Luego de la partida de Twister, donde el objetivo de las niñas era que me agachara y se me marcara el calzón, mi mamá y mi tía nos mandaron a dormir. Por supuesto, tuve que dormir con la pijama de Ximena.
Al día siguiente, después de desayunar, pude volver a ponerme mi ropa, pues usamos las motos y fuimos al cerro , para terminar el día en la alberca. Cerca de las 6:30 de la tarde, mi madre me ordenó que me fuera a bañar, y que ella me alcanzaría cuando terminara, yo sabía lo que eso significaba e intente quejarme, pero sabía que si no lo hacía me iría peor.
Terminé de bañarme y mi madre me esperaba en la habitación, y como era de esperarse, traía los calzones rosas con corazones que Ximena y Paulina habían elegido para mí, y con una cara de total derrota me acerqué para tomarlos. Justo antes de tocarlos mi mamá los movió, como quien no te quiere dar algo.
-¿Qué haces? No entiendo.
-Tienes que suplicar por ellos, Any.
-¿¡POR QUÉ ME HACEN ESO!?- contesté molesto."Ya es suficiente con ponerme unos estúpidos calzones rosas"
Eso molestó a mi madre, bastante. Tras escuchar mi grito llegaron mi tía junto con las niñas, y mi tía preguntó que qué sucedía, a lo que Paulina respondió:
- Parece que Any está desobedeciendo a mamá, ¿qué castigo se le pondrá?
-¡YA CALLATE! - le conteste.