Capitulo 14

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Fue el vacío más fuerte porque desperté sabiendo que él ya no iba a estar.

Finalmente pude contestar esa pregunta que me hice a mí mismo hace tres años.

¿Ocurriría algo más más doloroso que la tradición de Liam?

Sí, el día en el que perdí a Joaquin.

Pasar las noches con otros hombres no sirvió, solo lo empeoró, al final termine imaginando a Joaquin en vez de los adorables rubios que realmente había tomado.

Fue horrible gemir el nombre de Joaquin cuando debió ser Andy.

Fue horrible que cada canción de cada bar era una de Elvis.

No podría estar ningún segundo sin pensar en él, habian pasado solo una semana, decidí no ir por él, porque no valía la pena, él nunca me vería de esa manera.

Quisiera poder tocar sus labios otra vez, aunque sea la última.

No era capaz de anunciar que no tendríamos boda, dolía, demasiado, incluso si nos hubiésemos casado, ¿qué había sido de nosotros?

Mi cabeza daba vueltas, estaba aturdido por la resaca, las ideas invadían mi mente, muchas de ellas insistían en arrastrar a Joaquín hasta acá y obligarlo a cumplir el contrato.

Mis manos ya tenían el celular en mano, marcando el número de Joaquín.

- Hola - Escuché su linda voz, pero cambia rápidamente -. ¿Por qué estás llamando?

-Yo ... - Busqué la mejor excusa -. Tus cosas todavía están acá, deberías venir a buscarlas.

-Puedes quedártelas.

- Joaquín, son regalos que yo te di.

-Bien

Hubo un silencio, hasta que mi boca se abrió sin pensarlo.

-Estás con ella ... ¿verdad?

Tardó en contestar.

- No, ella ya no me ama.

-¿Tú la amas?

Otro silencio.

-Eso no es importante, iré por mis cosas en media hora.

Y no escuché nada más.

Me levanté de la cama tan rápido que sentí un mareo y mi garganta cerrada.

Necesitaba hablarle de todo, era tarde, pero quería decirle todas esas cosas que me guardaban y nunca me atrevían a decirle.

Bajé las escaleras apenas recibió la llamada de los guardias.

Me ignoró completamente y subió a su habitación, aun así lo espere, tuve la esperanza de que él quisiera escucharme.

Cuando bajó sentí esas mariposas en el estómago de las que todos hablaban, ni siquiera con Liam, se veía tan bonito.

Él se apoyó en dónde empezaba la barandilla de la escalera.

Yo apoyado en uno de los sofás, frente a frente.

Cuando vi que se quitaba el anillo de su mano mi cuerpo se estremeció completamente.

-Puedes quedártelo, no lo necesito.

Él me miró y lo volvió a su lugar.

Estábamos frente a frente sin decirnos nada.

-Emilio Él sacó de uno de sus bolsillos lo que parecían papeles, pero no lo eran, eran unas de mis fotos con Liam- Tomé esto de tu cajón, lo siento, sé que no debí, pero tenía la maldita curiosidad.

-¿Curiosidad? Son unas simples fotos.

- Puede que, para ti, pero ahí sales tan distinto, sonriendo, siendo feliz que fue raro para mí.

- ¿Feliz?

- Sí, feliz, te vez condenadamente feliz y enamorado-Joaquin desvió su mirada hacia Lucifer.

-Lo estaba, considera que él era definitivamente definitivo para mí - Me acerqué a él y tomé las fotos, las miré hace mucho tiempo no las miraba, me sentía un idiota cada vez que lo hacía - Él me utilizó... por él ya no confío en las personas, por él yo creía que no existe el amor para mí.

Rompí en miles de pedazos las fotos, con algo de rabia y satisfacción.

- Llegará ese alguien, tan solo tienes que esperar- Erick se empezó a mover, quería escapar.

-A veces, no puedo simplemente hacerlo-Lo tomé del brazo haciéndolo girar hacia a mí.

Sus ojos quedarían como platos y su boca estaba entre abierta.

Tan lindo.

-Estoy tan patéticamente enamorado - de ti.
- ¿De qué hablas?...

-Te amo, Erick -Suavicé mi Voz y repetí-Estoy enamorado de ti.

- ¡No estoy de humor para bromas!-Intentó liberarse de mí-Suéltame ...

- Erick, estoy hablando de mis sentimientos, bien, te pueden importar una mierda, pero necesitaba ... -Mi corazón se aceleró cuando me quedé mirando directamente a los ojos. -Sé que eres la persona indicada para mí, porque cuando estoy contigo, no hay otro lugar en el que quiera estar.

-Joel ... yo no siento lo mismo.

Mi corazón se estrujó.

- ¿En verdad? - Bajé la mirada a sus labios -. Si no es así ... quiero que te enamores de mí, pero que te enamores de mi lado horrible, de mi lado irónico, de mis malas manías, de mi manera de enojarme, de mi forma de crítica, de mi lado temperamental, del caos que soy cuando algo sale mal, de mi mal carácter, de ese mal genio, de mi lado pervertido, de mi lado que nadie conoce, que solo tú conoces, enamórate de mis defectos ... hay muchos de ellos.

Volví a mirar completamente su cara sus mejillas estaban sonrojadas.

-Emilio... Pude sentir su tensión en el momento que dejó de mirarme.

- Mírame, mírame, bonito ... Acuné - su cara y lo obligué a mirarme-Me gustas, no sabes cuánto, hay veces que no puedo simplemente quitarme de mi cabeza, amo observarte, aunque estés en el sofá haciendo zapping, me encanta, amo poder hablar contigo de cualquier bobada y que me prestes atención y hagas tus tontas bromas, me hace feliz, tú me haces condenadamente feliz.

-Y ¿si ... estoy enamorado de tu mal genio, de tus malas manías y de todo lo demás?

Y esa sensación fría que había estado atormentándome por una semana, se fue y una cálida se instaló en mi pecho.

Sin poder aguantarlo, cerré su boca con la mía, era encantador, dulce y por primera vez se sentía correcto. Sus manos pasaron a mi cabello y las mías a su cintura, no podía soltarlo, quería consumirlo, quedármelo y poseerlo, solo mío.

-¿Todavía podemos casarnos?

- Por supuesto.

Joaquin volvió a besarme.

Mío, mío, mío ...

Fin.

LUJOS/ EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora