Enigma de medianoche

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En la penumbra de la noche eterna, donde los secretos danzan en la bruma, surge él, un enigma que enciende la esfera, un ser ardiente, en la sombra, se alumbra.

Con ojos que reflejan la luna en su pálido fulgor, y una sonrisa macabra que roba aliento, es un príncipe del abismo, un encantador ardor,
que en su misterio te envuelve como viento.

Su presencia es una llama que consume con fervor, una pasión que en la oscuridad se revela, protege el alma con un amor protector, y en su abrazo, la noche se desvela.

En su abrazo hallé paz, su mente retorcida crea un laberinto de misterio, cada caricia suya, un dulce y peligroso compás, cada beso, un juramento en el crepúsculo etéreo.

Es un espectro de belleza, un sueño inquietante, en su sombra encontré un amor sin igual, y en su oscuridad, un anhelo constante, un deseo eterno que en mi pecho es inmortal.


Diario de DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora