Las Aventuras De La Guardería Olympus [Terminada]

Hormiguita en apuros

N/A: Disculpen los errores, algunos son intencionales porque son niños pequeños y al menos los que conozco no dicen bien algunas palabras, otros si hablan perfecto.

La mañana estaba resultando ajetreada en la guardería Olympus, mucho llanto, canciones, juegos y gritos, pero ahora todo era calma, los más pequeños estaban acostados en las cunas, los más grandes en camas y completamente dormidos.

—Cualquiera que los ve así —los compraría murmuró Enio mientras se revisaba el brazo donde Clarisse la había mordido. Ellos había puesto una actividad y al terminar podían tomar un rompecabezas pero la castaña no había querido y mordió a la maestra.

—Son adorables, no puedes negarlo —río Silena bajito para no despertar a los niños.

Los gemelos Jackson estaban dormidos en la misma cuna, Tritón y Belerofonte compartían la cama, Orión estaba solito en otra cama. Los mellizos Grace estaban en una sola cama igual que los Jackson y en una cuna estaba Jason. Hazel estaba con Nico en una cuna y Bianca dormía en una cama sola.

—Bano —despertó Hazel restregando uno de sus ojitos, no había dormido demasiado.

—Esta biennena, ahora vamos —dijo Enio sacando a la pequeña de la cuna, el hermano de esta estaba completamente dormido y respiraba despacito.

Pronto Hazel iba de la mano de Enio hacia el baño, a veces daba saltitos jugando con las baldosas. Enio agradecía que al menos todos ellos sabían pedir ir al baño.

—¿Puedes solita? —ella pregunto,
la niña igual que todas las niñas levaba un delantal de color celeste que tenía un patito amarillo junto con el logo de la guardería. Hazel asintió y se encerró en el baño.

Enio espero lo prudente para que saliera pero esta no lo hacía, se acercó a la puerta a escuchar lo que hacia Hazel pero no se oía nada unos segundos después escucho la cadena, pensó que recién terminaba, luego escucho la cadens de nuevo y otra vez.

—¿Hazel? ¿Estás bien? —pregunto
golpeando la puerta y pronto esta estaba abierta.

—sii —respondió ella con una risita antes de dejar el baño, Enio entre a ver lo que había hecho. Ya no había más papel ahora este flotaba dentro de la taza del baño.

—Oh dios —murmuró la pobre maestra, solo cerró la puerta mie tras tomaba la mano de Hazel. Cualquiera que la veía pensaba que no hacía nada pero ya estaba viendo ella que no era así.

—Ten a Hazel yo tengo un asunto que arreglar —le aviso a Silena en voz baja cuando llego, dejo a la niña y salió de nuevo.

—¿Qué pasó? —pregunto ella a la niña, esta le devolvió la mirada con sus ojos dorados.

—Una homiga se ahogaba comenzó —a contar haciendo el tamaño de la hormiga con sus deditos de la mano
derecha —Tonces yo la salve —sonrió orgullosa de su hazaña —Tide pape y la homiga salió —hizo un ademán con su manito entusiasmada por esto.

Silena ya se estaba dando una idea de cómo es que la ayudó a salir y porque Enio se fue de nuevo para el baño, tomo la mano de la niña y la llevo al salón de juegos.

—¿Por qué no comemos algo? —le dijo a la pequeña y esta asintió, corrió hasta donde estaba la lonchera que su papá le había comprado, tenía un bonito estampado de caballos.

Se sentó y comenzó a sacar todo lo que había en ello. Silena se dividía entre la sala de los dormidos y la de aquí, hasta que oyó un ligero ruido en la de los dormidos. Un sollozo salía de la habitación, ella corrió hacia ahí lo más rápido que pudo.