≫ 14 ; barreras ≪

2.2K 253 9
                                    

—No demores, tu prometido ya llegó.

Fue lo último que dijo su madre antes de cerrar la puerta tras irse. Mirae suspiró, ese día fue igual o peor de terrible que ayer. Minho ni la fue a buscar, en parte agradecía eso. No quería ver nuevamente su expresión de dolor.

Volviendo al lado negativo, apenas llegó de la escuela su madre la obligó a alistarse. Había tomado con ayuda de una de las mucamas la ducha más larga de su vida. Ahora tenía puesto un elegante vestido sobre las rodillas negro que estaba segura su madre había comprado en la mañana; su cabello también había sido acomodado en un moño y sus zapatos... se sentía la cenicienta. Ni hablar del maquillaje que adornaba su rostro. Se miró en el espejo una vez más.

Esa no era ella. No era Byun Mirae.

Dejó el pequeño cuadro con la foto de su hermana sobre la cómoda y tomó un respiro. Frunció el ceño, estaba lista para afrontar lo que viniese. Si ella no podía escoger apartarse, al menos trataría de espantarlo a el.

Prendió el foco, eso contaba, ¿verdad?

Sonrió, había tenido una muy buena idea. Apagó la luz y caminó escaleras abajo.

—Allí está, lamento la demora —soltó su madre cuando la vio bajar por las escaleras.

Mirae creyó estar viendo mal, cerró sus ojos y los abrió nuevamente corroborando el rostro de la persona frente a ella.

—Hija, el es Han Jisung —presentó —. Ella es Mirae Byun, mi bella y única hija.

Mirae examinó al chico de cabellos rubios que la miraba con un rostro neutral. Debía de ser una broma, ¿tan pequeño era el mundo?

—Es un gusto, Mirae —se inclinó Jisung —. Pero señora Byun, según informes, Mirae no es su única hija. Eunbi Byun es la mayor.

—Sí querido pero ella ya está muerta, no cuenta —dijo con una sonrisa ocultando sus ojos en el proceso —. Mi única hija es la que ve frente a sus ojos, y está dispuesta a casarse con usted. Eunbi no entra a conversación en esta casa.

Jisung no perdió el momento en que Mirae bajó la mirada y se encogió en su sitio mientras presionaba los puños.

Han era alguien muy observador, pudo darse cuenta fácilmente que las cosas no iban bien en esa casa. Y la hermana mayor era el tema más sensible para su... prometida.

—Si no le molesta, me gustaría hablar con Mirae a solas —enseñó sus dientes en una sonrisa —, así podemos conocernos más.

—Oh, pero por supuesto —se apartó de las escaleras —. Mirae puede llevarlo a su habitación.

La de cabellos marrones abrió sus ojos en sorpresa. Ella nunca había llevado a nadie a su habitación; sin embargo, cuando estuvo a punto de protestar, su progenitora le dirigió una mirada tan sombría que las palabras se atoraron y murieron en su garganta.

—Sígueme —habló con tesquedad.

Ignoró el reproche en el rostro de su madre y se dirigió nuevamente a su recámara. Una vez ella y el mayor estuvieron en su habitación, cerró la puerta tras de ella.

—Es un lugar muy bonito —comentó Jisung examinando el lugar.

—No esperes que esté feliz con ésta noticia —se cruzó de brazos.

Jisung conectó su mirada con la de ella y suspiró tomando asiento en la silla frente al escritorio. La giró para así quedar encarándola.

—Mirae, yo tampoco quise esto.

—¿Minho lo sabe? —preguntó cortante.

—No se lo he dicho —bufó —. Minho no está bien ahora, ¿cómo le voy a decir que me comprometieron con su novia?

𝗣𝗔𝗥𝗧-𝗧𝗜𝗠𝗘 𝗕𝗢𝗬𝗙𝗥𝗜𝗘𝗡𝗗 ✧ lee knowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora