Golpear niños

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Era una mañana soleada, el día perfecto para que la guardería abra sus puertas a todos esos pequeños que cuidaran y traer alivio a padres angustiados sobre el cuidado de sus hijos. Entre estos había un hombre, el era fuerte aguerrido pero no sabía nada de cuidados de una niña de cuatro años, su amigo Marte le había mencionado el lugar y le pareció lo mejor para su pequeña hija.

Ella se llamaba Clarisse. Clarisse La Rue, era su pequeña fortachona, una niña de cabellos castaños, piel clara y ojos oscuros como los de su padre. Era toda la familia que él tenía y decía no necesitar más.

—Y entonces ¿qué se hace si alguien te golpea? —decía su padre mientras conducía y su pequeña hija iba en el otro asiento del Jeep con el cinturón
de seguridad.

—¡Lo golpeó más fuerte! —asintió ella con convicción. El como militar iba a aprobar eso, pero Emily la esposa de su mejor amigo le habia dicho la última vez que ese no era un comportamiento que debiera fomentar en la niña.

—No —hablo con calma mientras estacionaba el Jeep —Debes decirle
a la maestra para que ella haga algo, no se resuelven las cosas a los golpes —repitió al pie de la letra lo que le había enseñado Emily.

—Pelo... eso no dijiste en el palque —replico la pequeña Clarisse.

—Porque eso era el parque —refutó él sacándola del Jeep junto con su maleta y su lonchera —Aquí en la guardería no se puede hacer eso

—En el palque ¿si puedo golpear niños? —murmuró ella mirando a su padre mientras sus pequeñas manos rodeaban el cuellos de su padre. Él se quedó pensativo mientras caminaba a la puerta con ella en brazos y asintió despacio. Emily lo iba a matar por esto, ella era la única que le ayudaba con la crianza de Clarisse y se lo agradecía pero había cosas que él creía que estaban bien.

—Entonces ¿qué se hace si un niño se te acerca Artemisa? —preguntaba un hombre de cabello rubio y ojos azules a la única niña que llevaba en su auto.

—Lo golpeo en la nariz —la pequeña de unos cinco años alzo el brazo con
convicción.

—Bien —asentía el hombre.

—A mami no le guta que gopee —gente protesto uno de los pequeños rubios que estaba a su lado.

—Pero no les vamos a decir a mamá nada de esto Will —sonrío el hombre mirando al niño por el espejo del auto donde iban mientras estacionaba.

—Yo le dide porque Atemi siempe me pega a mi —replico el otro rubio y recibió un golpe en el brazo de parte de la niña.

—Por chismoso —murmuró ella y comenzaron con la pelea de siempre. El padre de ellos suspiró antes de bajar del auto y sacar al niño salvandolo de más golpes.

—Artemisa ya —reprendió su padre.
Él era el famoso doctor Júpiter, tenía tres hijos, los mellizos Apolo y Artemisa de cinco años y el pequeño Will de solo tres años. El primero era de lo más consentido por su madre y a veces no hablaba bien, ella era su princesa y por eso mismo no quería que este cerca de los niños y el pequeño Will que era un amor de niño.

Entre los tres le habían hecho la vida imposible a su última niñera, Apolo la había torturado con sus preguntas cada cinco minutos, el pequeño se había enojado cuando ella no le entendía y rompía en llanto. Su hermana que aunque parecía detestar a su mellizo en realidad lo quería demasiado y al ver que lloraba le lanzó cosas a la pobre mujer, Will se había puesto a más no poder por todo el relajo que se armó y no paro hasta que la mujer llamó a la madre de los niños y esta llego.

El rubio sacó a los dos niños del auto y luego a Will, él desearía tener aún su Maserati rojo pero este no era apto para cargar niños asi que había tenido que traer uno de sus autos normales. Artemisa y Apolo iban de la mano con sus mochilas y loncheras, Will iba en los brazos de su padre abrazando su peluche con forma de sol, también llevaba su mochila y su padre la lonchera, pronto estuvieron frente a la puerta.

Las Aventuras De La Guardería Olympus [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora