Te quería tanto que no podía parar de soñar con eso que se sentía tan bien pero sabia que estaba mal; me desconectaba del mundo exterior y me activaba en el interior de tu mirada.
Donde el mundo se veía mas bonito y nada me impedía volar a lo mas alto sin temor a caer.
Donde lo único que importaba era ser libre en ti y vivir lo que vivías, compartir cada risa, llanto y desesperación como si fuéramos uno solo.