Hola Gabri,
Esta es como la duodécima carta que te escribo. A puño y letra. Me parece demasiado frío eso de teclear en un ordenador palabras que pueden perderse si no guardas el documento. Si me expreso en un folio, sé que siempre lo llevaré encima. Ya sabes que soy muy cursi.
Aunque esta será una de las cartas que estarán apiladas en la mesita blanca que tienes al lado de la camilla y detrás del gotero. Me he acostumbrado a ir a verte cada martes y jueves después del instituto. Son los únicos días que no pueden ir ninguno de tus padres a verte ya que tienen los mismos turnos. Aún me acuerdo porque esos días eran en los que nos íbamos a tu casa a jugar a la consola y a comer patatas fritas de bolsa. Eran los mejores.
No he querido preguntar a tus padres cómo estás, menos después de lo que pasó aquel día. Ni en broma. Creo que aún me siguen mirando mal si me ven por la calle. Normal. Siendo así de conservadores y descubrir que el mejor amigo de su hijo y él están liados no tiene que ser nada fácil. Bueno, no diría liados. Fue una tontería por el calentón. Al menos así lo notaste tú.
¿Sabes qué? Aún recuerdo cuando te regalaron la moto. La dichosa moto. El motivo por el que estás en esa camilla de hospital. La sonrisa que tenías en ese instante era de oreja a oreja, como se suele decir. Me preguntaste que si quería dar una vuelta en ella. Te dije que sí, me senté detrás tuya y me agarré a tí como un niño pequeño a su osito de peluche. Y me sentí a gusto. Por un momento se me olvidó que ibas a más de la velocidad permitida por el centro de Madrid y que te saltaste dos semáforos en rojo. ¿A qué tarado se le ocurrió darte el carné?
Por cierto, la profesora de inglés sigue de baja, como te conté. Yo no sé si se piensa que nos sacaremos el título sin aprender nada de inglés. Pero se plantean traer ya a una sustituta. Los chicos de clase se plantean dos opciones: o que sea, como dicen ellos, "una macizorra rubia con las tetas enormes" o "una vieja que tiene problemas de orina y con las tetas caídas". ¿Por qué se interesan tanto en el tamaño de las tetas?
Bueno, me tengo que despedir Gabri, que no me dejan escribir más de una cara de un folio y este es el último que me queda. Mañana iré a por más a la papelería. Te diría "recuérdamelo" pero estando en coma no me puedes ayudar de mucho. Vale, siento haber dicho eso. Y no puedo borrarlo. Creo que el escribir a ordenador ahora me hubiera ayudado.
Siento ser tan gilipollas,
te quiere, David.
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Coma y punto.
Teen FictionSiempre has estado ahí. Ahora estoy yo. Por favor, despierta.