No más Home Office

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La boda de los Kim fue lo que llamaríamos peculiar, pero excelente.

Los padres de Kai y sus amigos, me incluyo, se encargaron de avergonzarlo frente a su novio con chiste o anécdotas, este último solo sonreía y miraba a su esposo.

En un momento de la fiesta todos hicieron silencio, haciendo entrar en pánico a Jongin.

Desde un extremo, Tao grababa todo lo que sucedía y lo que estaba por suceder. Kyung se acercó a su esposo y le dio la noticia, el rostro del recién casado sufrió la siguiente secuencia: sorprendido (normal en esos casos), feliz (por la posibilidad de un bebé) y aterrado (porque no sabía qué hacer, ni cómo cuidar a su hijo o a Kyung).

Aunque, la felicidad se llevó el premio mayor y los tortolitos se fueron de luna de miel.

Ahora, yo tuve que volver a la realidad. Una muy buena realidad según mi perspectiva, pero él no estaba muy de acuerdo.

- No, ¡Chanyeol! - lo tenía acorralado, no tenía escape. - No voy a repetirtelo. ¡Vuelve al trabajo!

No pueden culparme, tengo a la tentación pisandome los talones todos los días, todo el tiempo.

Al principio todo estaba bien, teníamos sexo y eso nos gustaba a los dos, hasta que comenzó a interferir con el trabajo. En otras palabras, la comodidad y la intimidad de la casa (más Sehun) me ponen muy caliente. Y no soy muy bueno conteniendome.

- ¡Ah! ¡Ah! - pueden imaginarlo ¿no? - Chanyeol, basta...

- Solo un poco más, amor. ¡Argg! - penetré con más fuerza.

- ¡Ah! ...

Nos desplomamos sobre mi escritorio.

- Lo siento, cariño. - Sehun me miró aún un poco atontado.

- No importa. -dijo, eso no sonó muy él.

Y mi presentimiento no me engañó.

- ¿Cómo que no trabajaremos más en casa?

- Volveremos a trabajar en las oficinas. Ayer fui a colocar todo el equipamiento.

- ¿Cómo? ¿Por qué?

- Porque alguien no puede separar trabajo de sexo, pero no es tu culpa, es el ambiente. Nos sentimos seguros y por ello estamos menos preocupados de que nos vean. Entonces lo mejor es volver a la empresa.

- Demonios.

- Además, esto tenía que ocurrir de todas maneras. - Me mostró esa sonrisa. - Te dejé la ropa sobre la cama, ve a vestirte y luego nos vamos.

La oficina se veía igual que la última vez. Durante el transcurso de la mañana entregué y recibí trabajos.
Asistí a un par de juntas y casi mato a un imbecil que intentó coquetear con Sehun, aunque ya me encargué de eso.

Intentando darle un nuevo giro al proyecto que tenía entre manos, un recuerdo llegó hasta mí mente y lo acaparó todo.

Las imágenes sucesivas de ese baile tan maravilloso, la música y los sonidos que salían de esos labios estaban corrompiendo mi deseo laboral. A esa escena le siguieron imágenes de mí departamento y todas las cosas que ...

- ¿Chanyeol? ¿Me llamaste? - ¿lo estaba llamando?Un segundo ¿esto es posible?

- Sí, eh... terminé este -y le tendí la carpeta de archivo- y puede que los otros dos estén listos en un par de horas.

- Bien, eso es bueno. En un momento traeré el almuerzo.

- ¿Comes conmigo? - sonreí.

- Sí. - sonrió y salió.

El almuerzo estuvo bien o puedo decir magnífico, ya que recibí mimos y algunos besos por el buen trabajo. Puedo acostumbrarme a esto.

Faltaban minutos para que termine la jornada y ya me dolían los huesos. Incluso Sehun se veía cansado.

- Bien, ya es hora de irnos. - Me estiré y salí de la oficina. - ¿Lo acompaño?

- ¿Ya estás listo?

- ¿Para ti? Siempre. Te ves muy bien.

- Gracias por el cumplido. Tenemos que irnos ya.

- Te sigo.

Bajabamos las escaleras y en una esquina escuché a dos mujeres hablar:

- Qué fácil es la vida ¿no? Uno se esfuerza diariamente para conseguir las cosas y llega el hijo del jefe y se lleva todo desde arriba.

- Incluso le asignaron al jefe de secretarios, pobre bombón eso debió ser muy humillante. - esa voz la conocía.

- Eres idiota o qué, es obvio que le asignarían el Jefe de secretarios. Y nosotros aquí esperando uno que sea por lo menos útil. Es tan molesto, incluso trabajaba desde su casa.

- Pobre chico, cuanto faltará para que el hijo del jefe intente tirarsel...

- Pobre vas a quedar tú cuando te eche a patadas de aquí. - Estaba realmente cabreado. Sehun intentaba calmarme, pero no descansaría hasta verlo lejos de aquí. - Mañana quiero que te lárgues de empresa, porque estas despedido ¿me oyes? - lo dejé caer al suelo. - Y usted espero que tenga un expediente intachable o la correré también.

Cuando volvimos a casa seguía realmente enojado.

- ¿Chanyeol?

- Lo sé no debí hacer eso. No tenía que explotar. Podía soportarlo, no es algo nuevo para mí pero te metieron en el medio y no lo podía permitir. - solté. - Perdóname, de verdad Sehun. No tenía control.

- Esta bien Chanyeol... yo no soy un ejemplo de autocontrol tampoco. Muchas veces he explotado contra personas que menosprecian mi trabajo o que confunden las cosas. Pero despedir... es decir, es tu empresa.

- No lo despedí sólo por eso. Ese bastardo era un incompetente, lo supe desde el momento en el que lo vi. Sólo necesitaba pruebas y las encontré. No quiero volver a verlo.

- Eso pensé. - Me dio un beso. - Sabía que estabas más que preparado para esto.

- ¿Esto? Puedes explicarme... porque podría confundirlo. - él me volvió a besar.

- Siempre estas preparado para todo.

- Eso depende... ¿qué quieres hacer?

- Podemos cenar, comer algún postre, beber y, después, encerrarnos en el cuarto a revisar la agenda. - Me besó.

- Me parece perfecto, está más que aprobado.

El secretario es un STRIPPER.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora