Gris

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Después de tantas alegrías he decidido decirte adiós.

Dejo este amor entre aquellas sábanas donde fuimos felices; donde nuestros errores nunca fueron tan grandes como para opacar nuestra alegría.

Prometo irme en silencio para no despertar ese fogoso corazón de hierro, que nunca se enfrió para mí.

Cuando creas haberme olvidado, mi escencia impregnada entre esas paredes te llevarán hacia la sombra de mis recuerdos, donde solo existimos tu y yo.

Te pertenece cada parte de mí que trajiste a la vida con ese amor sin medida.

Por cada buen intento fallabamos y nos dejábamos, pero nuestras almas siempre volvían a encontrarse; ellas sabían amarse.

Me duele dejarte pero nuestros caminos nunca se unieron en el horizonte.

Esta vez es para siempre, hice tregua con mis demonios; fui esa moneda de cambio para que puedas ser feliz plenamente y puedas llegar al paraíso.

No me odies, porque yo te amo.

Diario de DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora