Conviviendo con la lujuria

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- ¡Ah! ¡Ah! - sus gemidos llenaban mis oídos. - ¡Ah!

- Eso es... prepárate para mí. - Sus dedos ingresaban profundamente y salian. Sus mejillas estaban sonrojadas y sus pezones erectos.

-Mmmmm... quiero tus dedos. ¡Por favor! - decía mientras movía su mano. - No, quiero tu lengua o tu pene.

- Eres tan sucio, como puedes fingir seriedad frente a todos y abrirle tus piernas a tu jefe de esta manera. Dejándome ver tu linda entrada, tu pene y tus fluidos más íntimos.

- Mmmm... no seas malo. No me importan ellos, te quiero a ti. - sacó sus dedos y comenzó a masturbarse.

- Suplicame Sehun... pideme lo que quieres.

- Quiero tu pene...

-¿Qué?

- Quiero su pene en mi interior, señor.

- Así se habla. - Lo penetré de una sola vez.

- ¡Ah! ¡Sí! ¡Tan lleno! - gritaba mientras se aferraba a mí espalda.

- Estas hambriento, ¿no es así? - golpeé en su interior.

- Mmmm... sí, alimenteme señor. Puede hacer horas extras en mi interior, - movió sus caderas - quiero mi propina, sueltela en mi interior.

- Bien, pero más tarde me vendré en tu boquita. - aumenté las penetraciones.

- Mmmm... ¡Sí! ¡Ahí! ¡Oh! ¡Maldición! ¡Boss! ¡Daddy! - soltaba uno tras otro.

- Eso es, me gusta. Aprietame más, es todo tuyo... ordeñalo con tu trasero.

- ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! Mmmm...

- ¡Ah! Muestrame mejor tu cuello. Eso es... - Me acerqué y mordí la piel. - Voy a matarte todo lo que quiera.

- ¡Ah! - Sehun se vino. Y yo me vine sobre los azulejos de la ducha, mientras el agua caía sobre mi cabeza.

¿Qué estaba haciendo? Acababa de terminar dos proyectos que mi secretario se encargaría de enviar. Quería descansar un poco, así que, decidí tomarme una ducha y, una cosa llevó a la otra y me terminé masturbando pensando en él.

No es la primera vez, ya van dos semanas.

Al principio todo estaba bien, pero se fue descontrolando. A pesar de la "convivenvia" Sehun siempre estaba vestido de forma impecable con su uniforme y marcandome la cancha: Jefe/Secretario, no había posibilidad de avance.

Sin embargo, eso cambio cuando lo pille, por la noche, fuera de su habitación. Estaba parado junto a la ventana con una taza de café, tenía el cabello húmedo y llevaba puesta una bata que llegaba hasta sus muslos. Él no podía verme porque estaba a oscuras. Debió estar seguro que yo dormía profundamente, porque lo que vi no creo que me lo mostraría por voluntad propia.

Se sentó en el sofá; metió sus manos dentro de la bata, justo a la altura de sus pezones y comenzó a precionarlos. Continuó la tortura con una sola mano, la derecha, y la otra la colocó detrás de su cabeza. La derecha recorría su torso de arriba a abajo, el soltaba gemidos y se mordía los labios; bajó un poco más y un pequeño quejido escapó de sus labios, un poco más y cubrió su boca con la izquierda.

Se recostó lentamente en el sofá, abrió la bata y volvió al trabajo. Su intimidad al desnudo era mejor de lo que había soñado, en ese momento ya había sacado mi pene y me estaba masturbando. Entonces él:

- Mmmm... más, más, más, quiero más. Más adentro, más profundo. - decía. - Comeme... devorame, chupame, golpeame, ya habrá tiempo para ser dulce, azotame, déjame comer tu polla, llename... más, más. No es suficiente para mí. Tus manos enormes en mí, las quiero, nalgueame, penetrame y explota en el interior. No puedo más, Boss, por favor ¡Señor! ¡Chanyeol! - se vino y yo también.

El secretario es un STRIPPER.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora