenos días Mi niño- saludo una señora de unos 50 Años.

- Buongiorno nana- Saludo mientras tomaba una galleta de la cesta de la mesa.

- ¿Cómo te fue en la última reunión, querido?.- Empezó a  servirle el desayuno al Albino.

- Muy bien, logré hacer que el proyecto "Aleana" pueda empezar a funcionar. Y logré cerrar dos tratos con socios de New Yord y Rusia.

-Veo que te va muy bien y eso me alegra querido.-

- Nana, creo que ya te he dicho que  tengo 30 años y que soy independiente, no es necesario que salgas de la casa de mis padres para atenderme.- Termino de desayunar y lavo el plato respectivo.

-No es ninguna molestia mi niño.-

-Pero, nana.- Suspiro- Siempre tan testaruda- le dio un gran abrazo.

- No importa que tengas 30 o 60, mientras yo siga viva, tu siempre serás mi niño.-
Inuyasha soltó un pequeña risa.

- Te quiero nana, Pero ya es muy tarde, tengo que ir a la empresa. - Deshizo el abrazo y tomó su portafolio.

- Adiós querido- Se despido.

- Ciao nana- Salió de la mansión.
Se dirigió al Garaje para subirse a su porsche color gris.

Al llegar a la empresa estacionó su auto en el estacionamiento, saludo al guardia de seguridad. Y tomó el ascensor.

-Buenos días Inuyasha- Saludo su amiga y secretaria Sango.

-Hola Sango, Buenos dias- Respondió al saludo.- ¿Qué tenemos para hoy?.

- Pues tienes una fila de "Aspirantes" para ser tu nueva asistente. Pero la mayoría trae faldas que no dejan nada a la imaginación, para ser tu asistente.- Se escucho una fuente carcajada de parte de Inuyasha.

-Ok Sango, empecemos. - Entro a la oficina.
Una a una fueron entrando a la oficina. Y  así, por lo menos 60 postulantes habían pasado al medio día. Y lo peor que ninguna llenaba las espectativas de ninguno.

-Inuyasha, esto es un pinche fracaso ¿Acaso ya no hay asistentes competentes hoy en día?.- Dijo exasperada.

-Sango, es mejor dejarlo allí. Estoy muy cansado. Y tengo trabajo que hacer.- Dijo cansado.

- Pero, tenemos cerca de 200 postulantes todavía.- Mientras contaba las carpetas que tenía que revisar.

- Está bien Sango, pero saltemonos algunas. Ya me cansé.-

- Ok.- empezó a buscar la próxima.- La siguiente es... Kagome Higurashi.

- Entonces has que pase.- Dijo mientras revisaba unos documentos.
Solo esperaba que la próxima chica fue un poco más competente. Y esperaba que Sango no lo matara por lo que iba a hacer.... Pero ya estaba aburrido y muy cansado.

¡Hola!. Espero y les guste el nuevo capítulo.  Actualizaré muy pronto.
¡Bye!.

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