Capitulo 6

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A veces simplemente no podía continuar, no podía fingir que amaba a Joaquin.
Ahí estaba el sentado en el sofá comiendo un poco de helado.
Era difícil seguir con la mentira, no nos complementábamos, éramos tan diferentes, a veces ni siquiera nos soportábamos.
La puerta del ascensor fue abierta, logrando la sorpresa de los dos.
Christopher, uno de los guardaespaldas cargaba una pequeña jaula de animales.
Me levante de la silla y fui caminando hacia él.

-Creo que encontramos a quien ocasionaba todos esos ruidos-Christopher dejó la jaula en el suelo y la abrió.

Un pequeño gato salió mirando el exterior con temor.

-¿Un gato?- dice Joaquin.

-Un hermoso gatito- dijo antes de tomarlo entre mis brazos y acariciarlo.

Estaba demasiado delgado y su pelaje parecía descuidado, pero parecía con el contento que le estaba haciendo.

-¿Me estás diciendo que este gato interrumpió mi casa a las dos de la mañana?

Con el gato en mis manos mire a Joaquin, que tenía una mueca en su rostro.

-Señor Joaquin, el gato es el único que aparece en las cámaras y no había indicios que las entradas estuvieran forzadas, y usted solo indicó ruidos extraños.

-Exijo que hagan otra revisión- de cruzo de brazos mirándome.

-Christopher, les ordenó que hagan otra revisión.

-Esta bien señor, mandaré a mis hombres a revisar el perímetro, otra vez...- mira al gato con cautela- ¿Que hago con el gato?

Observe nuevamente a la criatura que tenía entre mis manos que ronronea rápidamente frotándose en mis dedos.

-Yo me haré cargo, ve y continua con tu trabajo- el dio una pequeña reverencia y se fue.

-¿Qué vas hacer con el?

-No lo se, se ve descuidado y sin hogar, podríamos quedarnos...- Joaquín me interrumpe.

-No me gustan Los Gatos

-¿Por que? Son adorables

Siempre había tenido un gran amor por los animales, sin importar cual fuera.
Joaquín siempre me recordaba a un gato, con los ojos miel ingresos y cambios de humor.
Él era un gesto peculiar.

-No me hagas decirlo...

-Dame razones

-No te rías...-de quedó callado por unos segundos- Me asustan los gato.

Reí sutilmente.

-¡Dije que no te rieras!-sus mejillas se inflaron- cuando tenias apenas cinco, uno araño mi hermosa cara, fue horrible.

-¿De que te preocupas? Tu cara sigue siendo hermosa después de todo.

Joaquin volteó con un rubor en las mejillas.
Me encantaba fastidiarlo de esa manera.

-El punto es... que no tendremos un gato

-No lo dejare en la calle, eso es muy cruel.

-Busca opciones.

Me le quedo mirándome y sonreí maliciosamente.

-Acompáñame

Joaquin me siguió de mala gana hasta el estacionamiento.
Me paré en frente de el y extendí mis brazos.

-No- dice echándose hacia atrás

-Si

-Puedes llevarte tu, Emilio

-No hay manera de que conduzca con un hato encima- abrí la puerta del mercedes- Sube

Se subió cruzando los brazos.

Me acerque lentamente y lo deje encima de Joaquín, quien estaba tieso y con la vista al frente.

-Emilio, quítalo, me pude rasguñar.

No hice caso a sus quejas y subí al auto.
Escuchaba quejas de Joaquín cada minuto, estaba bastante asustado, lo podía ver en su rostro, no era capaz de mirar al pequeño gato blanco con manchas negras que estaba absolutamente cómodo encima de Joaquín.
En la luz roja lo observé y temblaba, mientras estaba en posición fetal.

-Tiene frío-toque el hombre de Joaquin- cúbrelo.

-No lo haré.

-Hazlo está temblando, Joaquín- suavizó mi voz- No seas así, tiene dos meses o menos.

-Claro tiene frío, pero si puede interrumpir el departamento.

-Joaquin

Rueda los ojos y se quita el suéter, envuelve con cuidado al gato.

-¿Ves? No te hizo nada.

-Solo es suéter.

Cuando llegamos al veterinario la gente miraba con curiosidad, podía sentir todas las miradas sobre nosotros.
Joaquín acariciaba al labradoodle que era de una señora de gran edad que también conversaba alegremente con Joaquín.
Yo tenía entre mis brazos al gatito con el suéter color beige de Joaquin.
Nos llamaron unos pocos minutos después.
El gato pareció despertar y enterró sus uñas en mis manos.
Aun así le sonreí con ternura.

-A primera vista podemos ver que tiene un grado bastante notorio de desnutrición- lo acariciaba un poco-y también revisándolo pude encontrar algunas heridas, que al parecer fueron hechas por un humano¿donde lo encontraron?

-Interrumpió en nuestro departamento-respondió Joaquin.

-Bien, lo curaré y revisaré que todo esté bien, ¿lo adoptarán?

Mire a Joaquín que estaba con una clara expresión de un "No" rotundo.

-Si, nos lo quedaremos-dije mirando fijamente a Joaquin- Amor, ¿quisieras elegirle el nombre?

-Lucifer-dice sin demora.

-Bien, Lucifer sera.

Cuando estábamos saliendo de la veterinaria podíamos ver a todos los medios a las afueras.
Joaquin soltó un gruñido.

-Bien, ahora hay un nuevo miembro en la familia-habla secamente poniéndose los lentes de sol y agarrando mi mano- Estos amarillistas tendrán para comer este mes.

LUJOS/ EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora