¿Pero que amor?

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Tantos esfuerzos echados al vacío, la esperanza que de mi fluía no fue suficiente para los dos.

La rutina a la que me sometiste, me volvió obsoleta para ti.

Cualquier intento de zorrilla te llenó mas que mis rugidos de leona.

Yo era una diosa encarnada en la mortal mas bella, solo para poder alimentarte con el icor mas puro y hacerte mejor ante los demás hombres; pero contaminabas tu cuerpo con cualquier carne barata en descuento.

El dolor fue mas fuerte en mí, que el deseo de tenerte otra vez.

¿A caso al amanecer te sentiré mas cerca?.

Si me mostrara tal y como soy, no aguantarías tal honor y belleza; morirías y poco me importaría, porque mi humanidad perecería con aquel bello y obsoleto cuerpo mortal.

Espero y llenes ese hueco al que llamas corazón, con las baratijas desgastadas que tu poco valor te lo permite.

De este sueño de dioses del que despertaste nunca más tendrás el honor y la valía para ser parte de ello.

Diario de DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora