Capitulo 4

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El volumen del televisor estaba bastante moderado, pero podía jurar que había algo de movimiento en el primer piso.
Quizás Emilio había llegado.
Quizás Emilio estaba con alguien.
En la película hubo un momento de silencio y pude escuchar un fuerte gruñido.
Me levante con sola una bata y nada por debajo, estaba sin calcetines y podía sentir el frío que me estremecía.
Cuando empecé a bajar las escaleras el bullicio era aún más fuerte  que los latidos de mi corazón.
Pise el último escalón, empecé a mirar por todo el lugar, pude ver la figura de Emilio.
-Emi-amor- corregí apena ví a Leila apretando a u hombre pelirrojo contra el suelo- ¿que es todo esto?
El hombre estaba siendo duramente sostenido por el cuerpo de Leila mientras le apuntaba con un arma en la sien.
-Creyó que seguir a mi hermana por tres calles es algo divertido- Emilio se acercó a mi y pude ver sus manos en puño.
Su cara expresaba un fuerte enojo.
-¡No era mi atención lo juro!-de escucha el pelirrojo sollozar.
-¡Pruébalo!-gritó Leila.
Por la puerta apareció un hombre grande totalmente en silencio.
-Quería su dinero, lo necesito, mi madre está muy enferma.
El rostro de Emilio cambió de forma repentina y miro al gran hombre.
-Carter, comprueba eso
El obedece a Emilio inmediatamente, de su traje saca una table y empieza a teclear sobre ella.
Agarre sutilmente su mano y me lo llevo a la cocina.
-¿No crees que eres algo sobre protector con Romina?- dije en voz baja y tranquilo esperando que nadie oyera.
Emilio soltó mi mano de manera brusca mirando a todos lados.
-No, no lo soy y no creas que solo la protejo demasiado porque es mujer, podría ser hombre e igualmente le tendría mil guardaespaldas detrás de él- sus ojos se volvieron oscuros y fríos-Sabes cuánta gente a tratado de arruinarnos? Cuando Romina tenía apenas diez años casi fue secuestrada la pase muy mal... Hace cuatro años a mi primo de diecisiete años lo secuestraron.
Moví mis manos nervioso
-¿Tu primo está bien?-logre articular
-Lo está, solo porque sus secuestradores se emborracharon y tuvieron un accidente de auto, dudo que se hubiera salvado si eso no ocurriera- su mirada volvía hacia donde estaba el chico pelirrojo- cuidó lo que quiero, mi familia, porque es lo único que tengo, así que no te sorprendas si mande a matar a un hijo de punta por intentar tocar a mi hermana.
Estuve a punto de seguir con el tema, pero vi como alguien se acercaba.
-Su madre tiene cancer.
Emilio dio la vuelta y tocó el hombro de "Carter"
-apaga todo lo necesario para que el muchacho no vuelva a robar ni un centavo.
Carter mueve su cabeza asintiendo y se aleja.
-be a tu habitación, Joaquin- habla otra vez.
-¿por qué? Esta es mi casa también.
-Ve a tu habitación dije.
-No, no quiero- la vista se me fue hasta el pelirrojo que todavía estaba en el suelo.
-Eñ sistema de seguridad fue corrompido esta mañana, las filmaciones fueron borradas y la ventana de mi habitación fue forzada de alguna manera, ahora no es un gran momento.
La sangre se me heló,
La expresión de Emilio no ayudaba a la situación, pocas veces lo miraban de esa manera.
Retrocedí hasta chocar con un mueble, reaccione por el fuerte golpe y salí corriendo hasta la habitación.
Cerré la puerta lentamente apoyándome en ella.
La televisión seguía dando la misma película.
Estuve a punto de volver a la cama, pero unos ruidos se escucharon muy cerca de la habitación, algo extraños.
-¿Emilio?-dije en alto.
No hubo respuestas.
Quizás sólo fue mi imaginación.
Otra vez se escucharon ruidos.
La vibración de mi celular hizo que me asustara.
Era un mensaje de Emilio.
"Estoy en la comisaría, vuelvo en un rato".
Oh! Dios.
Apague la pantalla de la habitación y empecé a caminar a hasta la cama.
Otra vez los ruidos de hicieron presentes, pero esta vez cerca de mi ventana.
Me escondí rápidamente entre las mantas.
El ruido cada vez se escuchaba más cerca.
Mi respiración estaba descontrolada y tensa, mis dedos apretaban fuerte la frazada cubriendo todo mi cuerpo.
Quise sacar la mano para agarrar mi celular y llamar, pero escuche la puerta abriéndose lentamente, los pasos se escuchaban fuertes, cada vez más.
Sentí como agarraban la manta, cerré los ojos y la agarre fuertemente.
Supe que estaba descubierto al sentir el frío.
Abrí los ojos de golpe y pude ver a Emilio.
-Joaquin, ¿Por qué estás tan cubierto?- su voz era suave- ¿Estas enfermo?.
Mis ojos estaban extremadamente abiertos, Emilio con la mirada confusa hacia mi.
Reaccione después de unos segundos.
-No dime dejes otra ves solo, por favor.
Alce mis brazos y me agarre de el.
-¿Qué ocurrió?- sentí sus dedos enredados en mi cabello.
Era relajante, familiar y... se sentía bien.
Siempre decide mantener la distancia fuera de las cámaras, pero ahora era lo único que necesitaba.
-Sentí unos ruidos fuera de aquí y tu no estabas- levante mi mirada para poder verlo.
Me sorprendí al ver un poco de una sonrisa en su rostro.
-Llamaré a seguridad para que revise.

LUJOS/ EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora